◦•●◉✿ 𝐶𝐴𝑃𝐼́𝑇𝑈𝐿𝑂 ❽ ✿◉●•◦

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𝑁𝑎𝑑𝑎 𝑑𝑒 𝑙𝑎 𝑣𝑖𝑒𝑗𝑎 𝑡𝑜𝑑𝑎𝑣𝑖́𝑎,

𝑃𝑒𝑟𝑜 𝑎𝑙 𝑚𝑒𝑛𝑜𝑠 𝑠𝑒 𝑑𝑒𝑠𝑐𝑢𝑏𝑟𝑒 𝑎𝑙𝑔𝑜.

Un ruido extraño se escuchó, específicamente el sonido de un feroz oso. Por instinto me abracé a Hal. Cuando me di cuenta de lo que había hecho le di un manotazo sin razón y me aparté. Me acosté a su lado.

—Si me matas mientras duermo, te voy a jalar las patas y te voy a atormentar por el resto de tu vida —amenacé—. Además vas a quedar como un cobarde si lo haces, un hombre hace las cosas de frente.

—No serías la única muerta que me atormenta, conejillo de Indias. Y aún sin estar muerta ya me atormentas —susurró él.

—¿Qué? —balbuceé.

—Nada.

Nos quedamos en silencio por un buen rato hasta que mis sentidos se apagaron y me quedé profundamente dormida.

Caminaba por el bosque. Creo que alguien me sigue. Estaba muy tranquila después de provocar que la encargada de cuidarme se cayera por las escaleras. Soy un pequeño mounstruito, lo acepto.

Sé que aunque me digan que debo ser buena y niña de Dios, yo siempre seré lo contrario. Le voy más al Diablo. Suspiro y camino perdida. Ignoro la sensación de que me están siguiendo a pesar de que alguien real me persigue, lo noto porque no es nadie sigiloso: no se molesta en mirar por dónde va y pisa las ramas del suelo, haciendo ruido.

Me volteo. Vi a ¿un niño? agachándose detrás de un arbusto. Me acerco con sigilo y sumo cuidado para no alertarlo.

Mi melena roja llena de rizos es sacudida por el viento y no puedo ver nada ya que el cabello tapa mi visión. Siento que algo me golpea y caigo al suelo, aturdida.

Mi visión es borrosa, veo a un siervo alejarse. Una silueta pequeña se acerca a mí. No puedo enfocar su rostro. Hace un esfuerzo por cargarme y me lleva en su espalda hasta el pueblo.

ᨏᨐᨓ  ᨓᨐᨏ

Desperté a la mañana siguiente. Ese sueño creo que era parte de mis recuerdos borrados. No lo sé con exactitud. O quizás solo es un sueño con la realidad alterada. Aún no había abierto los ojos. Todo se siente tan cálido. Al abrirlos me di cuenta de que estaba entre los brazos del vecino.

Por lo menos sobrevivimos una noche con él al lado.

Bueno, sí.

Me levanté rápidamente. Quedé sentada, iba a levantarme cuando el chico me agarró del brazo, impidiendo que me levantara. Él estaba dormido pero aún así me agarraba con firmeza. Moví el brazo pero Hal no me soltaba.

Intenté darle un puñetazo en la cara, sin embargo me detuvo a tiempo.

—Siempre has sido tan predecible, Nanda —murmuró él sin abrir los ojos.

—¿A qué te refieres con "siempre"? —pregunté con confusión.

Él abrió los ojos de golpe. Me perdí en su mirada por unos instantes hasta que él —sin soltarme— se puso a mi altura.

—No lo sé, descúbrelo —me incitó él.

—Lamento interrumpir lo que sea que estén haciendo pero tenemos que irnos. Todavía tenemos que encontrar a la vieja, ¿recuerdan? —gritó mi hermana desde fuera.

El chico y yo soltamos un bufido a la misma vez. Él me soltó y salimos de la tienda.

