Capitulo 10

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En su habitación, Thomas se encontraba en un dilema. La confusión y la ambigüedad de la situación con Eleanor lo atormentaban, pero también sentía una profunda necesidad de entender lo que estaba sucediendo entre ellos.

Mientras se quitaba el uniforme de sirviente y se preparaba para la noche, reflexionó sobre si debía o no acudir al encuentro en el rincón del faro con Eleanor. Sabía que debía enfrentar la situación, pero también temía las posibles respuestas que podría obtener.

Finalmente, tomó una decisión. Sabía que no podía ignorar sus sentimientos ni las señales confusas de Eleanor. Salió sigilosamente de la mansión en dirección al faro, bajo el manto de la noche estrellada.

Cada paso que daba hacia el rincón del faro estaba lleno de ansiedad y anticipación. No sabía qué esperar, pero estaba decidido a descubrir la verdad detrás de los misteriosos mensajes y las miradas compartidas con Eleanor.

La sorpresa inundó a Thomas cuando llegó y encontró a Eleanor allí, de pie, esperándolo en la luz de la luna. La expresión en su rostro era una mezcla de nerviosismo y determinación.

Eleanor rompió el silencio primero, con voz suave pero firme: "Thomas, estoy contenta de que hayas venido".

Thomas miró fijamente a Eleanor, sintiendo una mezcla de alivio y emoción al escuchar esas palabras. "Yo también estoy contento de haber venido, Eleanor," respondió Thomas, su voz temblorosa con la emoción contenida.

Eleanor asintió, sus ojos encontrando los de Thomas en la penumbra. "Necesitamos hablar, Thomas. Anoche fue un caos, y te debo una explicación."

Thomas luchó por mantener su calma mientras hablaba con Eleanor. No quería sonar borde, pero la confusión y la frustración que lo habían atormentado durante tanto tiempo finalmente se manifestaron en su voz. Con un tono que traicionaba su enfado contenido, dijo: "Tal vez prefiera que me expliques qué pasa con Lord Waverley."

Eleanor frunció el ceño con sorpresa cuando Thomas insinuó lo que había estado observando. La tensión  era palpable, y aunque quería encontrar las palabras adecuadas, finalmente no pudo evitar preguntar: "¿A qué te refieres, Thomas?"

Thomas, luchando por mantener sus emociones bajo control, soltó sus palabras con firmeza y un toque de frustración: "Vamos, Eleanor, os he visto en varias ocasiones, tu familia está encantada con vuestra relación... o lo que tengáis entre manos."

Con una voz temblorosa, respondió: "Thomas, entiendo por qué estás confundido, pero necesitas escucharme. Mi familia y Lord Waverley tienen planes, pero no son mis planes. No puedo controlar lo que otros deseen para mí, pero eso no cambia lo que siento por ti."

Thomas, preocupado y deseoso de entender la situación, no pudo evitar preguntar con cautela "¿Qué tipo de planes, Eleanor?"

Eleanor bajó la mirada por un momento antes de responder, su voz apenas un susurro: "Por lo que he intuido, mi familia está barajando la posibilidad de un posible matrimonio con Lord Waverley."

El corazón de Thomas se apretó al escuchar esas palabras. La idea de Eleanor casándose con otro le provocó una sensación abrumadora de tristeza y desesperación. Miró a Eleanor y vio una lágrima solitaria que recorría su mejilla iluminada por la luz de la luna.

Sentados juntos en la roca junto al faro, el mundo parecía detenerse por un momento. Thomas deseaba con todo su ser poder secar esa lágrima y cambiar el rumbo de las cosas.

Eleanor, notando la angustia en Thomas, se apresuró a agregar, secándose rápidamente las lágrimas "Bueno, es solo una suposición, Thomas. Hoy mi madre lo invitó a casa, por eso nos viste juntos. No sé cómo plantarle cara a mi madre. Las expectativas familiares pueden ser abrumadoras."

Thomas, aún lidiando con una mezcla de emociones y preocupación por Eleanor, finalmente encontró las palabras para preguntar lo que le había estado atormentando: "Entonces, Eleanor, ¿por qué estabas ayer tan ebria? ¿En qué pensabas? Podía haberte pasado algo por salir sola."

