𝐏𝐚𝐫𝐭𝐞 𝐕𝐞𝐢𝐧𝐭𝐢𝐨𝐜𝐡𝐨

1.4K 148 157
                                    

El ducado Eckhart estaba sumido en un ambiente catastrófica.

Durante la competencia de caza, el ducado tuvo la llegada de una niña que decía ser la verdadera princesa ducal, de cabello rosa chicle y ojos azul opaco.

Su llegada provoco que las doncellas chillaran alegres de por fin dejar de servir a la falsa princesa, y los caballeros no paraban de repetir que finalmente la usurpadora sería devuelta al lugar al que pertenecía, pero incluso entre las malas palabras y comentarios abusivos, cuatro personas estaban con miles de emociones encontradas.

La primera fue Eclipse, el joven esclavo que el duque había comprado en una subasta. Saber que la joven señorita a la que servía sería mandada a otro lugar le dolía, al fin y al cabo, la bella dama lo trataba de buena manera, no le criticaba ni lo agredía como lo hacían los jóvenes maestros, incluso aún cuidaba al denominado señor bigotes, quien estaba ahora en su dormitorio por motivos de seguridad.

El segundo fue el viejo chef, Wilbur, quien observaba con reproche como sus colegas se burlaban diciendo que al fin atenderán a una verdadera dama, cosa estúpida a su parecer, porque la bella dama era tan especial y perfecta en todo lo que hacía, como si hubiera nacido para formar parte de un ducado.

La tercera persona fue John. Habiendo cuidado de la princesa Penélope en esos años, sabía que aquello le iba a desmoronar, que le rompería el corazón, al final de cuentas, tenía muy claro que una vez que Ivonne Eckhart regresaba, ella sería mandada muy probablemente a un prostíbulo o seria casada con un viejo conde. Deseaba de corazón que su señorita no volviera a ese infierno al que se vio obligado a llamar hogar, no quería que ella sufriera, y esperaba que la Diosa le escuchara.

El último fue Pennel, quien si bien estaba emocionado de tener a su princesa de nuevo, también estaba muy preocupado por Penélope. El sufrimiento que está había tenido a lo largo de esos años era doloroso, lo aceptaba y con pesar pensaba en lo sufrido por el atrevimiento de todos ellos; incluyéndose a si mismo, era más que claro que nada bueno saldría de ahí, y cuando llego la hora de que sus maestros y la princesa volviera, los espero, aunque claro, él ignoraba el hecho de que la niña había salido de su confinamiento.

El carruaje había llegado, varias presas iban atrás y cuando pronto, su maestro y los jóvenes maestros bajaron, notó que su princesa no estaba.

—¿Duque?— interrogó, observando solamente el pequeño animal peludo que está en los brazos del segundo maestro—. ¿Dónde esta la princesa?

El aire alrededor de todos se vuelve pesado, Pennel teme ver un listón negro en los trajes de sus maestros, pero no es así.

—Penélope ha sido reclamada por su padre biológico, Pennel— habló el segundo maestro, quien parecía ser el único en poder hacerlo.— Ahora se encuentra en el palacio del príncipe heredero y se ha abierto una investigación...

—Cállate Reynold — dijo molesto Derrick, interrumpiendo de manera poco cortes a su hermano menor —Es niña tiene la culpa

—¿La tiene?— interrogó Reynold con calma aunque su expresión era muy clara, estaba furioso. —¡Su verdadero padre vino por ella, Derrick! Nosotros solo éramos un reemplazo, tal y como nosotros pensábamos de ella, ¡Padre era solo un reemplazo del duque Robane!

Los ojos de Pennel se abren de sorpresa y mira a su maestro. Con hombros tensos, las palabras de su hijo más joven resuenan en su mente. «¡Padre era solo un reemplazo del duque Robane!» fuertes y catatónicas palabras para el duque, quien tuvo que apoyarse en el carruaje.

—¿Padre?— llamó una suave voz

La atención de todos fue hacía la niña que se acercaba a ellos. Vestida con un hermoso vestido azul bebé con holanes blancos y listones de un azul más oscuro, la niña que se acerca sonríe de manera infantil, tan dulce, pero el único que parece reaccionar bien, es Derrick.

𝐓𝐨𝐦𝐚 𝐌𝐢 𝐌𝐚𝐧𝐨 «𝐏𝐞𝐧𝐞𝐥𝐨𝐩𝐞 𝐄𝐜𝐤𝐡𝐚𝐫𝐭»Where stories live. Discover now