Capitulo 91

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Salimos de la oficina de Calderón y mientras íbamos a la sala de juntas, éste me estaba diciendo que solo podía pagar la calma con Marcela delante de la junta. Me dijo también que ella iba a tratar de descomponerme con el cuento del matrimonio, me pidió que me compotara como si fuera un samurai. Me dijo que le dijera que el matrimonio se iba a realizar y me preguntó si estaba todo claro pero cuando doblamos en el pasillo la veo a Beatriz. Le pregunté si esos eran los informes, pero me respondió que todavía tenía que alistar unas carpetas. Desesperado le pregunté cómo era posible que todavía tenía que alistar las carpetas y que mis papás estaban en la sala de junta esperando dos para presentar el informe del balance. Luego le pregunté qué pasaba y ella me dijo que sabía pero todavía le faltaban unas fotocopias. Miré mi reloj y le pregunté cuánto tiempo necesitábamos para que ella entregara su informe, me dijo que solamente unos 10 minutos y que no me preocupaba porque ya íbamos a terminar con esto, entonces le pedí que volara con eso.
Mario me dijo que estuviera tranquilo y que tuviera paciencia ya que solamente 10 minutos tendríamos el balance maquillado y que no había ningún problema.
Apenas entré a la sala de juntas, Hugo como siempre diciendo sandeses, luego fui a saludar a mi mamá pero cuando quise hablar con mi padre éste me preguntó qué pasaba Y por qué se estaba demorando todo. Yo atiné a decirle mirando a todos, que en todo caso no había problema porque todavía no habían llegado ni Daniel ni tampoco María Beatriz.
Afirmó mi dicho y luego me dijo de que por lo menos podrían empezar viendo el balance y mi mamá firmó a ese comentario de mi padre. Le dije que ya lo estaba trayendo Betty para el lugar y también le dije que no se preocupara porque estaba todo perfecto.
Marcela entonces repitió mi última palabra en forma irónica y todos entonces así de agudos empezaron a sentar en sus respectivos asientos.
Te tomé la mano a Marcela diciéndole a mi amor le pedí que no se preocupara que esta noche iba a haber entrega de regalos como le prometí y pasado mañana nos casaríamos. Para terminar diciéndole que dejada sacada de amargura y sonriera. Marcela empezó a sonreír y mi madre me dijo de que nunca dudamos de que eso sucedería, después mi padre dijo que nunca me lo hubieran perdonado si no sucedía y recalcó nunca.

