Capítulo 10🌻

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Capítulo 10…

…Narra Pablo…

      Estaba con la psicóloga nuevamente, llevaba semanas sin venir porque ella se enfermó y no quería contagiarme. Fueron las dos semanas que más disfruté, odio estas citas, no por ella, sino que me aburren un poco.

La doctora tenía su coleta recogida en un moño y usaba el vestido floreado que tanto odiaba ver. Me acomodé en el sofá rojo que estaba en aquella oficina blanca decorada sencillamente. Cerca de un ventanal enorme tenía una enredadera. En un estante tenía libros de psicología, cerca de él un escritorio lleno de papeles y un adorno lleno de lápices con la punta perfectamente afilada. También estaba su nombre acompañado de la abreviatura de doctor Beatriz. Y colgados en una pared muchos títulos y diplomas.

—Cuéntame, llevamos un tiempo sin vernos—dijo amablemente.

—Sí, ha sido mucho tiempo ¿Qué son dos semanas?— ironicé apretando mis labios.

—Pablo, no quiero que me veas como una enemiga. Me conoces de hace mucho tiempo.

—No lo hago, estoy más controlado y no rompo cosas, no he roto más nada en tres semanas. Pero, aun me cuesta creer en las personas.

—Al menos la violencia está disminuyendo— sentí orgullo en su voz.

—No le voy a mentir, aun siento la ira que me quiere hacer reventar. Pero, recuerdo mi niñez e intento calmarme.

—Perdiste a los cuatro años a la persona que podía enseñarte a ser un hombre, aprendiste a la fuerza y eso es de admirar. Tu comportamiento se debe a lo que fuiste adquiriendo con cada amigo o persona que ha pasado por tu vida.

—Quizás por eso no quiero volver a enamorarme— susurré y ella me dio su aprobación.

—Se esa historia, ella te hizo daño y es normal que suceda. A veces tenemos que rompernos en miles de pedazos para sanar por completo. El corazón es como una planta que desprende semillas. Se dispersan por la tierra, logra nacer un jardín ¿Cuántas veces no se ha destruido un jardín para reconstruirlo? Pero, eso lo aprenderás con el jardinero indicado.

Sus palabras se quedaron en mi cabeza, pero ¿Cómo saber quién es el jardinero indicado?. Cuando ni siquiera yo sé cómo florecer.

—En japonés hay una palabra que se considera hermosa, “Shoganai”— comenzó a reírse cuando vio que arrugué mi entrecejo confundido—. Significa aceptar lo inevitable y dejar que fluya. No sentir culpa por lo ocurrido. Ya pasó, es ley de la vida sufrir para crecer.

Estuve por tres horas escuchando a Beatriz, hoy me sentí mejor en esa visita. Al menos ella se esfuerza en intentarlo, pero me comentó que solo debo hacerlo yo con alguien. No existe esa persona, cuando lo intento siempre pasa algo que hace que quiera alejarme de ella.

Miré la hora, apenas eran las cuatro y solo me quedaba ir para la cancha de baloncesto. Me dirigí para mi casa a cambiarme de ropa y buscar mi pelota. Mi madre me había dejado hecho un dulce y una nota que decía “Estaré con Max en casa de su papá, es el cumpleaños de su hermanita pequeña”.

Odiaba que mi madre estuviese con ellos. Ese señor le mintió diciendo que no era casado. Mi madre la pasó fea en esos días, descubrió que le mentía y mis problemas de ira. De noche cuando lloraba por toda la presión que sentía, yo me arrepentía y es lo que nadie sabe. Odiaba ver a mi madre sufrir, pero lo que más me molestaba es que yo tenía parte de la culpa. No pude abrazarla, solo le di más miedos y problemas, creo que viviré con eso toda la vida.

Salí de casa, era hora de hacer algo que amo hacer. La cancha estaba vacía, para mi suerte. Comencé a jugar solo, quizás más tarde vengan.

Calculé como hacer una canasta, usaría la física esta vez. Comencé a buscar el ángulo y la distancia perfecta para lograr mi objetivo. Tanta concentración se me fue cuando vi a Victoria. ¿Qué hacía ella aquí? Cuando le regalé una ojeada cambio su rostro nerviosa. ¿Ella estará bien de los nervios? Volvió a mirarme y me saludó.

No hay diferencias en el amor©️ [COMPLETO]✔️Where stories live. Discover now