Cariño { daerin }

Pasito 6

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La relación entre Yuna y Danielle, si se le puede llamar relación, es algo complicada.

Son como novias, pero sin el título, y a la pelinegra no parece importarle mucho. Sin embargo, hoy, al ver la expresión de Haerin al mencionar a Yuna como "su chica", la perturbó.

Fue como si hubiera decepcionado a alguien.

A pesar de esto, allí estaban, besándose en secreto, pero surge una pregunta: ¿no se supone que cuando amas a alguien, no lo ocultas?

Danielle se separó y dijo:
—Ya, adiós, Yuna.

—Dani, mañana me disculparé con la chica—dijo Yuna mientras se rascaba la nuca.

—»Creo que es mejor dejarlo hasta aquí."

Los ojos de la pelinegra se abrieron con sorpresa. ¿Hablaba de terminar con ella? Pero, ¿qué iban a terminar? Ni siquiera habían empezado algo.

—Ujum,— Danielle trató de contener las lágrimas en ese momento. Aunque no lo pareciera, a la pelinegra le gustaba mucho Yuna, aunque para ella no estaba del todo claro su afecto.

—Eres muy bonita, tus sentimientos hacia mí son lindos, pero mira cómo soy," se señaló a sí misma.
—Soy tóxica, me molesta que alguien tome lo que es mío— los ojos de Yuna mostraban arrepentimiento.
—Y eso está muy mal. No puedo seguir así contigo, arruinándote. Busca a alguien que te admire, Danielle. Porque aunque yo lo hago, no soy lo que una preciosa mujer como tú necesita.— Recogió el balón y se marchó.

Lágrimas rodaron por el rostro de la pelinegra. En ese momento, desearía estar en su casa. Necesitaba a su peluche de vaquita con corazones rosas.

Salió de las canchas de baloncesto y llamó a su padre para que la recogiera. Danielle fue al salón a buscar su mochila sin esperar encontrarse con la mirada de Haerin.

—Cariño, me voy. ¿Me pasas las últimas actividades, por favor?— Hubo un tono de tristeza en su voz.

—Claro, cuídate, cariño,— respondió Haerin.

Esto último la pelinegra no pudo escucharlo, ya que había salido del aula.

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Las últimas horas pasaron, y Haerin esperó pacientemente a su madre mientras miraba su reloj. Según sus cálculos, podría hacer las actividades en una hora y luego enviárselas a Danielle para que las hiciera.

La madre de Haerin pitó para llamar su atención, y ella subió al auto.

El grito que dio la mujer la asustó.

—Mi bebé, ¿quién te pegó?— ella tocaba el pómulo roto de Haerin.

A la castaña se le había olvidado ese pequeño detalle, su madre era muy paranoica con cualquier cosa.

—Ya, déjala, mujer—dijo su padre desde el asiento trasero.

—Hola, pa— saludó Haerin a su progenitor, ya que no lo había visto en unas semanas.

—Pero, amor, mira cómo maltrataron el bonito rostro de nuestra chiquilla.

—Vamos a casa, Hyesun. Ahí vemos qué sucede —replicó el hombre, volviéndose a acostar para seguir durmiendo.

La señora aceptó de mala gana y avanzó. Los autos que venían detrás de ella agradecieron que avanzara.

Muchas cuadras después, estaban ingresando a su hogar.

—Al parecer, Pooky sigue durmiendo— dijo su madre al no ser recibida por cuatro patitas.

—Ese perro es muy dormilón. Quiero su vida— habló el papá.

—Mamá, iré a terminar mis tareas, luego bajó — indicó Haerin mientras subía a su habitación.

—Está bien, hablaremos más tarde.

La castaña comenzó a realizar las actividades: algunos problemas de matemáticas, el resumen de literatura y una infografía de ciencias. Aún así, la imagen de su compañera seguía rondando en su mente. Ella tenía los ojos llorosos después de que estuvo con Yuna, ¿no debería estar feliz? ¿Le había hecho algo? No, eso sería sacar malas conclusiones. Quitó esos pensamientos de su cabeza.

Luego de terminar, Haerin encendió la cámara de su celular para tomar fotos de las actividades. Satisfecha con el resultado, buscó el número de su compañera.

—Cariño, ni siquiera tengo tu número —dejó caer su rostro sobre el escritorio.

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Por otro lado, la pelinegra lloraba mientras abrazaba a su peluche.

¿Era tan difícil que alguien le amará ?

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quiero subir todo de golpe, ya esta editado 🤔