Capítulo 8

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La mirada de Thoma se iluminó al darse cuenta de lo que Ayato estaba diciendo, volver a Mondstadt de visita era una de las cosas que quería hacer desde hacía tiempo, pero hacerlo con sus dos señores era mucho más de lo que podía soñar.

–¿Es de verdad, Ayato? –la mirada de Thoma miraba a su señor con emoción.

–Por supuesto, nos irá bien ver a Aether y Paimon, además de conocer tu nación de nacimiento – el señor de los Kamisato en el fondo tampoco podía olvidar lo bien que podría ser un acuerdo entre Mondstadt e Inazuma.

–Estás pensando en un acuerdo entre naciones, ¿verdad? –Ayaka conocía demasiado bien a su hermano y podía adivinar sus pensamientos.

–¿Tan obvio soy? –los tres allí presentes se echaron a reír, pero Ayato fue el primero en detenerse. –Está bien, intentaré controlarme y tener más tiempo para el ocio que el trabajo.

–No te preocupes Ayato, seguro que Jean estará encantada de conseguir más cosas para Mondstadt –calmó el amo de llaves a su señor. Le encantaba ver como siempre quería mejorar su nación, aunque él mismo se encargaría de que se olvidase un poco del trabajo y viviese como el joven que era.

Después de ello, escribieron sendas respuestas: una a sus amigos y otra a Jean, sabían que Aether y Paimon llegarían antes que ellos, por lo que decidieron enviarla al mismo sitio para que la Katherine de Mondstadt se la entregase al llegar.

No tenían tiempo que perder, había mucho que hacer y no querían perder tiempo. Mientras Ayaka se encargaba de ir a comprar cosas necesarias para un viaje tan largo, Thoma fue a la casa del té a contarle a Taroumaru que se iban y Ayato avisó a los guardias de que avisase a todos los hombres con los que se reunía porque debían tener una reunión de urgencia.

Al volver Thoma con algunas cosas que él mismo decidió comprar, se encontró con todos llegando y pudo estar al lado de Ayato todo el tiempo. Había llegado el momento de que el recién proclamado ayudante de Ayato, el señor Yamada. Cuando acabó, señor y amo de llaves respiraron tranquilos por no tener ninguna nueva mención hacia la necesidad de buscar una esposa para Ayato.

Lo celebraron con el té favorito de Ayato mientras esperaban a la Kamisato faltante. El trabajo no había acabado, pero poco a poco iban mejorando. Los días iban pasando y lo tenían todo casi listo para su marcha, solo faltaba una cosa... ¿cómo iban a ir hacia allí? Sabían que primero debían ir en barco hasta el puerto de Liyue, pero los barcos que normalmente usaban los Kamisato estaban ocupados en otras cosas.

Estaban totalmente desorientados, llevaban días queriendo zarpar, y no sabían qué hacer cuando uno de los guardias irrumpió en el salón.

–Señor y señorita Kamisato, fuera hay un joven que quiere hablar con ustedes, dice que puede ayudarlos. Su nombre es Kaedehara Kazuha –el guardia hablaba manteniendo el solemne respeto que le tenía a sus señores.

Los tres se miraron, aunque les sonaba el nombre. Sabían que no habían visto jamás a aquel chico. Fue a Ayato quien recordó al Clan Kaedehara, uno que entró en bancarrota y desapareció cuando las autoridades tomaron posesión de la casa, todo había pasado tras el nacimiento del último heredero del clan.

–Déjalo pasar, hablaremos con él –Ayato quería saber en qué podía ayudarles aquel chico.

El guardia, tan solo hizo una reverencia para después salir en busca de la persona que esperaba. Tras unos segundos, volvió a entrar acompañado de un joven con vestimentas claramente de Inazuma, de piel clara, un cabello rubio platino, aparte de una raya rojo anaranjado, las hojas de arce de su atuendo lo distinguían como samurái errante. El guardia los dejó de nuevo solos con aquella nueva compañía.

–Buenos días, señor y señorita Kamisato, a usted también amo de llaves. Mi nombre es Kazuha y mi apellido, Kaedehara. Soy un samurái errante que viaja por todo Teyvat con la flota de guerra Crux Meridianam. Pueden llamarme 'Kazuha'. No nos conocemos, aunque todo aquel que haya pisado Inazuma o haya nacido aquí ha escuchado hablar de El Vigoroso Estratega o La Princesa Garza, además de siempre acompañados por su amo de llaves. Les tengo que agradecer todo lo que hizo su familia por mi extinto clan, pero a estas alturas de mi vida, no vengo como parte del clan Kaedehara, vengo solo como Kazuha. Pero si estoy aquí es gracias a Aether y Paimon.



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