Capítulo 27

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Al llegar al estadio, sentí que mi celular vibraba en el asiento de copiloto, pero decidí ignorarlo mientras me bajaba y caminaba hacia el estadio. Supuse que era Nicky respondiendo el mensaje.

Debería haber agarrado mi celular.

Debería haber leído el mensaje.

Debería haber hecho las cosas de manera distinta, como por ejemplo, no separarme de Andrew.

Pensaba en él mientras metía la llave en la cerradura, en que quizás estaba sentado en el puf, capaz con una pinta de helado en sus manos, mirando el televisor apagado. Capaz Nicky ya habría llegado y estuviera intentando poner un videojuego. Quería apurar la conversación con Jack para volver lo más rápido posible. Capaz podría convencer a Andrew de dormir una pequeña siesta y de mandar a la mierda a Kevin sobre ir a la práctica nocturna esa noche.

Apuró el paso, decidido a regresar más temprano que tarde, ya que aún no soportaba del todo al delantero más joven, a pesar de comenzar a intentarlo en serio.

Las luces de adentro estaban apagadas, excepto la del vestuario, comencé a caminar hacia allí, pensando qué excusa dar por si a Jack le interesaba jugar un rato. Estaba cansado y prefería estar con cierto rubio.

Al ingresar, fruncí el ceño al ver el sector de casilleros vacíos. El golpe que siguió pocos segundos después en el costado de mi cabeza casi me tira al suelo. A pesar de que se me comenzaba a nublar la vista, mantuve los ojos abiertos.

Al darme vuelta, vi al tipo que me había golpeado con la culata de una pistola. En ese momento me estaba apuntando.

Cerró la puerta detrás de él, parándose entre medio de ellas y de mi. La única salida bloqueada. Al poder enfocar la vista, lo supe.

Él era la sombra, aquella que me atormentaba y me hacía mirar hacia atrás.

Mediana edad, ojos oscuros y rasgados, pelo negro y liso.

Más allá de eso, no lo recordaba. No sabía quién era esta persona parada frente a mí. Comencé a sudar frío por los nervios, sentí cómo empezaba a chorrear sangre por mi cabeza, justo en donde me había golpeado.

-Vaya, vaya. Al fin solo, Nathaniel.

Mi respiración se volvió errática por el nombre.

-¿Quién mierda eres?

-¿No me reconoces, maldita mierda?- preguntó con furia.

-No. Hiciste que perdiera la memoria en nuestro último encuentro. Refréscame el recuerdo, imbécil.

Comenzó a reír como un loco. Capaz lo estaba, por el morado debajo de sus ojos y el cansancio de su expresión. La falta de sueño se veía a kilómetros y no hacía maravillas con la cordura de las personas.

-Bien, te contaré una pequeña historia. No llegué hasta aquí para que no sepas quién soy una vez que te mate. Trabajaba con tu padre. Nos habían arrestado a los dos juntos, junto con otros- su mirada vagó, como si recordaba buenos tiempos- Hacíamos los trabajos dentro de la cárcel, mientras que Lola y su hermana lo hacían desde afuera. Teníamos... algunos entre la policía, era fácil seguir con el negocio a pesar de estar detrás de las rejas- de repente, sus ojos se enfriaron, mirándome con odio- Tu padre fue liberado, a mí me tocaba en unos días. Él murió, y contaste todos sus sucios secretos, llevándonos al fondo junto con el carnicero. Me dieron 60 años de prisión sin libertad condicional- lentamente la comisura de sus labios subieron, mostrando una horrible sonrisa- Me escapé. Fui el único que lo logró. Decidí venir a darte una pequeña visita.

Neil no entendía porqué decidió arriesgarse y venir hasta Palmetto, cuando tenía la posibilidad de escapar a cualquier lado, hasta que lo entendió. Al darle el hombre un segundo vistazo, los harapos hacían poco para ocultar la flaqueza de su cuerpo, la mugre en la tela indicaba que hace días no pisaba un baño, hasta siquiera una cama. Él no tenía nada, ningún motivo de vida. Por lo que decidió la venganza.

Nel necesitaba pensar y rápido, debía salir de ahí.

