Capitulo 13

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Eleanor se encontraba de pie junto a la puerta de su habitación, vistiendo un traje sencillo pero elegante que su madre había elegido cuidadosamente para la reunión. Esta vez, sin embargo, Eleanor estaba decidida a no asistir. Las elecciones que su madre estaba tomando, las reuniones y citas impuestas, iban en contra de su voluntad y la estaban llevando al límite de su paciencia.

Con determinación, salió de su habitación dispuesta a marcharse de la mansión antes de que comenzara la reunión. Sin embargo, al doblar el pasillo, se encontró con Thomas, que se dirigía hacia su habitación . El rostro de Thomas estaba inquieto y nervioso, como si llevara consigo una revelación importante que debía compartir.

Antes de que Thomas pudiera abrir la boca para hablar, Eleanor, con un tono apresurado, lo interrumpió: "Thomas, no tengo tiempo ahora. Debo marcharme antes de que esa reunión comience. Mi madre no escuchará mis deseos, y estoy harta de seguir sus imposiciones." Su voz reflejaba la frustración que había estado acumulando durante tanto tiempo.

Thomas, consciente de la urgencia de la situación, luchó por encontrar las palabras adecuadas. Finalmente, en un susurro apresurado, le dijo: "Eleanor, necesito contarte algo importante. Algo que he descubierto. Es sobre tu padre..."

Eleanor se detuvo en seco al escuchar las palabras de Thomas sobre su padre. Sus ojos se llenaron de sorpresa y curiosidad. "¿Mi padre?" preguntó ansiosamente. "¿Qué has descubierto, Thomas? Por favor, dime más." La urgencia de su situación anterior se desvaneció ante la posibilidad de conocer algo sobre su padre que nunca había sabido.

Sin embargo, Eleanor también comprendió que no podían tener esta conversación crucial en medio de la mansión, donde las paredes tenían oídos y sus acciones podrían ser observadas. Asintió hacia la puerta y susurró, "Es mejor que salgamos de aquí, Thomas. Vamos a encontrar un lugar tranquilo para hablar sin ser interrumpidos."

Juntos, se adentraron en los pasillos de la mansión, evitando a Lady Adelaide y Lord Waverley, quienes seguramente estarían preocupados por la tardanza de Eleanor. Cada paso era una carrera contra el tiempo, pero Eleanor estaba decidida a descubrir la verdad sobre su padre.

Finalmente, salieron al aire fresco del jardín, donde la tensión comenzó a disiparse. Eleanor y Thomas caminaron en silencio hasta que encontraron un pequeño lago sereno que se encontraba cerca de la mansión. Allí, se sentaron en un banco de piedra, rodeados por la tranquilidad del agua y el canto de los pájaros.

Con un suspiro profundo, Thomas comenzó a hablar en voz baja. "Eleanor, mientras ordenaba algunos documentos, me encontré con una pequeña carta del forense. La fecha y los detalles en ella eran intrigantes, y no pude evitar leerla."

Eleanor, con los ojos fijos en Thomas, asintió, instándolo a continuar. "Sigue, Thomas. ¿Qué decía la carta?"

Thomas exhaló lentamente antes de continuar. "La carta sugiere que tu padre, podría haber sido víctima de envenenamiento. El forense menciona algunas anomalías en su muerte"

El asombro y la conmoción llenaron los ojos de Eleanor mientras procesaba las palabras de Thomas. Una mezcla de emociones, desde la incredulidad hasta el dolor y la indignación, se reflejaba en su rostro. "¿Envenenamiento?", susurró, se aferró a la carta, sintiendo cómo su mundo se tambaleaba.

Thomas, a pesar de sentir temor por la posible reacción de Eleanor, sabía que debía plantear la pregunta que pesaba en su mente. Con voz temblorosa y preocupada, finalmente se atrevió a preguntar: "Eleanor, ¿crees que tu madre pueda tener algo que ver con todo esto?"

Las palabras colgaron en el aire como un peso insoportable, y Thomas observó ansiosamente la reacción de Eleanor. Su mirada perdida y suspirando revelaron que esta pregunta había sacudido aún más sus pensamientos ya confusos.

La revelación de que su padre podría haber sido envenenado era una carga insoportable. Mientras sostenía la carta en sus manos, las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos sin restricción. Sus hombros temblaban con el peso de la tristeza y la confusión que la abrumaban.

Sin poder contenerse más, Eleanor se volvió hacia Thomas y se abrazó a él con fuerza, sus lágrimas empapando su hombro. "Oh, Thomas," sollozó, "todo es un desastre. No entiendo cómo mi madre pudo haberle hecho eso a mi padre."

Thomas la rodeó con ternura, sintiendo el dolor profundo que emanaba de Eleanor. Sus palabras eran un eco de la angustia que se reflejaba en sus ojos mientras miraba el lago. "Lo sé, Eleanor. Es incomprensible, pero debemos descubrir la verdad."

Mientras las lágrimas continuaban deslizándose por el rostro de Eleanor, acarició suavemente la mejilla de Thomas con las yemas de sus dedos. Sus ojos se encontraron, transmitiendo una complicidad y una pasión que habían estado ocultas durante mucho tiempo.

Con voz temblorosa pero llena de determinación, Eleanor murmuró, "Thomas, eres lo único real que tengo. Te quiero, y sé que tú también me quieres."

Sin más palabras, sus labios se encontraron en un beso apasionado que los hizo sentirse más vivos que nunca y la tensión acumulada se liberó en ese fugaz pero intenso encuentro.

La pasión fluyó entre ellos como una corriente eléctrica, sus manos se exploraron con deseo mientras el mundo a su alrededor se desvanecía. Cada caricia y suspiro hablaba de un amor que había estado esperando en las sombras, y ahora se manifestaba con urgencia y anhelo.

A medida que sus cuerpos se acercaban, el calor de su deseo llenaba el aire, y sus miradas se entrelazaban con un entendimiento profundo y apasionado,

Una vez en el lecho del lago, Eleanor y Thomas se encontraban tan inmersos en su pasión que la preocupación por ensuciarse o las consecuencias inmediatas habían perdido toda relevancia.

Eleanor sin pensárselo se había propuesto entregarse a Thomas, consciente de que había descubierto algo excepcional, algo que trascendía lo que habían compartido hasta ese momento.

Con una voz nerviosa, Thomas formuló su pregunta a Eleanor: "¿Estás segura de esto? No quiero hacer nada qu..." Sin embargo, antes de que pudiera terminar su inquietud, Eleanor interrumpió su ansiedad al colocar suavemente un dedo sobre sus labios. A pesar de sus propios nervios, Eleanor sentía una certeza profunda en su interior, una convicción de que lo que estaban a punto de hacer era lo correcto.

Con una voz igualmente temblorosa pero decidida, Eleanor respondió: "Nunca había estado tan segura de algo, mi querido Thomas." Sus palabras resonaron con una determinación que disipó cualquier duda que Thomas pudiera haber tenido. Una sonrisa cálida y confiada se dibujó en el rostro de Thomas mientras con fuerza acercaba a Eleanor aún más hacia el, reconociendo en ese momento un vínculo indeleble que estaba a punto de formarse entre ellos.

Susurros Where stories live. Discover now