Isn't it just so pretty to think? All along there was some invisible string tying you to me<3
Julia tenía tan solo siete años cuando sus padres le regalaron una guitarra de doce cuerdas por Navidad.
Ellos realmente no creían que su hija fuera a apre...
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Desperté con un suspiro al notar que no había ningún cuerpo a mi lado. Tallé mis ojos y luego bostecé.
Me levanté de la cama y me metí directamente en la ducha.
Me senté debajo del chorro de agua y cerré los ojos mientras dejaba que el agua caliente cayera sobre mi cuerpo, contrastando contra el frío que hacía fuera de la ducha.
Estuve allí sumida en mis pensamientos un rato. Hasta que escuché como tocaban la puerta de la habitación.
—¡Voy!—grité desde el baño y enrollé una toalla alrededor de mi cuerpo. Seguramente sería Violeta, así que salí del baño y abrí un poco la puerta para que no se viera del todo que estaba en la toalla.
—¿Juanjo?—pregunté extrañada al ver al chico tras mi puerta.
—Julia, hola—dijo él algo nervioso.—¿Por alguna razón no sabes dónde estará Martin, verdad?—preguntó jugando con sus manos y yo sonreí.
—Conociéndole, seguramente estará durmiendo todavía.—reí suavemente y él asintió.
—Vale. Gracias—me sonrió—Y deberías vestirte, vamos a comer todos juntos en una hora y media al restaurante de la esquina. Tal vez te apetece venir—me sonrió tímidamente y yo asentí.
—Allí estaré—él se despidió con la mano y luego se fue. Yo me volví a la ducha. Y, esta vez, sí que me lavé el pelo y no me quedé sentada mientras el agua caía sobre mí.
Me sequé y me puse lo primero que saqué de mi maleta.
Nos habían dejado alrededor de una semana para prepararnos la Gala de esta noche: la ropa, la canción, la coreografía, etc...
Me puse un corsé/top palabra de honor de color rojo y unos pantalones cargo por la cintura, dejando ver parte de mi abdomen. En los pies me puse unas botas y me hice un maquillaje sencillo con una sombra de ojos negra con purpurina y un eyeliner corto acompañado de gloss rojo en los labios.
Salí del hotel y escribí a Violeta, que me dijo que ya estaba allí. Así que simplemente empecé a andar hasta el restaurante.
—¡Jules! ¡Aquí!—me gritó Salma mientras movía su mano para que los viera y yo me acerqué a la mesa con una sonrisa.
Esa última semana había aprovechado para conocer mejor a mis compañeros.
Violeta y yo habíamos pasado prácticamente toda la semana juntas y había cogido mucha más confianza con Paul y Lucas.
Me acerqué a la mesa. Al parecer, era la última en llegar ya que me habían guardado un sitio al lado de Violeta y Paul.