-¿Y por qué no lo hiciste la última vez?- decidió hacerlo hablar, se notaba que estuvo solo bastante tiempo. La charla parecía gustarle, sino, ya debería estar con una bala en la frente.

-Llegaron los malditos policías. Al parecer no eres el único idiota que se levanta en el medio de la noche a correr. Quizás fue algún vagabundo o algún adolescente borracho quién nos vio.

La cabeza comenzaba a latirle demasiado. El esfuerzo por mantener la vista clara lo estaba debilitando. Apretó una mano sobre su cabeza para intentar parar el sangrado. El pelirrojo apoyó su peso contra algunos casilleros, intentando respirar y no desmayarse.

-¿Enton-entonces por qué esperaste tanto para terminar lo que empezaste?

-No te separabas de ese maldito rubio- gruñó- nunca lo haces. Por eso es su maldita culpa que me haya tomado tanto tiempo terminar contigo.

"No confíes en Andrew Minyard".

-¿Eh? ¿Entonces por qué me dijiste que no confiara en él? ¿Sabías que iba a perder la memoria?

-¿Qué? ¿eso dije? - se encogió de hombros- quizás lo dije porque él no pudo protegerte en ese momento, algún día ibas a separarte de él- el arma que me estaba apuntando flaqueó un segundo, sus ojos reconociendo algo- eh, quizás por eso después andabas con todo el otro grupo y no te acercabas a él. Mientras te observaba me pareció raro- comenzó a reír mientras me miraba- qué divertido, así que hice que no confiaras en él. Si hubiera sabido te hubiera matado hace semanas- la carcajada que soltó se escuchó en todo el vestuario.

Neil aprovechó esa brecha para lanzarse contra él, agarrando con su mano la muñeca que sujetaba el arma. Un disparo resonó entre ellos, haciendo estremecer a Neil, pero no dejó de hacer fuerza contra el extraño, intentando agarrar la pistola. Pedazos de techo volaron entre ellos por la bala que atravesó el material. Con la poca adrenalina que le quedaba, empujó al hombre, logrando liberar el arma de sus manos. Pero el otro, a pesar de los kilos que perdió, pudo estabilizarse y tirar al suelo al pelirrojo. El arma salió disparada hacia el otro lado de la habitación.

Los dos cuerpos cayeron, Neil llevándose la peor parte al golpearse la espalda contra un banco antes de caer al suelo. El impacto le sacó el aire. El extraño tomó la ventaja de la situación, poniendo todo su peso contra el pecho de Neil, mientras comenzaba a golpearlo en el rostro una y otra vez. El pelirrojo trató de defenderse, pero la fuerza lentamente lo estaba dejando.

Su visión se llenó de rojo por la sangre. Veía nublado, por lo que era difícil esquivar los golpes.

Pensó en Andrew. Pensó en los foxes. En Wymack y en Abby. Pensó en su familia y les pedía perdón. Se arrepentía de las burlas en la última despedida con el rubio. Si hubiera sabido, no lo habría dejado o mínimo le habría dicho cuánto lo amaba. Darle las gracias por todo, por volver a confiar en él, por los besos, las llaves, por estar a su lado, las risas, sus ojos que decían tanto a pensar de no querer expresar nada.

Su consciencia lentamente se estaba yendo. Intentó aferrarse a una imagen de Andrew, quería morirse pensando en él, pero sentía que no podía recordar nada, ¿estaba volviendo a perder la memoria? esperaba que Andrew pudiera hacer que vuelva a recuperarla, y si no,

 si se estaba muriendo, por lo menos lo estaría esperando en el... en el...

¿En qué estaba pensando? Luego de varios golpes, decidió cerrar los ojos y relajarse. 

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Holaaa, perdón perdón por la demora y el final abierto. Recién hoy pude tocar la historia luego de dos semanas sin publicar. Estuve con una entrega de la facultad que me agarró todo el tiempo disponible. Estuve muy cansada. 

Tenía este capítulo y el siguiente en la cabeza los 14 días!! Al fin pude publicar, la semana pasada me sentí mal al no subir nada :(

Estamos en la recta final. Gracias por el apoyo de siempre, son lxs mejores <3

Pd: Mientras escribía sonaba "Stay with me" de Sam Smith :( lloremos.

Instante - AndreilWhere stories live. Discover now