Olivia Recalt, una reconocida bailarina y cantante, entre otras cosas, recibe la oportunidad de participar en la producción de un proyecto muy importante, no solo por la historia que cuenta, sino que, dicho proyecto estará dirigiendo uno de sus prod...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Enzo’s pov
Olivia debía presentarse en esa reunión a las 10:30 am, pero no fue así.
Ella no apareció a esa hora, ni a la siguiente, ni mucho menos a la siguiente.
Esto comenzaba a preocuparme, ya que ella me envió un mensaje cuando estaba por salir del hotel. Informé de esto a todos y comenzamos a buscarla.
Por su habitación, las habitaciones de todos, el hotel, los alrededores, nada. Hablamos con la gente de seguridad y nos aseguraron que la vieron salir y se subió a una camioneta negra, idéntica a la cual siempre utilizamos por seguridad, pero esta tenía una gran e importante diferencia.
No tenía placa, la matrícula había sido removida.
Eso significa que era ajena a nuestra seguridad.
Millones de pensamientos cayeron en mi mente, ¿dónde podría estar? ¿Con quién?, ¿por qué?
Intentamos tranquilizarnos para poder pensar las cosas bien y ver qué hacer.
—Hable con J, 5 minutos después de que esa camioneta se fue, llegó otra, y nadie subió.
Ella subió a otra—dijo Matías sentándose a nuestro lado y suspiré
—Su teléfono está apagado—dijo juani mientras pasaba las manos por su cabello
—¡Chicos!—grito Fran mientras corría hacia nosotros
Nos dejaron ver las grabaciones de las cámaras, vamos.
No dudamos en correr tras él, llegamos hasta una puerta, en la cual había un hombre bastante alto parado ahí.
Nos dejó pasar y nos enseñaron las grabaciones, realmente no veíamos nada.
Los vidrios de esa camioneta eran blindados, pero Matías detuvo la grabación en un momento, esto mismo hizo que todos dirigiéramos nuestra total atención a él.
—Esa mano —dijo mientras apuntaba la pantalla—, era cierto, uno de los vidrios estaba bajo y se llegaba a ver una mano apoyada en él.
—¿Esa mano qué?— cuestione y me miró.
—El anillo, es el enfermo, ese —con esa información supuse que se trataba de aquel hombre el cual le hacía la vida imposible.
Matías salió corriendo y gritando de allí, aunque intentamos calmarlo, era imposible.
Nos dijimos a la estación de policía más cercana y les explicamos la situación, también les dejamos las grabaciones para tener algún tipo de información y prueba.
La noche llegaba y mi preocupación aumentaba, no paraba de dar vueltas en su habitación, buscando cosas, buscando respuestas.
Pero solo encontraba más y más preguntas, la llamé millones de veces, deje muchos mensajes, pero era en vano, su celular continuaba apagado.