Al salir, ayudamos a recoger el extraño campamento que habíamos hecho y continuamos caminando por horas. Hal y yo ni siquiera nos mirábamos. Luka iba todo el camino mirando de reojo a mi hermana y cuando esta coincidía y lo miraba también, ambos se sonrojaban.

¿Y yo cómo me daba cuenta? Pues sencillo: yo iba detrás de ellos. El vecino al frente, el Policía Corrupto y Chica Punk, uno al lado del otro, y detrás de ellos, yo.

Tenía la ligera impresión de que algo había ocurrido anoche.

¡¿Y si se besaron?!

Nah, muy romántico.

Acaso... ¿Follaron?

Asco. Lo dudo. Además, habrían hecho ruido y en medio del bosque no parece el estilo de ninguno de los dos.

Tienes razón, así que... Mmm... Luka podría haber confesado que siente algo por Mive.

Conciencia, te amo. Creo que pudo pasar eso anoche y por eso están así. Tendremos que investigar después.

El sol ya estaba en su punto más alto, debía ser mediodía. Hacía mucho calor. Algo me dice que ya no estamos en territorio de Leggensborn. Sentí un escalofrío al pasar por delante de una cueva.

Nunca había estado aquí. Quiero entrar. Mi cuerpo pide a gritos que entre.

—Yo digo que no deberíamos entrar —murmura Hal, deduciendo mis intenciones.

—La señora podría estar ahí —comentó mi querida hermanita. Como siempre poniéndose de mi lado.

—Estoy de acuerdo con Hal. La cueva da miedo y está oscura —habló el gallina de Luka, en calma—. Puede haber arañas o... ¡Podría ser la cueva de un oso gigante y aterrador que nos arrancaría la cabeza de un mordisco!

—Dijo el marica —emitió Hal, riendo.

—Muy policía y todo pero eres un cobarde, Luka —planteó Mive, cruzada de brazos.

Presiento que esto va a salir mal.

Sin previo aviso, el chico se adentró en la cueva, a oscuras. Patético pero valiente para él que le tiene miedo a todo lo que hay en este bosque. Gritando que se detuviera y regresara, a toda velocidad Chica Punk encendió una lámpara de gas y entró detrás del chico.

—Sigo pensando que es mala idea —se quejó el pelinegro a mi lado.

El vecino y yo la imitamos, encendidos una lámpara de gas cada uno y entramos a la cueva.

—¡Maldición! —la voz del alguacil resonó por toda la cueva—. ¡Chicos, he chocado con algo, he caído al suelo y tengo las manos llena de una sustancia que no puedo ver por la oscuridad! Esto está resbaladizo y huele raro esta parte de la cueva.

Por suerte gracias a su voz logramos encontrarlo. Rápidamente fuimos a su posición. Era cierto eso de que olía muy mal el lugar. Al iluminar esa zona descubrimos algo horrible. El grito de horror de mi hermana y el policía retrocediendo me dejaron sorda momentáneamente.

Al final de la pared habían por lo menos cinco cadáveres desmembrados. Luka había tropezado con una cabeza humana y estaba en el suelo, justo sobre un enorme charco de sangre.

Hal ni siquiera pestañeaba, no mostraba ninguna emoción, solo mantenía la lámpara por encima de su hombro. Mive lloraba de terror. Luka se había quedado paralizado en su lugar. Yo estaba asqueada. ¿Quién podría haber hecho tal atrocidad?

Torsos de mujeres y hombres. Brazos, cabezas, manos y piernas estaban apiladas en una esquina, unas encima de las otras, creando una aterradora y asquerosa montaña de cadáveres que desprendían ese asqueroso olor a putrefacción.

༺ღ༒ ܻ⨍ꪱׁׁׁׅׅׅ݊ꪀ ժׁׅ݊ꫀׁׅܻ݊ᥣׁׅ֪ ᝯׁ֒ɑׁׅ℘ꪱׁׁׁׅׅׅ́tׁׅυׁׅᥣׁׅ֪ᨵׁׅׅ༒ღ༻

Efecto Cianuro [Parte 1 y 2]Where stories live. Discover now