Capítulo 40 "Resiste al huracán y no me dejes"

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—Te dije que era un ángel guardián de pequeños... él adoptó una forma infantil al no encontrarse. Pensé que iba a hacer una faceta de sus estados —se lamento mirando hacía otro lado un instante. Sus ojos esmeralda flaquearon de emoción—, pero se perpetuo todo el tiempo, algunas veces disminuye pero siempre esta pendiente. Tiene muchas películas infantiles, ve faulas en la televisión y tiene libros para colorear. Es un niño perdido en un cuerpo de un adulto.

Me quedo inmóvil unos segundos apartando la mirada. Sus invitaciones a ver una película animada sonaban a seducir, pero ahora eso pertenece a esa idea. Quizá la invitación podría ser coqueta, pero jamás parecían un tema sensato. Uno desesperado por llevarte a su departamento y no realmente a ver una película que tenía guardada en su colección. Es excesivo, no puedo evitar sentir un malestar. Pero al querer evitarlo, suelto una pequeña sonrisa tomando en cuenta otra cosa de él.

—¿Ahora me dirás la razón por la cual come mucho? —le preguntó para que el ambiente no sea tan tenso. Pero permanece sería y con cierta incomodidad. Odio la seriedad que emplea.

—Como Angel no puedes comer a menos que la situación lo amerite. Como Angel, a Allen le llamaba mucho la atención la comida humana. Y al ser oscuro se respaldo de ella y descubrió un gran apetito. Puede llevar a ser esta depresión que te hace comer exageradamente, pero no creo que sea tan grave ni siquiera creo que sea así, creo es más una maña que desarrollo. Como Chase a tocar el piano.

Solté un bufido, entre tanta información, el cuestionamiento de la razón participe del porque ella me ha contado esto e intentando explicar se me hace algo frustrante. Ya es demasiado complicado comprender todo este enrollo de lo que son y no volverme loca. He dedicado todo mi empeño en no mirarlos con miedo, porque se que no me harán daño, pero el temor de lo que son me ataja a cada instante. Ahora aunque me ha sacado de las dudas con la dicha información de Allen, me ha logrado quitar un pesa de encima pero colocado uno más grande. Que comienza a aplastarme, no creo ser lo suficientemente fuerte. Ni siquiera me creo algo fuerte. Pero ¿por que? ¿Por que contarme esto? Allen no me había dejado en claro que no quería que me enterará o en distintos términos, me había anunciado en tono severo que ese no era mi problema. Apreté la mandíbula antes de lograr interrogar a Alex.

—¿Por que me dices todo esto?

—Ya te dije, han llegado lejos como para que Allen simplemente te alejé. Se que él te lo diría en algún momento, pero para ese momento su bipolaridad te habría alejado... Además para él querer a alguien es confuso. En definitiva es como un niño, me siento como su hermana mayor.

Se hace un silencio extraño, no es incómodo ni siquiera reconfortante. Es el momento de recibir todo lo que me ha dicho y aclarar las ideas que he tenido en mente. Tenenos una razón para ser lo que somos, sea estúpida o inteligente. Él es así por culpa de el error de otro, me duele creerlo. Porque ante mis ojos parece que le han robado el alma. En cierto modo entiendo que es ser dividido en dos. Pero no soy quien para juzgar y decir que entiendo todo de él. Nadie lo entiende. Quiero llorar de frustración, quiero golpear algo. Pero solo parpadeo varias veces, hasta que recuerdo algo que ni siquiera es tan importante, pero sería bueno mencionarlo.

—La señora Jenkis cree que ustedes son hermanos —declare dándole una mirada de reojo.

—¿Quienes? —replico ella con cierta confusión. Fruncia el ceño, formulando respuestas rápidas en su cabeza.

—Allen, Chase y tu.

—¿En serio?

—Sí —le afirme—, ustedes no hablan de sus padres ni familiares. Entonces ella supuso que eran de un orfanato y que los tres eran hermanos. Ojos azules, pelo negro.

Black AngelsWhere stories live. Discover now