La muerte de mi árbol

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Mi árbol, el más hermoso
fue arrancado de la tierra.
Dijeron que incordiaba el lugar
donde tenía que haber un maizal.
Ya nadie tendría hambre, dijeron.
Habría trabajo, progreso y paz.
Para eso, tenía que morir mi árbol
en una mañana de invierno.

Él nació en silencio, humilde, sin ostentar,
de un carozo durmiente.
Su brote rompió la tierra,
frágil pero recio,
sereno pero audaz,
hasta ver la luz.
Y se convirtió en un tronco galán,
nervudo, robusto, titán.
Abrió sus ramas al aire
como se abre una mano para dar.

También fue hogar, fue patria.
A alguien vio nacer, a alguien vio volar.
Fue defensa, auxilio y refugio,
fue agua y pan.
Todos podían llegar y quedarse.
Todos podían ser libres y emigrar.

Desde cerca desplegaba la armonía de sus ramas,
la escultura en su corteza,
la existencia en sus raíces.
El olor de su sustancia me sanaba.
Me seducían los susurros de sus hojas.

Desde lejos lo veía valsar en el viento,
agitar sus flores como fuegos artificiales,
y buscar ser el más alto,
porque él quería llegar al sol.

Él era bueno.
No hay nada más noble que un árbol.
En silencio se fue. En pedazos.
Cercenaron sus ramas más finas,
después, las más pulposas.

No se entregó fácil, dio lucha,
aunque no hayan querido escucharlo.
Lloró vida. Sangró savia.
Me lo entregaron desmembrado.
Entregué su leña a la gente,
A aquella que tenía frío.
Se cremó ofreciendo su calor,
siendo hogar hasta el último pedazo.
Y su ceniza volvió a la tierra
que ahora es revuelta
por hombres y máquinas,
penetrada, intranquila,
sin permitirse albergar
un nuevo carozo durmiente
en silencio, humilde, sin ostentar,
frágil pero recio,
sereno pero audaz,
hasta ver la luz
y convertirse en un tronco galán,
nervudo, robusto, titán,
sin ramas que se abran al aire
como se abre una mano para dar.

Ya no incordia el lugar
donde ahora hay un maizal.
Pero todavía hay gente con hambre.
Y aún faltan trabajo y paz.
Progreso se llama, dicen.
Pero ultrajan a la vida,
y a la vida que da vida,
y faltan a la verdad.
Por eso murió mi árbol
en una mañana de invierno
junto con otros
miles de árboles más.

PoesíaWhere stories live. Discover now