◦•●◉✿ 𝐶𝐴𝑃𝐼́𝑇𝑈𝐿𝑂 ❶❶ ✿◉●•◦

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𝐶𝑢𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑙𝑎𝑠 𝑚𝑎𝑟𝑖𝑝𝑜𝑠𝑎𝑠 𝑣𝑢𝑒𝑙𝑎𝑛.

¿𝑆𝑖𝑒𝑛𝑡𝑒𝑠 𝑐𝑜́𝑚𝑜 𝑟𝑒𝑣𝑜𝑙𝑜𝑡𝑒𝑎𝑛 𝑒𝑛 𝑡𝑢 𝑒𝑠𝑡𝑜́𝑚𝑎𝑔𝑜?

—He hablado con él. Te soltaré. Le hice pensar que te amenacé de muerte para que no digas nada sobre esto —informó Hal.

—Gracias —pronuncié lentamente.

Era la primera vez que decía "gracias" en toda mi vida.

—No quiero que mueras, Poison Ghost.

—Y no lo haré. Voy a vivir —aseguré con confianza.

Esa es mi Nanda.

El chico sacó un cuchillo de hoja larga que tenía oculto. Comenzó a cortar la cuerda. Empezaba a desesperarme hasta que finalmente terminó la tarea, o por lo menos me desató las manos. Faltaban los pies.

Me dolían las muñecas. Pasé mis manos por estas, masajeando la zona.

Unos minutos más tarde, Superman —me había acostumbrado a llamarlo así en mi mente— logró desatarme los pies.

Lo miré a los ojos por un momento. Él tomó posición justo delante de mí. Colocó sus poderosos brazos a los lados de los míos. Nuestros rostros quedaron separados a tan solo unos pocos centímetros. Nuestras respiraciones se hicieron una sola. Nos miramos a los ojos fijamente por un buen rato.

De repente no sé si fue él o fui yo quien acortó la distancia entre nosotros. Nuestros labios se tocaron. Primero fue lento y suave. Poco a poco el deseo se fue apoderando de nosotros.

Mis manos de forma mecánica agarraron su rostro. Lo atraje más hacia mí y profundizamos el beso. Hal me agarró con fuerza los muslos. Por su forma de mover sus labios sobre los míos, por mi manera de mover mis labios contra los suyos, me di cuenta de que ambos queríamos esto.

El deseo primitivo de sentirnos, de tocarnos, de besarnos, se estaba haciendo presente. El beso se volvió salvaje, profundo. Todo surgió demasiado rápido. Nos separamos. Las respiraciones eran agitadas. Tomamos aire y continuamos mirándonos a los ojos.

Buscaba algo en su mirada. Tenía un destello de deseo en sus ojos. Apoyó su frente contra la mía y suavizó su agarre en mis muslos.

Eso estuvo fuerte.

Sí, mucho.

Nos quedamos así, en silencio, por unos minutos hasta que llegó la hora de marcharme de aquel sótano.

ᨏᨐᨓ  ᨓᨐᨏ

La nueva parejita feliz del pueblo había hecho acto de presencia en mi casa. Se veían tan felices. Hacían bonita pareja. Casi parece como si hubieran olvidado por completo lo que vimos en aquella cueva.

Creo que es mejor así. Recordemos que fue Hal quien lo hizo.

Tienes razón. Es mejor así.

Horas después de estar en mi casa hablando con Mive y Luka, ellos se fueron.

Ya era de noche. Cené y me había bañado. Tenía puesto mi pijama de flores. Era blanco y las florecillas eran rojas, verdes, azules y amarillas. No traía puesto un sujetador ya que dormiría pronto.

Escuché que llamaban afuera. No tenía ganas de salir.

¿Y si fingimos estar dormidas?

Efecto Cianuro [Parte 1 y 2]Where stories live. Discover now