En eso entra a la sala de juntas Patricia y detrás de ella el doctor Mortis alias mi cuñadito Daniel, me saludo con los buenos días pero luego rectificó diciéndome que tenía que mejor decir malos días. Sonriendo dije que mirarán quién acababa de llegar, la alegría del hogar y luego le dije buenos días. Seguí diciéndole que para cada uno de nosotros sería un excelente día pero claro que para él no. Daniel me preguntó si de verdad creía que sería un buen día para todos y cuando yo quise refutarle, mí padre dijo que no nos peliemos, que no quería más comentarios sarcásticos, ni quería tampoco peleas entre nosotros dos hoy y luego dijo que hiciéramos ésta reunión en paz. También le dijo a Daniel que por lo menos saludara, éste se disculpó y lo saludó a mí papá para luego saludarla a mí mamá.
Cuando veo que Paty se intenta retirar de la sala, la llamo y pregunta dónde están los meseros, a lo que ella contesta que ya estaban viniendo. Saluda para retirarse pero nuevamente la llamo y le pregunté si acaso éste era un nuevo servicio democrático en lo cual solo se le podía servir algunos miembros de la junta directiva y a otros no. Le dije que por ejemplo al presidente no se le podía servir ya que había visto que ni siquiera me había puesto una taza de tinto, entonces le pedí que me trajera una taza de café. Después le pregunté a Calderón de manera formal, si deseaba tomar algo y éste le pidió un café.
Cuando estaba por irse, le dije a Paty que le trajera un calmante a Daniel pero él dijo que mejor sujeria que sea para todos y un médico.
Patricia exasperada dijo que nos pusiéramos de acuerdo que ella estaba muy cansada y tenía que trabajar. Mí padre entonces la llamó y le dijo que trajera café para todos, mí madre confirmó el pedido que había hecho mí padre diciéndole que sirviera café para todos y se acabó la discusión. Daniel afirmó diciendo que por ahora, Hugo le dijo que él había pedido brownie y no pastel criollo. Me quedé mirándolo y escuché decirle que también quería un jugo de tamarindo.
Tuve que escuchar la cantaleta de Hugo Lombardi hablando con mí mamá sobre lo que hizo a la noche, Marcela dijo que empecemos porque su hermana María Beatriz recién se acababa de levantarse.
De repente apareció Betty con los informes y saludó a todos, casi todos les respondieron.
Mí padre le preguntó si esos eran los balances y ella afirmó, entonces le dijo que era perfecto para luego decirle que se imaginaba que ella se quedaría en la junta. Patricia respondió que si pero le grité que no se refería a ella, le dije a mí padre que Betty se iba a quedar con nosotros para explicarnos el balance y el informe, para luego pedirle que no se preocupara. Daniel le dijo a Betty que le encantaría saber que tenía para decirnos y ella lo miró raro. Cuando trato de tomar mí café, noto que está muy frío y le digo a ella que está helado. Me dijo que no le dijera ahora que quería que me lo calentara, le dije que no tenía tanta presunción. Le dije entonces que me traiga hielo y yo me lo tomaba como ice cofee. Le pregunté a Mario si quería hielo o se lo tomaba así, éste me respondió que estaba espantoso y se lo devolvió. Después le pregunté por los meseros y Paty me dijo que no habían llegado.
Mí padre entonces le pidió a Betty que repartiera las carpetas, y dijo que empecemos ésto una vez por todas.
Pidió que nos sentemos y dijo que quería establecer unas reglas del juego para ésta junta. Siguió diciéndo que primero iban a analizar detalladamente el balance y que sólo después (recalcó ésto) harían las observaciones del caso, terminó preguntando si estábamos de acuerdo. Daniel dijo que por él no había ningún inconveniente y que su afán es estar interesado en lo que nosotros teníamos que decir. Lo miré raro, ya que esa actitud era muy desafiante. Después habló mí mamá diciendo que quería advertirnos algo, que no se podía volver ésto una batalla campal entre nosotros, que sí papá y ella vinieron de Londres no fue solamente por la junta, sino al matrimonio mío con Marcela y que entonces ésto se debía desarrollar en los mejores términos (mientras mí madre dijo eso, Betty me dió mí carpeta. La miré y me pareció raro su semblante, como apagado pero no me di cuenta de nada como siempre me pasaba)dijo que teníamos que manejarlas con amabilidad y con respeto. Después dijo que al salir de aquí, nos veríamos en su casa para la entrega de regalos de los novios. Mí padre agregó que ésto debería ser motivo de unión de todos nosotros.
Luego le pidió a Betty que se sentara, entonces yo le puse una silla a mí lado. Tenerla cerca me hacía muy bien, no hacían falta palabras ya que con su sóla presencia me tranquilizaba el alma.

