◦•●◉✿ 𝐶𝐴𝑃𝐼́𝑇𝑈𝐿𝑂 ❶❷ ✿◉●•◦

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𝑈𝑛 𝑛𝑢𝑒𝑣𝑜 𝑎𝑙𝑐𝑎𝑙𝑑𝑒,

𝑈𝑛 𝑛𝑢𝑒𝑣𝑜 𝑝𝑟𝑜𝑏𝑙𝑒𝑚𝑎.

Después de aquello, llegó un nuevo día. Hoy sería el reemplazo del alcalde. Decían que el nuevo venía de la ciudad. Cuando por fin llegó, en efecto, venía de la ciudad y específicamente de la misma que Hal y de hecho, se conocen.

Superman y yo no nos separábamos para nada. Aunque, en un momento dado del día él se fue para hablar con el nuevo alcalde —en el cual nadie confiaba—.

Este nuevo alcalde parecía muy extraño y lo reconocía de algún lugar. Vestía de negro y como un hombre de negocios. Se ve mayor, tiene como cincuenta años. Llegó en un auto lujoso y cuando los habitantes del pueblo fueron a saludarlo, él los apartó con cara de asco. Nos menosprecia.

Millonario de mierda.

Suspiré y observé a Hal y al alcalde —que por cierto se llama Jonás— mientras se alejaban. Antes de perderlos de vista se me ocurrió una maravillosa idea. Tenía curiosidad por saber de qué hablarían así que los seguí.

Ellos iban en dirección al bosque. Desde lejos los seguía sin perderlos. Nos fuimos adentrando en el bosque sin que se dieran cuenta de nada. Ellos se detuvieron cerca de la cueva en donde encontramos los cadáveres. Yo me escondí detrás de un árbol para no ser vista y desde donde podría escuchar la conversación que ellos tendrían en cualquier momento.

Segundos después comenzaron a hablar:

—Padre, te pido de favor que te marches. No conviertas a Leggensborn en un pueblo sangriento. Hay mucha gente inocente viviendo aquí —murmuró Superman.

¿Padre? Me tapé la boca, sorprendida y para no emitir ningún sonido de sorpresa. Ese hombre era Jonás Jordeyn. Por eso lo me parecía reconocido. Ahora estaba más cambiado, más viejo.

—¿Desde cuándo te importan los inocentes, Hal? Este no es el niño sangriento que crié —con estas palabras del padre, me asomé para ver la escena.

Hal tensó la mandíbula.

—Estar con ella y volverla a ver te alteró los sentidos —soltó Jonás.

—No debiste enviarme a mí. Son tus asuntos, padre, no los míos.

¿Asuntos? ¿Qué asuntos? ¿A qué se refiere con eso?

—Querías que confiara en ti y te concediera tu estúpida libertad y te di este trabajo para que, si lograbas hacerlo, consiguieras tu libertad —la voz del alcalde se tornó más firme. Cruzó los brazos y miró a su hijo con severidad.

—Deseo mi libertad pero no quiero conseguirla asesinando a la persona con que quiero vivir mi libertad —emitió Hal.

Se refería a mí. Me escondí detrás del árbol nuevamente y apoyé mi cabeza en el tronco. Sonreí.

—Enamorarte te hizo débil —enunció el alcalde.

—No. Me hizo más fuerte.

Volví a espiar. Hal iba a irse. De repente su padre saca un revólver y le dispara dos veces a Superman en el mismo lugar.

Nuevamente me tapé la boca y abrí los ojos como platos, asustada y estupefacta. Mi Superman abrió más los ojos. Cayó de rodillas sobre las hojas secas que cubren el suelo. Él dirigió la mirada hacia mi posición y su expresión de dolor cambió a una de sorpresa. Me había visto y por suerte Jonás estaba de espaldas a mí y no se había dado cuenta de que Hal me miraba.

Comenzaron a acumularse lágrimas en mis ojos. Perdí la capacidad de moverme. Jonás tomó posición delante de su hijo y lo miró a los ojos. Mostró una sonrisa.

—¿Ves? Te volviste más débil —proclamó el alcalde.

Esas fueron sus últimas palabras antes de marcharse. Dejó a su hijo allí tirado en medio del bosque, desangrándose.

Ya recordé que lo odiaba demasiado.

¿Qué se podía esperar de un hombre que es capaz de matar a su propio hijo? Hal se dejó caer sobre las hojas y se dió la vuelta, mirando al cielo.

Cuando estuve segura de que Jonás se había ido, me acerqué a él, corriendo. Me tiré de rodillas frente a Superman. Agarré el rostro de Hal y sin saber muy bien qué hacer presioné sobre la herida.

—Aguanta, traeré ayuda. Presiona aquí, aguanta, volveré rápido —murmuraba con nerviosismo.

Me temblaban las manos cuando me levanté y salí corriendo en busca de ayuda.

ᨏᨐᨓ  ᨓᨐᨏ

Hace varias horas que el médico del pueblo está operando a Hal. No me han dado noticias. Él perdió mucha sangre y estoy nerviosa. Confío en que sobrevivirá pero tengo miedo.

Estará bien, ya verás.

El doctor por fin salió. En este pueblo no hay hospital pero la casa de él hace función de centro médico.

El médico suspiró y me miró. Él estaba apunto de hablar cuando mi hermana y el policía corrupto llegaron.

—Afortunadamente todo salió bien en la operación —al escuchar estas palabras del médico, me llevé ambas manos a la cara, tapando mi nariz con las palmas de estas en señal de alivio—. El paciente Hal se recuperará pero necesita descansar y hacer reposo. Por hoy lo mantendré aquí, en observación y mañana puede irse a su casa aunque lo estaré revisando todos los días.

—¿Él quiere ver a alguien? —pregunté yo, esperando que dijera que Hal quería verme.

Mi voz sonó más emotiva y llena de esperanza de lo que quería sonar.

—Lamento informarle, que el paciente no desea ver a nadie —respondió el médico y me llevé una decepción tremenda.

—¿Ni siquiera a mí que soy su...? —intenté decir. Iba a continuar la frase con "novia" pero no era cierto en realidad. No soy su novia.

Pero eso se puede cambiar.

—Él ha dicho que no quiere ver a nadie —recalcó el doctor y se marchó.

Mive cerró los puños con fuerza y entró a la habitación en la que se encuentra Superman. Yo dejé de insistir y me alejé de la puerta para sentarme en donde estaba antes sentada. La Chica Punk entró a al cuarto, abriendo la puerta con enojo.

—¡He dicho que no quiere ver a nadie! —interrumpió el médico, viendo que mi hermana entró.

—¡Me importa tres pepinos! —le gritó mi hermana.

Vale, se enojó.

Iba a entrar con ella pero me arrepentí. Cuando la puerta se abrió pude ver por fracciones de segundos a Hal tirado en una cama, tapado con una sábana azul. Al entrar mi hermana, él volteó la cara hacia ella.

༺ღ༒ ܻ⨍ꪱׁׁׁׅׅׅ݊ꪀ ժׁׅ݊ꫀׁׅܻ݊ᥣׁׅ֪ ᝯׁ֒ɑׁׅ℘ꪱׁׁׁׅׅׅ́tׁׅυׁׅᥣׁׅ֪ᨵׁׅׅ ༒ღ༻

Efecto Cianuro [Parte 1 y 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora