CAPÍTULO 35 - EL PESO DE LAS DECISIONES

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CAPÍTULO 35 – EL PESO DE LAS DECISIONES

Maddox caminó a la sala de estar y les regaló a los detectives su famosa e impecable sonrisa de negocios antes de estrechar sus manos.

- Buen día, señores. – Saludó.

- Buenos días, señor Rocher. Le agradezco que nos reciba. – Los policías se notaban un tanto ansiosos, observándolo todo.

- Por favor tomen asiento – invitó Maddox de la mano con su mujer, Belinda.

- Muchas gracias.

- ¿Desean algo de beber? – preguntó Belinda copiando la amabilidad de Maddox.

- No, muchas gracias, estamos bien.

- Entonces cuéntenos en que consiste la denuncia.

- El Señor Collín la acusa a su esposa, la señora Belinda Ellis West de secuestro. Por supuesto su abogado lo pondrá al tanto de los detalles. Normalmente deberíamos detener a la señora Ellis y hablar en la comisaria, pero en vista que podría ser un caso de problemas conyugales estamos investigando aun del valor de la denuncia. Sabemos que el niño está con la madre, la esposa del señor Collín, por lo que primero debemos realizar unas preguntas antes de dar por determinado el suceso, considerando la seguridad del infante, esa es la razón de nuestra presencia aquí. – Terminó el detective. – Si todo está bien le diremos que hacer, siempre prevaleciendo el bienestar del infante.

- Es un bebé. Y por nuestro lado no encontrará ninguna dificultad, colaboraremos con el proceso. Mi abogado también está por llegar. – Dijo él agradecido de que el agravio aun no esté determinado como legitimo.

- Está bien, nosotros también esperamos la presencia de la trabajadora social, quien realizará su respectivo informe y valoración.

- Entiendo totalmente.

Maddox no dejaba de abrazar a Bell dándole calidez y apoyo. El sabía que en este tipo de procesos tenían que mostrarse calmados y seguros, y él jamás dejaría que le quitaran a su pequeño. Por ello debía ser la fortaleza de su mujer, alguien que no le fallaría. Bell comprendía eso, y parecía que esta difícil situación era mas llevadera para todos de esa forma.

Tan pronto como llegó el abogado y la trabajadora social inició el proceso. La trabajadora social se presentó y observó la casa por cada rincón y también revisó al bebé. Bell se puso un tanto nerviosa por lo que la revisión implicaba, que ella podría haberlo lastimado, algo que jamás haría, pero se tranquilizó cuando él le froto la espalda y le susurró "es el procedimiento normal". Una vez que terminaron se sentaron en la sala para responder preguntas personales acompañados del abogado de la familia.

- Ok, señora Knigh... - inició la trabajadora social que fue interrumpida por Bel.

- Llámeme por mi apellido de soltera o solo por mi nombre, por favor.

La trabajadora social asintió estoicamente y anotó en su cuaderno, eso lo puso curioso y a Bel también, preguntándose que estaría escribiendo.

- Señora Belinda ¿usted anunció al señor Collín Knigt que se ausentaría con su hijo?

- No. Ya que no fue planeado. En verdad fue muy repentino, pero luego mantuve una conversación con él donde detallaba mi deseo de separación. Aun estaba en San Francisco en ese momento.

- ¿Estaba consiente que el alejar indiscriminadamente a un hijo de su padre es considerado delito de secuestro?

- No, no estaba consiente de ello, ya que es mi hijo, y está seguro conmigo, su madre. – Atajó con determinación Bel.

Fascinación - Enamorada de un MillonarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora