1: Noche de discoteca

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Las luces brillantes iluminaban la pista de baile, y la música vibrante llenaba el lugar, estaba rodeada de desconocidos, lista para celebrar el cumpleaños de mi mejor amigo, Mauro. 

— Pensé que no vendrías. — Exclamo con una sonrisa, dándome un beso en la mejilla

— No me perdería tu cumple años por nada del mundo. — Le respondí con una sonrisa entregándole un regalo — ¿Y ellos? ¿Son tus amigos de la universidad?

Los miro fugazmente y asintió.

— Las chicas están en la pista, ¿vamos a divertirnos? — Preguntó

Tome una de las botellas de champán de la mesa y le tome de la mano, dirigiéndonos a la pista de baile.

Cuando llegué a la pista, saludé al resto de mis amigas. Abrimos la botella de champán con entusiasmo, el sonido del corcho saltando llenó el aire, las burbujas efervescentes se desbordaron en nuestras copas mientras brindábamos por Mauro y sus 25 años. 

Mientras sostengo mi copa de champán, me dejo llevar por el ritmo de la música y comienzo a bailar con alegría y entusiasmo, mis movimientos fluidos y coordinados se mezclan con los sorbos de esta deliciosa bebida espumosa.

En medio de la animada pista de baile, mi amiga London se acercó a mí, nuestros cuerpos se acoplaron de manera íntima y nuestros labios se encontraron en un beso lleno de pasión y cariño, nos dejamos llevar por la intensidad del momento, aceptándolo con una sonrisa cómplice.

— Siempre me gusta reforzar la amistad contigo, Kayla. — Murmuro en mi oído

Los movimientos entre ambas se volvieron más provocativos y sensuales, nuestros cuerpos se movían al ritmo de la música de una manera seductora.

Cada movimiento, cada roce, aumentaba la tensión entre nosotras.

 — ¿Soy yo o hace calor? — Me preguntó, separando nuestros labios

Agitada por la intensidad del momento, asentí con la cabeza y respondí: — Hace calor, definitivamente.

Decidimos tomar un descanso y dirigirnos hacia el bar para refrescarnos.

 — Un Rusty Nail para la señorita. — Le digo al bar tender — Y para mí un Manhattan.

— En seguida. — Contesto con una sonrisa

Mientras esperábamos nuestras bebidas, aprovechamos para descansar y disfrutar del ambiente animado del lugar. La música seguía sonando y la atmósfera estaba llena de energía. 

 — Dime la verdad. — Le pedí, con cierta angustia en mi voz — ¿Terminaron?

— Kayla ... — Murmura después de unos segundos

— No me jodas, London ... — Digo molesta — Me dijiste que la dejaras hoy, ¿qué paso?

— No puede, la quiero.

— Me lo dices después de lo que hicimos, ¿en serio?

— Tampoco es para tanto, fueron unos cuantos besos.

— No fueron solo besos y no te hablo solo de esta noche. Me volviste a mentir y yo, como una tonta, lo volví a permitir. — Digo sin creerlo — ¿Por qué juegas conmigo sabiendo que me gustas? — Pregunté dolida — ¿Por qué no eres sincera? Yo lo soy contigo, sabes mis intenciones y me usas ... ¿Por qué?

— Lo siento, Kayla. — Murmura tomando su bebida del mostrador mientras se levantaba — No pretendía utilizarte ni hacerte creer que podría haber algo entre nosotras en el futuro.

Mentira de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora