◦•●◉✿𝐶𝐴𝑃𝐼́𝑇𝑈𝐿𝑂 ❶❺✿◉●•◦

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𝐴𝑢𝑛𝑞𝑢𝑒 𝑎𝑛𝑡𝑒𝑠 𝑑𝑒 𝑒𝑠𝑡𝑜 𝑛𝑜 𝑠𝑢𝑝𝑖𝑒𝑟𝑎 𝑑𝑒 𝑡𝑖,

𝐸𝑛 𝑒𝑠𝑡𝑜𝑠 𝑚𝑜𝑚𝑒𝑛𝑡𝑜𝑠 𝑑𝑒𝑏𝑜 𝑝𝑟𝑜𝑡𝑒𝑔𝑒𝑟𝑡𝑒.

Ya han pasado unas horas desde que el Jugador 33 había entendido que no podía ganarme aunque quisiera y aceptó que sí o sí yo sería la líder del grupo.

Poder femenino, perras.

Exactamente.

También decidimos presentarnos y hacer un resumen rápido sobre nuestras vidas antes de llegar a esto. Resulta ser que el Jugador 33 tiene nombre. Bueno, claramente tiene nombre. Se llama Isis Flores.

Que nombre tan gay.

No pude evitar reírme cuando lo soltó y me reí más cuando confirmé mis sospechas de que le hacían bullying en la escuela. Yo hubiera sido una de los bullys, de eso no hay duda.

Escuchamos la historia de Luka y fue algo que verdaderamente no me esperaba. Cuando él era pequeño, su hermana mayor había sido asesinada de manera muy cruel. Se hizo policía sólo por esto, para encontrar al asesino. Aún en su corrupción sigue buscando pruebas del crimen, sin embargo, el criminal no ha sido encarcelado. Hay sospechosos pero no existen pruebas suficientes para incriminar a alguno de ellos. Ahora que es el jefe tiene la posibilidad de encontrar al asesino, aunque con los Juegos Rojos, encontrarlo se hace poco posible.

Escucho a Isis -mejor le decimos Jugador 33- llamando la atención de la manada. Vamos hacia allá.

-¡He encontrado una nueva presa! -anunció con una nota de emoción en su voz.

De cinco presas que hemos matado hoy, esta es la primera que él encuentra.

Me acerco a él. Miro el rostro de la persona tirada en el suelo. Mierda, no. Veo que el Jugador 33 está a punto de dispararle. Apunta a su cabeza. Se prepara para disparar. Antes de que haga algo, lo empujo a un lado y el choca con el tronco de un árbol caído, cayendo de culo.

-¡Mive! -emití con alegría y preocupación.

La ayudé a levantarse. Ella estaba notoriamente asustada pero al verme se le pasa. Mi hermana me abraza.

-¡Eres mi hermana! -habló ella.

La voz le salía temblorosa. Estaba llena de tierra. Llevaba en su cuello ese extraño collar negro. Ella estaba llorando mientras me abrazaba. No puedo evitar llorar también. Comienzo a acariciar su cabello en un intento por tranquilizarla.

El chico de cabello azul se levantó del suelo, enojado y grita:

-¡¿Se puede saber qué carajos haces?!

-Proteger a mi hermana, imbécil -le respondo con tono fuerte.

Él chasquea la lengua y sé que no dirá nada más. La Chica Punk se separa de mí, viendo a su novio. El poli se acerca a ella sin poder creerlo. La rodea con sus brazos por unos segundos, la suelta y la besa. Noto una lágrima bajar por la mejilla de Mive. Ella le sigue el beso.

La parejita se separa y se abrazan. Cuando se separan, mi hermana continúa llorando, aunque esta vez es de felicidad. El Policía Corrupto limpia las lágrimas de su chica.

-No es por ser un hijo de puta pero, ¿qué haremos con ella? -intervino mi Superman.

Ese simple cuestionamiento me quebró en un segundo. No podía dejarla sola como una presa. Tengo que protegerla a toda costa.

Tragué saliva.

-Muy buena pregunta, ¿qué hacemos con la presa, líder? -el tono despectivo del chico de cabello azul hizo que volteara a verlo.

Ahora me encuentro aterrada. Había mucha presión sobre mí.

ᨏᨐᨓ ᨓᨐᨏ

Es hora de dormir, o por lo menos ya casi lo es. Los chicos deberían estar llegando a nuestra posición con las tiendas para acampar. Nosotros y Mive éramos el único equipo que pasaría la noche en el bosque porque está permitido ir a las casas cuando cae la noche, a esa hora termina el juego diario, pero al día siguiente comienza de nuevo el tormento.

Me quedé con mi hermana. Intentaba darle apoyo emocional, ella se veía bastante mal aún aunque estuviera conmigo.

Maldigo a los Juegos Rojos.

Al volver los chicos era completamente de noche. La luna no era visible y no había estrellas. El cielo nocturno estaba despejado. Las linternas de Luka, Isis y Hal, fueron suficientes para que ellos montaran las tiendas.

-Yo te protegeré -le susurré a mi hermana.

Ella me abrazó una vez más. Odio toda esta situación. Ojalá pudiera escapar con Mive del horrible lugar en que mi pueblo se ha convertido.

Las tres tiendas de campaña que los otros jugadores trajeron, fueron colocadas y aseguradas por los tres chicos. El Jugador 33 dormiría solo en una tienda, Luka y mi hermana en otra, Hal y yo en la restante.

Todos nos fuimos a dormir. La alarma de que el juego comenzaba de nuevo nos despierta al día siguiente. No pude conciliar el sueño en la noche anterior. Estuve pensando algo: un plan para salvar a Mive.

Y creo que lo conseguí. Espero que funcione. Me levanté, salí de la tienda y me estiré un poco. Fui directo a la tienda de campaña de la cual salió Luka, estirándose y bostezando. Le di los buenos días y entré a su tienda.

Mive aún dormía. Sentí culpa al despertarla viendo cómo dormía muy tranquila. Ella estaba adormilada cuando decidí darle también los buenos días.

-Buen día -me devolvió el saludo mientras se frotaba los ojos y se estiraba.

Le sonreí a boca cerrada. Esperé a que se espabilara más para poder hablar y que entendiera lo que digo. Cuando por fin lo hizo, me miró fijamente.

-Tengo una idea para librarte de esa cosa -señalé el collar-. Podría meterle la tarjeta de la manada y ver si se afloja o algo así pero, tienes que intentar ralentizar tus latidos para hacerte pasar por muerta antes de que yo haga eso.

-Quizás pueda intentarlo -murmuró ella-. Espero que funcione.

Yo también lo espero.

Esperé un buen rato. Mi hermana volvió a acostarse. Hubo un momento en el que aparentemente dejó de respirar. Puse mi mano en su pecho, en la zona de su corazón y sus latidos eran escasos. Revisé su respiración una vez más y no estaba respirando. Si no supiera lo que está haciendo me asustaría.

Introduje mi tarjeta en la ranura del collar. La mini luz se puso verde. Hizo un "crack" como si estuviera rompiéndose. Hice un poco de fuerza al collar y este se soltó por completo. Sonreí y suspiré aliviada. Mi hermana ahora es libre.

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Efecto Cianuro [Parte 1 y 2]Where stories live. Discover now