12: Malestar

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He estado sintiéndome mal durante los últimos días. Al principio, pensé que era solo un poco de cansancio, he estado haciendo más ejercicio que de costumbre, pero cada día me sentía más y más agotada, mi cuerpo se sentía pesado y estaba constantemente cansada.

Hoy, me desperté sintiéndome aún más débil. Intenté levantarme de la cama, pero simplemente no tenía la energía para hacerlo, todo lo que quería era quedarme en la cama, lo que iba a poder hacer sin ningún tipo de problema, ya que Leah había salido a un viaje familiar hace tres días y no regresaría hasta la tarde de hoy, así que tenía todo el día para descansar y recuperarme.

Mi celular vibró y lo cogí después de desenchufarlo, por la pantalla vi que era una notificación de WhatsApp, desbloquee el celular y vi que era Mauro.

Mauro Fernández

Sé que estás de vacaciones, pero necesito tu ayuda con un proyecto que debo de entregar a las tres y aún no lo termino.
Ven a mi casa con tu laptop. 

Mientras sostenía el celular en mi mano, dudé en responderle. Estaba realmente agotada y no me sentía con la energía suficiente para conducir hasta su casa, sin embargo, recordé todas las veces que había venido a apoyarme cuando estaba enfermo y no sería justo fallarle cuando más me necesita. 

Kayla Navarro

Tomo una ducha y voy.
Llego en 30 minutos aprox. 

Me dirigí al baño y encendí la regadera, dejando que el agua fría cayera sobre mi cuerpo. Después de unos minutos, apagué la regadera, me sequé rápidamente y me vestí con ropa cómoda. Salí de mi casa y me dirigí hacia el garaje, tome uno de mis coches y conduje hasta su casa.

— Te ves del asco. — Comentó desde la entrada — ¿Qué te paso?

— Gracias por el cumplido, Mauro. — Respondí con una sonrisa sarcástica mientras salía del coche — No me siento muy bien, tengo un poco de malestar general.

Caminé hacia la entrada de la casa de Mauro y lo seguí hacia la sala.

— ¿En qué proyecto necesitas ayuda? — Pregunté agotada mientras encendía mi laptop 

— En este. — Dijo entregándome un folder manila — ¿Te traigo café? Parece que lo necesitas.

— Con urgencia. — Respondí con una sonrisa revisando los papeles — ¿Qué tanto tienes avanzado?

— Un 70% — Contesto desde la cocina 

— Bien, estará listo para antes de las tres. — Conteste 

Revisé los documentos y al parecer iba a necesitar algunas mejoras en la estructura y el contenido, también unos ejemplos y referencias adicionales para respaldar sus ideas.

— ¿Ya hiciste la presentación? 

— ¿Presentación? ¿Tengo que hacer una?

— Por la madre que te parió, Mauro. — Me pasé las manos por el rostro, frustrada — Esto es para el directorio, es evidente que se requiere una maldita presentación. ¿Acaso tu padre no te lo mencionó?

— ¡No, no lo hizo! — Respondió, sosteniendo una taza de café mientras se acercaba — ¿Qué haremos ahora? 

— No lo sé, no tenemos mucho tiempo. — Dejé la carpeta en la mesa de centro — Tenemos apenas 3 horas y media.

— Pero son las 11, serían cuatro.

— Son tres horas y media, la otra media hora la necesitarás para llegar a la oficina. — Corregí — Tú ve haciendo la presentación y cuando esté casi lista, yo me encargaré de poner lo que falta.

Mentira de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora