Capítulo 30🥑

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Capítulo 30:

        Mi hermana me maquillaba para el baile. Ella siempre me ha dicho que la sencillez enamora a un hombre. Me miraba en su espejo, me sentía bonita luciendo aquel vestido rojo con aquellos tacones no tan altos. Sofía se apoyó en mis hombros y me dio un beso en mi cabello suelto.

—Te ves hermosa—susurró en mi oído.

—Me ha maquillado la mejor— dije dándome la vuelta y tomar sus manos— .Antes de irme para el baile quiero confesarte algo.

—¿Es muy grave? ¿Por qué veo seriedad en tu rostro? ¿Estas embarazada?

Bajé la mirada y le indiqué que nos sentáramos en el lugar de sus pecados— No puedo mentirle a todos, menos a ti. Respecto a Pablo, he estado pasando los últimos días con él—ella intentó decir algo, pero le interrumpí—. Solo déjame terminar. Sofía cuando estoy con el no necesito las drogas para alucinar, me siento totalmente diferente. Yo quiero pasar estos últimos meses en Redondo Beach con él.

—¿Estas segura? Eso va a provocar que no te acostumbres bien en Los Ángeles—dijo mi hermana— .Pero, yo no puedo interponerme, me di cuenta que le vas a ver a escondidas.

—Necesito también un pequeño favor. Su mamá me invitó a cenar en noche buena y no tengo forma de huir de mamá.

—Solo dame la dirección de ese chico, por si tengo que ir a buscarte a media cena.

—Está bien.

Un mensaje de Pablo hizo vibrar mi teléfono. Ya se encontraba en la calle esperando por mí. Mi hermana y yo discretamente nos asomamos a la ventana. Ahí se encontraba él, luciendo un lindo traje negro. Su cuerpo estaba apoyado al auto de su mamá. Tenía las manos en sus bolsillos, parecía un modelo de revista.

Bajé después de ponerme un abrigo. Me quedé en la puerta del edificio y solo lo miré con una sonrisa. Es tan lindo y cuando se viste elegante se ve aún más hermoso. La noche se veía preciosa y estaba estrellada.

—Cuanta elegancia—dije mientras caminaba lentamente hasta él—. Pareces ser el príncipe que me va a sacar de esta vida.

—Yo puedo esforzarme, pero la princesa no quiere ser salvada como se debe—me envolvió en sus brazos—.Me toca solo tener parte de ella. No tienes ni idea de lo mucho que deseo tenerla, lo jodido es que quizás me estoy enamorando.

—Enamorarse es un error— susurré cuando pegó sus labios a los míos. Nosotros, somos el error—. Nunca dudes de mis sentimientos, pero lo mejor es que nunca estemos juntos. Sé que no va a funcionar y nos haremos daño.

—Mejor no alarguemos la charla. Honestamente, hoy solo quiero bailar contigo pegados.

Comenzamos a bailar sin música, al compás del canto de los grillos. La noche estaba fría y solo éramos nosotros. Bailábamos bajo la luz de la luna y las farolas. Mis ojos enamorados y el roce de su mano en mi cadera, no necesito más nada para ser feliz. Nos detuvimos un instante, acomodaba uno mechón de mi cabello.

—No soy tu novio, pero pretendo cuidarte— dijo antes de besarme— .Cuidaré tus sentimientos porque yo no necesito decir que eres mía para protegerte. No necesito decirte que te quiero, eso sería algo difícil para mí. Aun así, mi muestra de amor será cuidarte como no lo hace nadie.

No sabía que decirle, los te quiero se intentaban escapar. Es muy difícil, iba a ser horrible decirle eso e irme en unos meses. Pero, sé que mi tiempo aquí va a ser el mejor porque él está conmigo.

El salón estaba decorado en blanco y negro. La iluminación era un toque azul y hacía lentamente cambios a otros colores, pero mayormente era un azul claro. Pablo pagó para que nos tomaran una foto en una pared que tenía pintada las sietes maravillas del mundo. Se usaba mucho para que las parejas se tomaran una foto, la escuela había contratado a los camarógrafos más solicitados de la ciudad. Puse mi mano junto a la suya y nos miramos con una sonrisa. Por suerte, tuvimos una foto preciosa y se notaba la puta química que había entre nosotros.

Fernanda se acercó con un chico rubio, totalmente diferente del que ella me había hablado. Este chico era alto y portaba un porte bastante elegante. Él le agarraba de la mano y ella se veía diferente. Se llamaba Jean, iba a nuestra clase y casi siempre lo rechazaba.

