CAPITULO 1 - TRAICIÓN

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CAPITULO 1 – TRAICIÓN

Belinda estaba en su elemento. Había estado toda la semana ocupada preparando la celebración de introducción de los nuevos inversionistas de la compañía de su prometido en la que desempeñaba el papel de relacionista pública, aunque aún no estaba graduada, para eso faltaba un mes, lo cual esperaba con ansias.

Socializar y cautivar era su fuerte, una fachada en la cual su madre había tenido mucho que ver, lástima que jamás se habían llevado bien.

Miró a su alrededor con copa de champagne en mano. A la distancia divisó a su novio muy animado hablando con Dean Somer, uno de los nuevos inversores que hacía gala de muy buena compañía con lo que parecía ser una modelo con esa altura y medidas de alta costura. No tenía nada que envidiarle, no es que fuera narcisista o ególatra, pero después de vivir mucho tiempo con una madre como la suya –de belleza elegante- duramente le tocó aprender el valor de la confianza que debería dársele a la imagen que se muestra. Si te consideras atractiva y tienes confianza contigo misma los que te rodean se darán cuenta y lo apreciaran, la fortaleza siempre era admirada y bien recompensada.

Tener un castaño claro casi rubio y tener los ojos azules ayudaba mucho. Su estatura era normal y estaba contenta por aquello, le encantaban los tacones altos y a su parecer verse más alta que su novio no era estético. Si, esto también se lo enseñó su bella madre. Tenía que acordarse de llamarla para agradecérselo, traumarla y lavarle el cerebro con frivolidades seguramente no había sido fácil para ella.

Volvió al presente consiguiendo con facilidad entretener a los invitados. Una hora después buscaba a su novio entre la multitud, todos parecían más relajados después de beber, otros pocos ya se habían retirado. Caminó hacia el baño de damas dejando para después la búsqueda de su prometido, tenía rato queriendo hacerlo, que sonrió feliz cuando se encontró con el baño despejado o eso creía hasta que oyó jadeos y gemidos leves del cubículo de al lado. Se hubiera retirado de no haber sido que ya no aguantaba con la vejiga llena, así que se apresuró en subirse el vestido y orinar para salir de allí cuanto antes haciendo un gran esfuerzo por ignorar los sonidos de al lado. Torpemente olvidó la cartera para cuando salió al pasillo que separaba los lujosos baños de damas y caballeros.

Regresó e imploró al cielo que la parejita todavía estuviera en faena para no toparse con ellos. Sus ruegos no fueron escuchados.

Cuando abrió la puerta sintió que la sangre se le esfumaba del rostro y las manos cuando vio a Collín —su prometido— con todos los signos que bien conocía de él después de tener sexo. Lo miró de pies a cabeza esperando equivocarse, pero no, no se equivocaba. El pantalón negro que había alquilado para él de la mejor tienda de la ciudad estaba sucio en la entrepierna.

Un dolor inmenso la invadió cuando la modelito de Somer salió de la cabina del baño alisándose el vestido con el pelo despeinado. Negó con la cabeza cuando una lágrima se derramó de sus ojos.

- Belinda, déjame explicarte —rogó con urgencia su ahora ex-prometido.

- Oh, Joder... — murmuró la modelito, nerviosa.

- Olvidé la cartera... —logró decir, apresurada tomó la cartera que seguía al lado del lavamanos. Quería salir corriendo de aquel lugar.

- Belinda, por favor —Collín tomó su brazo deteniéndola ante la inminente salida. Ella solo quería vomitar.

- No me toques ¡Jamás! —soltó con el poco temple que aún le quedaba, zafándose del toque con brusquedad.

Se apresuró a salir de allí sin mirar atrás con el corazón roto y con las lágrimas en el rostro que no dejaban de rodar, aunque quisiera. Pensó en los arreglos que ya había comenzado para la boda y se sintió peor. Sabía que la gente la estaba mirando, por ello avergonzada y sintiéndose humillada corrió a la salida del hotel esperando encontrar un taxi sin saber a dónde ir ya que vivía con Collín. Entonces escuchó su nombre, miró atrás y vió que él se acercaba a prisa. Buscó taxis y no encontraba ninguno. Maldijo para sí misma su jodida mala suerte, hasta que vió a un hombre con un traje sumamente elegante tomar las llaves del maître de vehículos y subir al auto del año.

Rezando para no cometer una locura se apresuró a subir al auto con el desconocido esperando que Collín no la alcanzara y que el desconocido se apiadase de ella y sea por lo menos medianamente decente.

***MADDOX***

Maddox Rocher se divertía con el anonimato, su subordinado Owen Carter, o simplemente Carter como le decía él, se desenvolvía con habilidad frente al mundo social de los negocios, algo de lo que estaba agradecido. Le ahorraba absurdas conversaciones aburridas que jamás lograban llamar su atención. Esa noche no sabía porque había asistido a esa fiesta, suponía que el aburrimiento lo había impulsado a ir esperando algo. No le pregunten qué.

Cuando unos pocos lo reconocieron decidió que era hora de retirarse. No deseaba entablar conversaciones sobre la empresa y mucho menos de su familia y sus exuberantes riquezas. Aquello siempre terminaba hastiándolo. Lo único que lamentaba era dejar de ver una belleza de cabello castaño claro como el cobre con un vestido azul que, aunque le quedaba estupendamente bien no le hacía justicia a ese delicado cuerpo. No era su tipo de mujer, ella parecía ser de flores, citas y una promesa de amor de la mano con un anillo de compromiso. Aquello bastaba para alejarlo y olvidarse de la mujer, a él le gustaban las fáciles, seguro y sin problemas.

La belleza desapareció y esa era la señal de salida. Sin apresurarse salió del salón de eventos, le entregaron su abrigo, llamó a Owen para anunciarle que partía a casa y salió del Hotel. Un joven uniformado del hotel eficientemente le entregó las llaves cuando llegó con el auto —su nuevo Aston Martin One 77— por lo que le dio una buena propina, él joven sonrió feliz al ver el billete.

Maddox se decantó por deambular un rato y luego ir a un bar ya que era temprano para irse a dormir. Subió al auto y encendió el motor. Frunció el ceño extrañado cuando la puerta del lado copiloto se abrió y una mujer se precipitó a entrar y cerrar la puerta con igual rapidez.

- Por favor sáqueme de aquí —rogó la mujer.

Aun sorprendido la observó, era la misma belleza sofisticada y elegante que le llamó la atención en la fiesta y muy joven ahora que la miraba de cerca solo que sus ojos estaban rojos y llorosos con un semblante pálido. Vio como daba un respingo cuando un hombre gritó lo que suponía era el nombre de ella. Lo reconoció como Collín Knight, el hombre al que arruinaría cuando se apoderada de la empresa que festejaban esa noche.

Asintió hacia la joven entendiendo lo suficiente como para acelerar y salir de allí.

Fascinación - Enamorada de un MillonarioWhere stories live. Discover now