Capítulo 13

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Wei WuXian atravesó la puerta de su dormitorio y corrió hacia su armario, con el corazón latiéndole tan violentamente que estaba seguro de que A-Yuan podía sentirlo donde estaba fuertemente agarrado contra su pecho

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Wei WuXian atravesó la puerta de su dormitorio y corrió hacia su armario, con el corazón latiéndole tan violentamente que estaba seguro de que A-Yuan podía sentirlo donde estaba fuertemente agarrado contra su pecho. Su bebé lloriqueaba, confundido, cansado y asustado, y aunque Wei WuXian tarareaba palabras tranquilizadoras, sabía que no era suficiente. Él nunca fue suficiente.

Lo sentía mucho, mucho.

Bàba está aquí—, lo tranquilizó, con la voz espesa por las lágrimas que no podía darse el lujo derramar. —Bàba está aquí, estás bien, estás bien. No pasa nada—. Tiró violentamente del cajón para abrirlo y sacó la cangurera, pero cuando bajó a A-Yuan para ponerlo dentro el bebé aulló. —No pasa nada—, juró Wei WuXian, ajustándose las correas al pecho tan rápido como pudo. —Bàba está aquí, Bàba está aquí, sólo necesita sus manos. Está bien, A-Yuan, estoy aquí, ¡está bien!

Pero A-Yuan se lamentaba, levantando los puños desesperadamente, mientras las lágrimas corrían por sus mejillas enrojecidas. Incluso cuando Wei WuXian había asegurado la cangurera y lo había levantado de nuevo, A-Yuan seguía llorando. Wei WuXian lo aseguró dentro de la cangurera frente a su pecho y las pequeñas piernas de A-Yuan pataleaban en su estómago, incluso mientras sus manos se aferraban a la camisa de Wei WuXian. Wei WuXian le besó el cabello, revolviendo en la caja que estaba colocada sobre la cómoda en busca de un chupete. A-Yuan lo miró dubitativo, todavía llorando, pero Wei WuXian le pasó la mano por el cabello y se lo ofreció sin decir una palabra. Con un último y desesperado gemido, A-Yuan tomó el chupete y enterró su rostro en la camisa de Wei WuXian. En unos instantes, Wei WuXian pudo sentir la humedad de las lágrimas y los mocos empapando su ropa, pero no tuvo tiempo de preocuparse. En lugar de eso, se lanzó por la habitación como un huracán, llenando la pañalera de A-Yuan y su propia mochila con todas las cosas del bebé que pudo, y un par de provisiones propias.

No sabía cuánto tiempo tardarían en llegar a Qishan, ni hasta dónde podrían llegar con las reservas de comida y combustible que tenían, pero sabía que tenía que llevar todo lo que pudiera para A-Yuan. No podía permitir que su bebé pasara hambre, frío o suciedad.

En el fondo de su corazón le dolía la idea de que tal vez no tuviera otra opción. Si sacaba a A-Yuan del búnker, lo llevaría al peligro. Peligro de Lanling y Qishan, de zombis y sobrevivientes y del hambre y la sed, y...

¿Podría? ¿No era egoísta? Pero no podía quedarse, no cuando se habían llevado a YanLi y A-Ling, no cuando no había nadie más con quien dejar a A-Yuan. No había nada más que pudiera hacer.

Lo siento—, dijo entre dientes, cerró los ojos y presionó los labios contra la cabeza de A-Yuan. Pensó en Xiuying, en la desesperanza y el miedo de sus ojos cuando le suplicó que cuidara de su bebé. —Lo siento mucho.

A-Yuan levantó la mano y acarició el costado de la mejilla de Wei WuXian. Wei WuXian miró hacia abajo y vio que el bebé lo miraba fijamente con una mirada tan melancólica. Tomó la mano de A-Yuan, la besó y, casi de inmediato, los ojos de su bebé se arrugaron en una sonrisa. No era tan brillante como su sonrisa normal, pero no dejaba de ser una sonrisa, y Wei WuXian se aferró a ella.

Al Filo de la Noche By Hobbsy3Where stories live. Discover now