Jean se quedó conversando con Pablo. Fernanda me abrazó y me dijo miles de veces que me veía hermosa.

—¿Cómo pasó esto?—pregunté asombrada— .Creí que te aburría Jean.

—Es que, quiero irme de aquella vida. Entonces, ¿Qué mejor que un muchacho que vale la pena?. Solo somos novios hace unos poquitos días— confesó tomando mis manos.

—Hacen linda pareja. No dudes nunca de que se ven bien juntos—comenté y ella lo miró sonriente.

—Fui demasiado estúpida. Nunca debí entrar a esa vida y gracias a aquel golpe de la vida me pude dar cuenta que soy más que eso. Yo debí hacerte caso, casi te pierdo completamente y no puedo perdonarme eso.

—Olvida eso. Hoy baila con Jean y disfruta la noche. Bésalo, siéntelo al máximo—dije relajada, la música estaba en pausa.

De pronto comenzó a sonar una suave balada en inglés. Miré a Pablo y él me indicó que fuéramos a Bailar. Pegué mi cabeza a su pecho y sus manos envolvían mi cuerpo. Sentía los latidos de su corazón, lástima que él no puede sentir los míos porque soy muy pequeña. Estaba caliente su agarre, fue una experiencia asombrosa. A nuestro lado estaba Fernanda con Jean, el chico era todo un caballero.

No quería irme de su lado, siento que puedo quedarme así para toda la vida. Con él puedo construir un futuro. Tener todos los hijos que Dios me quiera dar. Es él, no quiero a más nadie que no sea él.

Estaba en la morgue del hospital. Mi hermana y yo esperábamos entrar para ver si era el cuerpo de nuestra madre. Según Sofía me estuvo explicando, le encontraron fuera de un bar. Pero, le intentaron robar y una cuchilla había sido clavada cientos de veces en su abdomen.

Pablo estaba sentado en el suelo. Fernanda y Jean estaban pegados a la pared justo delante de mí. Lamentablemente, he sido la culpable de que ellos no puedan pasar más tiempo en el baile. Tomé la fría mano de mi hermana y nuestros ojos estaban aguados.

Es difícil saber que tu mamá está muerta.
Un estruendo en la puerta nos asustó, nuestro padre venía corriendo y se arrodilló para abrazarnos. Él mostraba que estaba dolido porque era un hombre con buenos sentimientos. Mi madre fue su prueba de amor más fastidiosa, pero aún conservaba un poco de ese amor en su pecho. Lo abracé fuerte porque lo necesitaba.

Era libre y me sentía del asco. Nunca imaginé que la libertad tuviese un sabor amargo.

Nuestro padre nos acompañó cuando el forense nos pidió entrar. En una camilla estaba el cuerpo debajo de una sábana. La silueta era muy similar a la de nuestra madre. Yo me alejé un poco, no podía ver el cadáver. Supe que era ella cuando vi que Sofía abrazó a mi padre llorando. Me uní corriendo y ahí le vi. Sus dos ojos arrugados estaban cerrados. Aún tenía un poco de sangre por su cuerpo y murió con una expresión difícil de entender.

—Eres libre— susurró Sofía en mi oído— .Quizás debemos adelantar el viaje.

—¿Por qué?—pregunté ahogada en lágrimas.

—Ya no tienes de que huir, pero yo sí—dijo mi hermana sujetándome de los hombros— .Si te quieres ir conmigo— hizo una pausa amarga para mí —, el cinco de enero nos vamos.

Salí con los ojos llorosos directo a abrazar a Pablo. Solo me quedaba navidad y un par de días con él. Me iba a ir con mi hermana. Mi padre iniciaba una nueva vida con alguien más, yo solo soy fruto de su pasado y no quiero ser un fastidio.

—¿Cómo te sientes?— preguntó Pablo tomándome por la mandíbula.

—No sabía que la libertad a veces es amarga— repetí sin quitar mis ojos de los suyos— . ¿Puedes dormir conmigo hoy?

Me abrazó y me indicó que saliéramos. Hoy iba a dormir abrazada de él, quizás así me sienta mejor.

…Nota de la autora…❤️
Bueno, espero que les haya gustado el capítulo… Besos.

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No hay diferencias en el amor©️ [COMPLETO]✔️Where stories live. Discover now