Capítulo 33

56.2K 2.7K 320
                                    

La tensión es tan pura que poco a poco se hace devastadora a tal punto que no la puedo soportar, sigo algo alterada por lo que ha pasado hace un rato y si Allen nos hace compañía podría explotar. No me toma mucho tiempo en reaccionar, respeto a la señora Jenkis tanto, que me levantó para irme y no provocarle ningún problema en la sala de su casa. Si hubiera sido otra ocasión jamás habría seguido a Chris.

-Esta bien, vamos a casa -le digo pasándome el antebrazo por la nariz y sorbiendo.

Alex y Chase reaccionan al mismo instante, me observan con desesperación en sus ojos, como si quisieran decirme algo, pero no lo hacen. Me despido de ellos agitando la mano y espero que ellos se despidan de Allen por mí. Quiero darles un abrazo, pero es mejor marchar ahora. La señora Jenkis se acerca a mí y meda un reconfortante abrazo.

-Hablamos luego, cuídate querida -me susurra al oído y yo asiento de forma inquieta. Camino delante de Chris y trato de huir de él cuando salgo de la casa. Me siento tonta y vulnerable.

-¿Mia estas bien? ¿No te han hecho daño? -pregunta él instantáneamente en que nos dirigimos a casa.

-¿Por que me harían daño? Son mis amigos -le respondí con fastidio. Él no podía juzgar eso.

-Ellos no son tus amigos. Personas tan peligrosas no lo pueden ser.

Me detengo porque primero hemos llegado al frente de casa y el impacto de entrar me aterra nuevamente, me siento débil otra vez y para recuperarme un poco me giro tratando de conservar la compostura y encaró a Chris.

-¿Tu si? No puedes juzgarlos si no tienes pruebas reales.

Cuando le doy la espalda sin recibir su respuesta, respiro varias veces tomando valor y entro en la casa, no subo a mi habitación de inmediato, voy a la cocina y veo la puerta del refrigerador abierto todavía. Observó dentro de esté antes de cerrarlo, no creo que lo que veo tenga importancia, pero falta una buena porción de pastel. No quiero prestarle atención a eso, así que lo intento, cierro la puerta de esté y lo logro. Observo el piso que esta lleno de vidrios. Chris se acerca. No dice nada. Que no pregunté nada sobre esto, me parece sospechoso y extraño, porque simplemente no puedes ver a alguien en mi estado, también ver el desastre que hay y no preguntar nada. Como si ya supiera lo que pasado y no tuvierala necesidad de preguntarlo.

Respiro nerviosa. Chris esta en casa y es seguro que lo anterior ya no puede ocurrir, pero Chris se encuentra en casa, quiza pueda ocurrir algo peor. Sigue sin preguntar y si lo hiciera, ya es muy tarde. Ya me ha hecho sospechar.

-Yo lo hago -me dice acercándose también por la escoba, pero me aferro a ella sin pensar en ningún momento en darsela.

-¿Has roto el vaso? -lo observó de manera severa y acusatoria. Jamás me responde, solo permanece un momento con expresión seria y en silencio. No me responde, se aleja. No quiero pensar, pero lo hago. Es sospechoso. Lo odio.

Cuando recojo los vidrios ya Chris se ha marchado. Las puertas siguen abiertas y las lagrimas hacen arder de manera insistente mis ojos, hasta que lloró en silencio por el temor, mientras cierro todo lo que sigue abierto, arreglo los muebles que están en otra posición y trato de calmarme mientras la simple tarea me acorrala entre el miedo. Recogí unas fotos y algunos cubiertos que se calleron, en mi habitación, algunos de mis libros están tirados, los recojo mientras me seco las lágrimas. Finalmente cierro la ventana y le pongo el seguro, cierro la puerta del cuarto también con el seguro y reviso cada lugar de mí habitación, simplemente quiero asegurarme que no hay nadie y no lo hay, pero sigo pensando que alguien saldrá de la nada. Cuando me acuesto, intentó con el mayor de los esfuerzos dormirme, pero no puedo, la tranquilidad se ha ido, tengo miedo.

Black AngelsWhere stories live. Discover now