𝐉𝐔𝐃𝐀𝐒(𝐃𝐀𝐌𝐎𝐍 𝐒𝐀𝐋𝐕𝐀𝐓𝐎𝐑𝐄)
I wanna love you
But something's pulling me
away from you
Jesus is my virtue
And Judas is the
demon I cling to...
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MARATÓN 1/4
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"Hasta hoy me siento en soledad Buscando en miles, buscando en gente Buscando en hombres, en tantos hombres Tu humanidad, tu paternidad"
—¿No estás feliz de verme, hija?— La voz de Mikael reverberó por la enorme sala, cargada de una ironía venenosa que hizo que a Emma se le revolviera el estómago. Una sonrisa burlona se dibujó en su rostro, como si disfrutara de la agonía que su presencia causaba en ella. Emma apretó los labios con tanta fuerza que casi pudo saborear el amargo regusto metálico de la sangre. Se estaba conteniendo las ganas de arrancarle la lengua, de silenciar para siempre las estupideces que Mikael planeaba decir—¿Ni siquiera vas a darme un abrazo?—
—Un abrazo...— Emma repitió la palabra con un tono irónico—Me sorprende que conozcas esa palabra porque, hasta donde yo recuerdo, jamás recibí el cálido y protector abrazo de mi padre.
—Pues, hasta donde yo recuerdo, siempre fuiste una jovencita a la que no le gustaban las muestras de afecto— respondió Mikael, con una indiferencia que solo alimentaba la ira de Emma.
—Porque lo único que quería era el cariño de mis padres—murmuró—Después de que cumplí diez años, dejé de rogarles por un poco de cariño. Dejé de esperar lo que nunca iba a recibir.
—Me cuesta entender por qué dices eso. Tu madre siempre te malcriaba y te mimaba. Ella siempre estuvo para ti—dijo Mikael, con una voz llena de una falsa inocencia que hizo que Emma sintiera ganas de vomitar.
—Sí, por supuesto. Solo lo hacía cuando estábamos en público. Pero puertas adentro, ella era la persona más distante que podía existir. Siempre me culpaba a mí de su malhumor, de su infelicidad. De todo.
La ira de Emma hacia su padre era palpable en cada palabra, en cada gesto. Mikael, por su parte, parecía disfrutar del tormento de su hija, como si el dolor de Emma fuera un espectáculo digno de ser admirado.
—Debes admitir que eras una niña demasiado problemática.
—¿Una niña problemática o una niña que necesitaba aunque sea un poco de atención y cariño de sus padres?"replicó Emma, su voz temblaba, pero su mirada permanecía firme.
—Te dimos todo lo que estuvo a nuestro alcance, Emma. Y aún así tienes el descaro de quejarte—Mikael respondió, su tono despectivo hizo que Emma sintiera un frío escalofrío recorriéndole la espalda.
