16 » No quiero perderte.

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No tengo idea de cuánto tiempo llevo aquí en el aula con Chris, besándolo, pero no me importaba en absoluto. Solo podía pensar en la propuesta que me hizo minutos atrás. Sonaba tentadora y quería tomarla; pero así como la quería, algo en mí me pedía que la rechazara.

El miedo.

Tengo miedo de que no funcione.

Tengo miedo de que nos descubran.

Tengo miedo de que esto sea un error.

Tengo miedo de perderlo a él también.

Junto mi frente con la de él, cerrando los ojos, sintiendo su respiración cerca de mí, siento mis latidos ir velozmente por la cercanía que tenemos. Me obligo a liberar la mente, en no pensar. Solo disfrutar del momento, pero tal parece que mi cerebro, no congenia con lo que quiere el corazón.

Mi corazón pide que lo bese de nuevo.

Mi cerebro pide que me aleje.

Un debate mental, que solo logra confundirme aún más.

Las manos de Chris sujetan mi cadera, mis manos se mantienen aferradas a su nuca, nuestros cuerpos permanecen cercanos. Paseo mi lengua sobre mis labios, recordando el último beso que nos dimos. Quiero repetirlo.

Abro los ojos lentamente, me encuentro con los de él. Me mira de forma tranquila, sabe que no es fácil —para ninguno de los dos— la situación, así que nos estamos tomando el tiempo que se debe. Noto que él imita mi acción, su lengua pasa por sus labios rosados y eso basta para que mi corazón aumente, todavía más, el ritmo de los latidos.

Ninguno de los dos había dicho alguna palabra. "¿Qué te parece si es nuestro secreto?" había preguntado él, no respondí, solo nos miramos y luego sucedió el beso, luego vino otro y otro.

Me gusta la técnica que él está tomando, callarme con besos, es lo mejor que puede hacer. Besarme. Es el método más convincente.

—No me has respondido, Kate —dijo él con voz tenue, supongo que la desesperación le ha ganado y necesita una respuesta— ¿Qué opinas de esto?

Sí quiero.

—No lo sé todavía —fueron las palabras que salieron de mis labios, mi cerebro le estaba ganando al corazón. Quizá debería escucharlos a los dos, y hacer que ambos sean un equipo, en lugar de que actúen por separado.

Bajo mis manos a su pecho, acariciándolo por encima del suéter azulado que trae. Aprovecho el momento que tengo ahora, antes de que suceda algo y después no pueda tenerlo cerca.

—Si no quieres, está bien. No te obligaré a nada, yo...

Él quiso marcar distancia entre nosotros, se sentía caído, decepcionado y lo comprendía perfectamente, yo lo estaría si yo hubiese formulado la pregunta y él me hubiese respondido como yo lo hice.

Pero yo no había terminado. Así que no lo dejé alejarse, quería que él supiera mis miedos antes de responderle oficialmente. Le tomé de sus mejillas, obligándole a que no apartara la mirada de mí, quería que me viera, que notara la sinceridad de mis palabras.

—No es que me obligues Chris, me gustas, demasiado para mi gusto. Inclusive más de lo que pensaba —podía sentir mis mejillas arder por la pena que siento tras mencionar cada una de las palabras, mientras que él parecía encantado con la confesión—. Es solo que... No quiero perderte.

Dejo escapar un suspiro, mantengo la vista en sus ojos azulados y espero a que él diga algo. Le veo torcer los labios en una mueca, fruncir el entrecejo y pensar sus palabras antes de decirlas.

» Nuestro Secreto © Where stories live. Discover now