Isn't it just so pretty to think? All along there was some invisible string tying you to me<3
Julia tenía tan solo siete años cuando sus padres le regalaron una guitarra de doce cuerdas por Navidad.
Ellos realmente no creían que su hija fuera a apre...
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Noe nos reunió a todos alrededor de las seis, más o menos a la hora de la merienda.
Cuando entramos a la sala habían una especie de túnicas de color naranja colgadas.
Yo miraba a la mujer hablar con el ceño fruncido mientras que algunos como Álvaro o Martin se veían emocionados.
—Konichiwa, hoy vamos a hacer un viaje a Japón—vale, ¿qué cojones?—Hoy descubriremos uno de sus secretos de su gastronomía, sensurini.—Mi cara de desagrado fue notable, ya que no fingí ni un poco.
Me puse la túnica y Paul se acercó a mí mientras intentaba abrochar el cinturón.
—Anda trae—dijo con burla y se puso detrás de mí ayudándome a atar el cinturón—No eres muy fan de la gastronomía japonesa, ¿verdad?—preguntó haciendo el nudo y yo negué.
—La odio, no puedo ni olerla—dije con una mueca y le escuché reír.
—Bueno, tú pon una sonrisa y come poco, yo te saco tema de conversación para que no sea tan obvio—asentí con gratitud.—Ya está—dijo cuando sentí que terminó de ayudarme con el cinturón y vi como me dio un rápido beso en el cuello desde atrás.
—¡Paul!—dije al instante y me giré para mirar a la cámara, que por suerte estaba apuntando a Noemí y no a nosotros.
—Vamos anda—dijo riendo y entrelazó nuestras manos para salir y dirigirnos con todos al comedor. Nos presentaron a un chef que nos enseñó a hacer una especie rara de sushi la cual no me interesaba en lo más mínimo. Toda la charla se resumió a Álvaro, Paul y yo alternando la mirada entre nosotros sin saber cuál de los tres estaba más perdido.
No me hizo falta tener un espejo delante cuando para saber que palidecí cuando el chef dijo que teníamos que hacerlo nosotros, entre que no me había enterado que nada y que de solo ver el pescado me estaban dando unas arcadas terribles era hasta normal.
—Pruébalo al menos—dijo Paul acercándome el suyo porque yo ni siquiera había hecho uno, me había hecho la loca y Cris me había dado un trozo del suyo para al menos disimular.
—Ni de coña—dije mientras comía un plato de arroz del cual me había adueñado.
—¡Que si! ¡Que está buenísimo!—me dijo acercándose más hasta que no me quedó otra que abrir la boca y probarlo. Lo mastiqué y creo que fueron los peores diez segundos de mi vida.—¿A qué sabe bien?—me preguntó y yo alcé una ceja.
—Si, genial—mentí con la voz temblando a posta y él se rió antes de abrazarme. Tal vez había probado una comida asquerosa, pero tuve un abrazo de Paul en respuesta, y por eso comería mil sushis.
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JULAITTTT
Tras el capítulo de ayer dejo capítulo algo tranqui.
Jules y Paul son monísimos es que en serio no puc.
No tengo nada más interesante que decir aparte de que tengo una lista de personas a las que pagar el psicólogo. Me va a costar caro el escribir😔
