Capítulo 8🌻

17 4 0
                                    

Capítulo 8…

         Era viernes, por fin. Mi cuerpo estaba agotado y quería que llegara el anhelado sábado. Estaba lista para salir, solo me quedaba cepillarme los dientes y desayunar. Mi casa estaba vacía, pero mi desayuno estaba asegurado en una mesa. Un pudín de fresa y unas galletas horneadas de ayer acompañadas de leche.

Salí de mi casa, tenía que esperar el bus como todos los días. En la espera noté a Pablo que venía en su bici y se estacionó delante de mí.

—¿Quieres que te lleve?—dijo con una amplia sonrisa y acomodaba sus espejuelos.

—¿Es seguro?— pregunté acercándome un poco—. No quiero caerme.

—Princesa consentida—llamó, alzó sus cejas e hizo una mueca de presumido—. Yo soy el mejor en esto.

Terminé aceptando, pero los miedos me comían por dentro. Estaba rodeada por sus brazos, mientras sujetaba fuerte el volante. Vislumbré unas pequeñas heriditas en sus manos descuidadas, eran todo un desastre. Me dio algo de pena preguntarle y la curiosidad me mataba.

—¿Estas cómoda?—susurró en mi oído dejando un escalofrío a su paso.

—Sí—mentí, estaba conociendo el infierno por lo incomoda que iba. Pe, quejarse no estaba bien.

La brisa me despeinaba y poco a poco me iba acomodando las greñas. Vi una mano de Pablo subir a mi cabeza y ayudarme. Mi cuerpo entró en un temblor, sin explicación alguna porque eso me estaba poniendo nerviosa. Y no podía verme, pero apuesto mis órganos de que estaba colorada. Mi corazón comenzaba a latir con otro ritmo y mis ojos quisieron verlo, él solo respondió con una sonrisa.
Sus ojos estaban protegidos por esas gafas negras, pero aun así se veía el lindo color pardo. Sus labios se veían suaves, deseosos para ser honesta. Y en constante movimiento su boca. A veces estaba serio y otras solamente sonreía.

Agité mi cabeza, estaba mirando de más a Pablo. ¿Qué iba a pensar él? Seguro que estoy loca. ¿Qué me estaba pasando? Esto no me pasa con conocidos. Por un momento pensé que sentía atracción por Pablo, pero quería decirme que no y es imposible, él no es mi tipo.

El camino a la escuela comenzó a ser incomodo, demasiado para alguien que siempre era sociable.

La llegada a la escuela fue mi salvación. Me despedí con una sonrisa y susurré las gracias. Le alcé la mano a Camilo en forma de saludo y me alejé de aquel lugar. Puse una mano en mi corazón, este iba con un ritmo que no era normal y solo tenía en mi cabeza a Pablo.

Fernanda estaba con su móvil en la mano, corrí hasta ella. Parecía asustada, quizás hacía un poco de drama.

—¿Estas bien? —preguntó asustada.

—No—dije en un hilo de voz—. Solo estoy teniendo una taquicardia.

—Sentémonos, de seguro se te pasa.

Comencé a sentirme tranquila, Fernanda me dio un poco de su agua. Respiraba hondo, dos minutos hablando con ella fue suficiente.

— ¿Cómo va todo con tus padres?—preguntó y dio un suspiro.

—Supongo que bien, todo se está haciendo sin muchos problemas. Mi madre va ganando y mi padre aceptando, al final el culpable fue él.

—¿Cómo se siente Sofía con eso?—dijo mirando sus zapatos.

—Ella, en realidad, no se responder eso—hice una pequeña mueca—. Mi hermana dobló sus turnos, para verla tengo que estar despierta en las madrugadas o no asistir a la escuela. No sé porque, pero a ella le afecta más que a mí todo esto.

No hay diferencias en el amor©️ [COMPLETO]✔️Where stories live. Discover now