◦•●◉✿𝐶𝐴𝑃𝐼́𝑇𝑈𝐿𝑂 ❷⓿✿◉●•◦

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𝐻𝑎 𝑙𝑙𝑒𝑔𝑎𝑑𝑜 𝑒𝑙 𝑓𝑖𝑛𝑎𝑙,

𝑈𝑛 𝑓𝑖𝑛𝑎𝑙 𝑞𝑢𝑒 𝑛𝑎𝑑𝑖𝑒 𝑒𝑠𝑝𝑒𝑟𝑎𝑏𝑎.

La vida en la ciudad es maravillosa. Llevo cinco semanas aquí. Podría acostumbrarme a esto. Todo es tan genial. Nadie te obliga a nada. Obviamente no puedes hacer lo que te dé la gana pero eres libre hasta cierto punto.

Me ví obligada a llamar a Tamara —con el teléfono que pude comprar nada más llegar a la ciudad— cuando necesité un trabajo y un lugar para vivir al menos temporalmente. Ella como la amable persona que es, me consiguió un trabajo de dependienta en una tienda cerca del alquiler en un edificio que ella misma me consiguió.

Con mi primer salario me hice un cambio de look tremendo. Me corté el cabello más o menos por la línea de la mandíbula o un poco más abajo. Me lo pinté de negro. Me puse lentillas de colores para ocultar el color natural y mis ojos ahora son marrones porque el verdadero color es el mismo verde aceituna de mi tatarabuelo.

Si tenía que ser otra persona, voy a ser otra persona. Cambié mi forma de vestir y ahora utilizo muchos escotes. Muchos hombres se me quedan mirando, algunas mujeres también.

En el edificio me llevo bien con todos. Ojalá tuviera alguna manera de comunicarme con Luka. Necesito noticias de Leggensborn. Por algún motivo quiero saber cómo les va a los traidores.

Hal debe estar muy triste porque la chica a la que él deseaba matar murió en un extraño incendio, pero, ¿qué hacía ella allí? Tal vez le dió curiosidad la vida de su antepasado aunque nunca le hubiera importado. Sólo que la curiosidad la incineró, supuestamente.

Mive debe estar conmocionada. Segura estoy de que no esparaba que Nanda Harris muriera así. Que pena me da.

Que pena nos dan.

El único que no mintió debe estar feliz porque sabe que estoy viva y también triste porque ya no estoy allá. Es increíble como las cosas cambian tan drásticamente.

Mejor no hablo tanto. Debo irme a trabajar.

Me pongo el uniforme, me reviso por si falta algo y al estar lista, salgo del apartamento. Paso una calle, doblo en la esquina y paso por otra calle más hasta llegar a la tienda en la que trabajo. Saludo a todos con una sonrisa y me voy al mostrador que me toca atender en la parte de los perfumes.

Pasan unas cuantas horas mientras estoy trabajando hasta que llega la otra dependienta para relevar el turno. Me marcho a mi apartamento y cocino algo.

Al día siguiente, no tenía que trabajar y mi venganza se ponía en marcha. Me puse un corsé negro con un pantalón ancho hacia abajo de color blanco y líneas negras brillantes verticales. Los zapatos eras unas botas muy bonitas. Me maquillé con sombra de ojos oscura y pinté mis labios de rojo.

Me miré en el espejo, tomé un bolso negro y me lo colgué en el hombro. Tomé mi billetera, bueno, la que Luka me dió cuando me iba. Agarré el celular que compré con orgullo y eché ambas cosas en el bolso.

Por último tomé el arma que había adquirido con dificultad. La miré unos segundos y mostré una sonrisa de medio lado. La metí también en el bolso.

Salí del apartamento y llamé a un taxi. Le avisé a Tamara que me iría pero que regresaría. Además le hice saber lo agradecida que estaba y en deuda con ella por todo lo que me ha ayudado.

ᨏᨐᨓ  ᨓᨐᨏ

El único que sabe de mi regreso es el Policía Corrupto aunque al principio no me reconoció. Él también me está ayudando a preparar mi anhelado encuentro con Superman, aunque no sé si debería llamarlo así después de todo.

Efecto Cianuro [Parte 1 y 2]Where stories live. Discover now