Eleanor, sintiéndose avergonzada pero dispuesta a aligerar la situación, respondió de manera graciosa: "Digamos que alguien quería saber a dónde ibas y..." Miró a Thomas de reojo con una sonrisa traviesa.

Thomas no pudo evitar soltar una carcajada y le respondió entre risas: "¡Ah, ¿quién es la celosa ahora?". Luego, comenzó a hacerle cosquillas a Eleanor, y ella se levantó entre risas mientras se perseguían uno al otro, dando vueltas alrededor del faro.

Eleanor, atrapada en la diversión y sin darse cuenta de cuánto se aventuraba, cruzó más allá de lo debido y, con un tropiezo, cayó en la orilla, mojándose el vestido. Thomas no pudo contener su risa al verla empapada, y Eleanor, en lugar de enojarse, se unió a la risa.

La situación se volvió aún más cómica cuando Eleanor, todavía riendo, empujó a Thomas juguetonamente, y ambos terminaron en una especie de pelea amigable en la orilla.  Sus corazones latían más rápido de lo normal debido a la emoción y la cercanía.

Una chispa de impulsividad cruzó la mente de Thomas. Sin pensar demasiado, siguiendo un impulso irresistible, Thomas agarró a Eleanor por la cintura, atrayéndola hacia sí con ternura pero decisión. Sus miradas se encontraron, y en ese momento, el mundo que los rodeaba pareció desvanecerse.

Eleanor, inicialmente sorprendida por la acción audaz de Thomas, pronto se dejó llevar por la pasión del momento. Sus ojos se cerraron lentamente mientras sus labios se encontraban en un beso que parecía contener todo el deseo y la intensidad que habían estado reprimiendo.
El beso era suave pero apasionado, como una ola que rompe en la orilla del mar. Los labios de Thomas y Eleanor se movían en un baile ardiente, y sus manos se aferraban el uno al otro como si temieran perderse en la oscuridad de la noche.

Thomas acarició suavemente la mejilla de Eleanor, y ambos se quedaron mirándose en un momento de profunda conexión. La luz de la luna no bañaba su entorno, acentuando la intensidad de sus emociones compartidas. Después de un largo silencio, Eleanor rompió la quietud con una pregunta que pesaba en su corazón.

"Prométeme que todo estará bien", susurró Eleanor, sus ojos buscando seguridad en los de Thomas. Había una mezcla de anhelo y preocupación en su voz que resonaba en el oscuro rincón junto al faro.

Thomas respondió con ternura, tratando de transmitir confianza a Eleanor. "No te preocupes, Eleanor. Tal vez si hablas con tu madre, pueda entenderlo. A veces, las personas cambian cuando se dan cuenta de lo que realmente importa."

Eleanor, mientras salía del agua y volvía a tierra firme, dejó escapar una risa incrédula. "No, Thomas, mi madre no es así. Siempre piensa en ella y en lo que le conviene solamente a ella." Había tristeza y frustración en su voz mientras hablaba de la complicada relación con su madre. Sus ojos reflejaban años de luchas y desencuentros familiares.

Thomas se permitió soltar una broma ligera "Bueno, si tu madre insiste en casarte con Lord Waverley, siempre podemos escaparnos y vivir una vida de aventuras juntos en algún lugar lejano."

Eleanor no pudo evitar reír ante la ocurrencia de Thomas. Su risa resonó en el tranquilo entorno nocturno, mezclándose con el susurro de las olas. "¡Oh, Thomas! Eres un soñador empedernido," respondió con cariño. "Pero tienes razón, la idea suena tentadora. Sin embargo, creo que deberíamos intentar hablar con mi madre primero antes de convertirnos en prófugos de la ley."

La sonrisa de Thomas se suavizó mientras miraba profundamente a los ojos de Eleanor. "Pero, en caso de que eso no funcione..." Thomas hizo una pausa dramática, como si estuviera ideando un plan maestro, "siempre podemos considerar el plan de escapar como nuestro as en la manga, ¿no crees?"

Eleanor asintió con una sonrisa, y juntos continuaron riendo, encontrando consuelo y felicidad en la complicidad compartida.

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