22 » Juntos.

12.4K 682 639
                                    

Volvía a ser lunes, y eso significaba... Inglés a primera hora, lo cual indica, ver a Chris durante una hora completa. Dejé de ser jugadora, para estar ahora en la banca, de observadora. Sonreí nostálgica por la referencia, había adquirido ese toque por parte de él y su amor al futbol americano.

—Si no cierras la boca, se te caerá la baba —bromeó Jeremy.

El fin de semana pasado habíamos ido a limar asperezas los tres. Melanie, él y yo. Habíamos ido al bar de siempre para volver a estar bien entre nosotros y despejar mentes de los acontecimientos recientes.

Los tres la pasamos bien, o al menos Melanie y Jeremy. Yo, hasta cierto punto, ya que el estar en ese bar "Dance & Beer" traía alguno que otro recuerdo. Pero tampoco podríamos ir a otro lugar, pues ese bar era el único en donde podíamos entrar sin problema alguno.

—No hables Hudson —le dije golpeándole fuerte con mi lápiz en el hombro. Se quejó, pero obedeció.

Cuando Melanie faltaba a la escuela (como el día de hoy), él se volvía a veces insoportable. Al menos Mel tiene una buena razón para faltar. El domingo, contrajo temperatura y una tos que le dejó sin voz. Jeremy y yo la iríamos a visitar después de la escuela.

Regresé la vista a Chris, quien estaba lo suficientemente entretenido con sus apuntes en la pizarra que apenas y nos prestaba atención. Nada había cambiado entre nosotros, él vive su vida, yo la mía, ambas muy separadas la una de la otra.

Después de mí salida del bar con mis amigos, intenté llamarlo; pero la voz de la operadora volvió a contestarme.

"El número que usted marcó, no está disponible porque ha sido cambiado" lo maldije por haber hecho tal cosa, pero después caí en cuenta que quizá debió haber sido lo mejor. Si todavía tuviera ese número con él y me hubiera respondido, yo no hubiera sabido que decirle en ese momento.

Probablemente, hubiera colgado.

Hubiera, hubiera, hubiera. Estoy cansada de los hubiera.

Quería terminar el curso de una vez por todas, largarme a la universidad y dejarlo atrás. Pero para que eso sucediera todavía me quedaba mes y medio. Demasiado tiempo.

—Idiota —susurré, cuando recordé como terminamos los dos.

Agaché la mirada al cuaderno, a la par que comenzaba a anotar las letras que veía en el pizarrón. Me concentré en la rutina de todos los lunes y miércoles. Ve la pizarra, ignóralo a él, anota lo que él escriba o diga sobre la clase, haz el trabajo, entrégalo y sal de ahí.

Pan comido.

—No te molestes conmigo —comentó Jeremy— solo te advierto que puede pasar si le miras de más.

Regreso a verlo algo confundida, analizo sus palabras y caigo en cuenta de que Jeremy ha creído que aquel insulto iba para él.

—Lo siento —digo, aun sabiendo que no debo disculparme. Sin embargo, me resulta más fácil hacer eso a explicarle que no lo insultaba a él.

Regreso la mirada al frente, mis ojos se van directo a la espalda de Chris, que se nota con más claridad debido a la camisa ajustada de color azul marino que trae el día de hoy...

—Déjalo ya o se dará cuenta —otro regaño de mi amigo, junto con una mirada desaprobatoria.

—Ya entendí, deja de verme así.

Me recuerdo mi posición una vez más. Una alumna de último año.

Nada de miradas fijas o afectivas.

» Nuestro Secreto © Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt