𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏𝟐

10 3 2
                                    

𝐶𝑎𝑝𝑖́𝑡𝑢𝑙𝑜 12

LAYLA

La música resonaba por toda la casa, lo que me hizo taparme las orejas. Tomé el frasco de mis pastillas, pero ya estaba vacío. Ayer me desperté por otra pesadilla, mi hermano me escucho gritar y vino a ver si estaba bien. Y cuando se fue, me tomé dos pastillas más para poder dormir otra vez. Nunca pensé que se me acabarían tan pronto.

Dejé el frasco otra vez en la mesa de noche y salí de mi habitación. Bajé las escaleras y caminé hacia el comedor donde mi madre estaba dándole de comer a Chloe mientras mi padre leía el periódico. Me senté, tomé un pan y le unté mermelada.

—¿Dormiste bien, cariño? —preguntó mi padre, apartando la mirada del periódico.

—Sí. La música alta me está afectando un poco. ¿De dónde viene? —pregunté, tapándome las ojeras nuevamente, cuando la música se intensificó.

—Estoy organizando una fiesta para mi niña hermosa —dijo, apretujándole los cachetes a Chloe—. Están haciendo pruebas de sonido.

—¿Es su cumpleaños? —le di una mordida a mi pan.

—No, pero mi pequeña cumple siete meses, necesita una fiesta en grande.

«Siete meses, qué raro me parecía haber escuchado a Esther que ya tenía siete meses».

—Pero Esther me había dicho que Chloe tenía siete meses.

Mi madre empezó a toser después de darle un sorbo a su café.

—Lo más seguro es que Esther se haya confundido.

Mi mente estaba llena de confusión y preguntas, pero decidí no profundizar en ese momento. Era extraño, pero opté por no insistir en el tema. En lugar de eso, intenté cambiar de conversación.

—Está bien, mamá. ¿Necesitas ayuda con algo para fiesta de Chloe?

Mi madre me observó con sorpresa y se aclaró la garganta para continuar hablando.

—No, cariño, todo está bajo control. Yo me encargo de todo. No te preocupes.

Asentí y continué con mi desayuno. Después de un rato, mi padre se despidió de mí para irse a la oficina y revisar el progreso del nuevo modelo que esta por salir. Mi madre, por su lado labor, se fue con Chloe para terminar de arreglar los preparativos de la fiesta.

Subí a mi habitación y tomé una ducha. No es que no me gustara bañarme, simplemente desde que llegué nunca lo volví a hacer con la misma frecuencía que solía hacerlo antes. Como la mayoría del tiempo estoy en casa durmiendo o viendo algún programa de televisión, no lo considero necesario.

Cuando terminé de ducharme, me vestí con un short de pijama y una blusa de los Rugrats que tenía muy en el fondo de mi armario. Tomé mi teléfono, en el que tenía varios mensajes de Chase.

Chase: ¿𝐸𝑠𝑡𝑎́𝑠 𝑒𝑛 𝑐𝑎𝑠𝑎?

𝐶𝑜𝑚𝑝𝑟𝑒́ 𝑡𝑢 𝑐𝑜𝑚𝑖𝑑𝑎 𝑓𝑎𝑣𝑜𝑟𝑖𝑡𝑎, ¿ 𝑝𝑢𝑒𝑑𝑜 𝑝𝑎𝑠𝑎𝑟 𝑚𝑎́𝑠 𝑡𝑎𝑟𝑑𝑒 𝑝𝑎𝑟𝑎 𝑐𝑜𝑚𝑝𝑎𝑟𝑡𝑖𝑟𝑙𝑎 𝑐𝑜𝑛𝑡𝑖𝑔𝑜?

No pude contener una sonrisa al leer los mensajes de Chase. Siempre ha estado pendiente de mi desde mi regreso, aunque claramente sabía el porqué lo hacía. Dejando a un lado su preocupación, sabía que él nunca dejó de sentir cosas por mí, después de haberlo rechazado por alguien que no valía la pena. Respondí rápidamente:

𝐋𝐚 𝐏𝐫𝐨𝐦𝐞𝐬𝐚 𝐃𝐞 𝐔𝐧 𝐁𝐞𝐬𝐨Where stories live. Discover now