𝐼 𝓁𝑜𝓋𝑒 𝓎𝑜𝓊, 𝒷𝓊𝓉 𝐼'𝓂 𝒶𝒻𝓇𝒶𝒾𝒹 𝓉𝑜 𝓈𝒶𝓎 𝒾𝓉.

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He escuchado que hace muchos años, en los tiempos en que las leyendas se tejían con hilos de misterio y los cuentos se susurraban alrededor de fogatas, existía una creencia que se arraigaba en los corazones de los mortales. Era un temor ancestral, una advertencia que se transmitía de abuelos a nietos, como si fuera un secreto que debía permanecer oculto.

Decían que enamorarse de un demonio era un pecado, una elección que condenaba el alma y sellaba el destino. Los demonios, criaturas de sombras y fuego, eran considerados portadores de desgracia. Quienes caían en sus redes, se decía, perdían más que su corazón: perdían su esencia misma.

El amor, ese sentimiento que nos hace vulnerables y nos eleva a las alturas, se volvía una trampa mortal cuando se entrelazaba con un ser de las profundidades. Los demonios no solo robaban la felicidad, sino también la vida. Se decía que su abrazo ardiente consumía la pasión, dejando a los amantes exhaustos y vacíos.

Las leyendas hablaban de mujeres que, cegadas por la pasión, se entregaban a los demonios en noches de luna llena. Sus risas se extinguían, sus ojos perdían el brillo y sus cabellos se volvían ceniza. El amor con un demonio era como beber de un pozo envenenado. Las flores se marchitaban a su paso, los sueños se desvanecían y la buena fortuna se alejaba.

Pero... he vivido una realidad diferente. Desde que Gu-won apareció en mi vida, todo cambió. Su mirada profunda y su sonrisa misteriosa me atraparon como un hechizo. No puedo negar que al principio dudé, que temí que mi corazón fuera arrancado de raíz. Pero algo en él me llamó, algo que no podía explicar.

Gu-won no me ha robado nada, al contrario. Me ha dado más de lo que jamás imaginé. Mi enfermedad inexplicable, esa que me consumía lentamente, se desvaneció al tocar su piel. Sus brazos me envolvieron como un refugio seguro, y su risa se convirtió en mi melodía favorita.

La gente murmura que estoy maldita, que mi amor con Gu-won me traerá desgracias. Pero yo siento lo contrario. Cuando estoy con él, todo cobra sentido. Las estaciones se suceden con una belleza que antes no veía. El sol acaricia mi piel, y la luna me susurra secretos. Incluso mi corazón late con una fuerza que desconocía.

Sé que estoy rompiendo mis propias reglas, que estoy desafiando los prejuicios que me enseñaron desde niña. Pero no puedo evitarlo. El amor con Gu-won me hace sentir más viva que nunca. A veces, cuando lo miro, me pregunto si estoy loca. ¿Cómo puede alguien curar en lugar de robar? ¿Cómo puede llenarme de vida en lugar de vaciarme?

No tengo respuestas, solo certezas. Mi corazón late por él, y eso es suficiente. Aunque el mundo se desmorone a mi alrededor, seguiré mi corazón. Porque, al final, quizás el verdadero pecado sea no amar cuando se tiene la oportunidad.

𝓛𝓪 𝓗𝓮𝓻𝓮𝓭𝓮𝓻𝓪 𝔂 𝓔𝓵 𝓓𝓮𝓶𝓸𝓷𝓲𝓸 | 마이 데몬Where stories live. Discover now