Capítulo 5

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Antes de lo que cualquiera de los dos podía pensar, ya tenían a todos los candidatos elegidos y mandaron a algunos guardias a buscarlos y traerlos a la vivienda Kamisato los más rápido posible. Estaba hablando entre ambos, sin moverse de su sitio cuando uno de los guardias llamó su atención y Thoma se levantó para ponerse al lado de su señor.

–Adelante –a la orden de Ayato, uno de sus guardias entró con uno de los candidatos.

–Mi señor, el señor Tanaka ha podido venir rápidamente –el guardia hablaba mientras le hacía una reverencia.

–Muchas gracias, por favor, vaya informando de su espera a los siguientes candidatos que vengan con los demás guardias –Ayato se había vuelto el señor que debía demostrar a todos como cabeza de familia de los Kamisato.

El guardia asintió para retirarse y ejecutar aquella orden, mientras Ayato empezaba la pequeña entrevista con aquel hombre que ya se sentaba delante suyo tras la respectiva reverencia, Thoma recordaba algunas pequeñas cosas cuando veía que su señor y amigo se olvidaba de algo.

Poco a poco, todos fueron pasando, se les informaba de la razón por la que habían sido citados, pero también de que aquello no era indicativo de que iba a ser escogido, solo era una entrevista para encontrar al mejor de todos.

Tras largas horas de hablar con varios de ellos, el último se despidió y al estar solos, Thoma y Ayato dejaron salir un suspiro de alivio.

–No esperaba que fuese a ser fácil, pero al menos, hemos acotado la búsqueda a tres de ellos –Thoma se sentó a su lado de nuevo, estaba cansado de estar de pie.

–Estos días podremos encontrar al candidato perfecto y presentarlo ante los demás para que le conozcan –los dos chicos se miraron y sonrieron, por fin iban a poder hacer realidad muchos sueños.

Poco a poco, los días iban pasando y la lista de candidatos iba disminuyendo hasta que solo quedó uno y fue al que Ayato pidió llamar y también pidió que se reuniesen todos aquellos hombres con los que se reunía para poder tomar decisiones importantes sobre Inazuma.

Primero, Ayato y Thoma se reunió con el candidato elegido.

–Señor Yamada, le he pedido venir para darle la noticia de que usted ha sido el elegido para el puesto del que hablamos, ahora nos reuniremos con los demás para que le conozcan y que sepan que usted será el que tome mis deberes cuando yo no esté presente –la solemnidad con la que hablaba, habría hecho creer a cualquiera.

–Muchas gracias, señor Kamisato. Prometo que no le fallaré y haré mi trabajo de la mejor manera –Thoma miraba al hombre y sonreía porque demostraba que de verdad estaba seguro del trabajo que iba a hacer.

–No lo dudo, pero si tiene dudas, puede preguntarme a mí o acudir a Thoma –dijo señalando a su amo de llaves, dándole la importancia que se merecía.

El hombre asintió hacia ambos, para después acompañar a los dos hombres a la reunión donde ya los esperaban.

Al tomar asiento, fue Ayato quien tomó la voz cantante en todo aquello.

–Señores, les he pedido esta reunión para presentarles al señor Yamada. Lo he elegido como mi representante, él se quedará a cargo de mis deberes cuando yo marche de viaje. Antes se quedaba Thoma, pero él empezará a viajar con mi hermana y conmigo. Los viajes empezarán a ser más frecuentes y el señor Yamada tomará el papel que hasta ahora era de Thoma –todos los hombres miraban al señor de la casa Kamisato, escuchando sus palabras y si alguien hubiese mirado a Thoma, hubiese visto aquella sonrisa que se le dibujaba en sus labios.

–¿Viajes? ¿Entonces por fin va a buscar esposa, señor Kamisato?



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