Mí padre pidió que empecemos con la reunión, entonces todos empezamos a abrir las carpetas donde estaban el informe y también el balance "supuestamente" maquillado. Pero al abrir el mío, encuentro la maldita carta de instrucciones que me había dejado meses atrás Calderón cuando él y Marcela se fueron a Palm Beach.
Se podrán imaginar mí cara de sorpresa al verla, eso significaba que Betty sabía del plan que hicimos con Mario. No se pueden imaginar lo que sentí en ese momento, la única persona que he amado en toda mí vida, sabía que hicimos algo monstruo con Mario. Lo miré a éste y parece que tuvimos trasmisión de pensamientos ya que al parecer a él también le dió una copia. La miré a Betty pero no parecía inmutarse.
Ésto quería decir que la iba a perder, pero lo peor vino enseguida.
Resulta que luego mí padre pregunta que significaba la primera página, le pedí que no leyera eso pensando que también tenían la misma copia. Betty entonces rompe el silencio y le contesta a mí padre que la primera página era un resumen del balance general, le saqué el de Marcela y comprobé que no tenía la carta. Nos miramos con Calderón y nos dimos cuenta que sólo estaban en nuestras carpetas. Entonces mí madre preguntó qué es lo que pasaba, mí padre entonces le pregunta a Betty que eran esos pasivos de $97 mil millones de pesos y $15 mil millones de pesos, que era eso le dijo. Mario me acerca un papel donde decía que Beatriz había presentado el balance real. Se pondrán imaginar cómo me sentía en ese momento, mí mundo se me vino al piso.
Entonces grité diciendo que esperarán un momento ya que ese no era el balance que iba a presentar a la junta directiva y que acá había un error. Le pedí a Beatriz que retirara las carpetas pero me dijo que no y entonces a los gritos le dije que yo lo haría.
Empecé a coger las carpetas diciendo que me disculparan pero que eso se retiraba, que cerrabamos la junta directiva.
Ahí salta Daniel gritandome que no, que la junta no se terminaba porque aquí no había ningún error. Le dijo luego a mí padre que ese pasivo por $97 mil millones es decir casi 50 millones de dólares, era una obligación que Ecomoda contrajo con Terramoda y que no era únicamente eso, sino que también resultaba ser que Terramoda tenía la prensa sobre establecimiento comercial de Ecomoda.
Mí padre se sentó angustiado y mí madre preguntó se qué estaban hablando. Obviamente Daniel le contó que en la práctica Terramoda era la propietaria de Ecomoda, mí madre siguió preguntando y quiso saber que era Terramoda. Daniel le preguntó si no recordaba la compañía unipersonal de la Dra Beatriz Pinzón Solano, me levanté ahí mismo y le dije que él no sabía lo que estaba hablando. Pero me dijo que si lo sabía y saca de su maletín el boletín de cámara y comercio, sin antes decirme que se habían acabado las mentiras y se había acabado el jueguito. Me mostró el registro mercantil de cámara y comercio diciendo que allí aparecían todas las cifras que estábamos hablando.
No me quedó más remedio que sentarme y Daniel me dijo que me había llegado la hora de dar la cara y dejar de decir mentiras y enfrentara la realidad. Me desabroché un poco mí corbata porque sentía que me ahogaba, siguió preguntandome que había pasado con la compañía que me dieron. Siguió diciéndo que Ecomoda era la comidilla de todos los corrillos de ésta ciudad, gritandome me dijo que me habían entregado una empresa y que había hecho con ella, siguió preguntandome que había pasado con su patrimonio y el de mis padres. Luego me dijo si la había perdido, porque ya no existía. Le dije que si existía y que la tenía protegida. Me gritó que era un estúpido porque estaba embargada y luego se apareció la tonta de la Patricia diciendo que habían llegado los meseros, lo dijo muy feliz y yo le levanté de mí silla gritándole le dije que se largara, cosa que Daniel también le dijo.
Marcela llorando y a los gritos le dijo que se largara con sus meseros que aquí no entraba nadie. Mí padre pidió que nos calmemos en tono casi se súplica, me saqué los lentes y mirándolo a Daniel Valencia le dije que él a mí no me trataba de estúpido jamás en la vida y él me preguntó de qué entonces, mí padre estaba en el medio de los dos tratando de impedir que nos diéramos a golpes. Daniel me gritó patético e histérico y logró darme una cachetada, pero mí padre a los gritos nos frenó.



Continuará

YO, ARMANDO MENDOZA Where stories live. Discover now