Olivia Recalt, una reconocida bailarina y cantante, entre otras cosas, recibe la oportunidad de participar en la producción de un proyecto muy importante, no solo por la historia que cuenta, sino que, dicho proyecto estará dirigiendo uno de sus prod...
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Hoy estaba decidida, lo iba a hacer.
En estos días me he estado sintiendo bastante mal y mis sospechas aumentan cada vez más, así como el miedo crece.
Y no solo el miedo, sino que mi abdomen también.
He notado una gran diferencia en estas últimas semanas, y no creo estar comiendo tanto para tener esta panza, algo está mal aquí.
Aproveche que Enzo estaría todo el día fuera, ya que tenía entrevistas, recién lo vería en la noche, en los premios, sabía que era hoy o nunca. Y si algo también sabía, es que no podía seguírmelo guardando ni hacerlo sola, por lo que llame a Juani.
—¿Olivia porque lloras?—pregunto, notaba la preocupación en su voz a través de mi teléfono
—Solo ven, por favor—dije entre sollozos, de una manera casi inaudible.
—Ya voy Liv, tranquila—dijo y colgué la llamada.
Realmente no sabía lo que estaba por hacer, quizás solo me estaba haciendo la cabeza y en realidad solamente era un malestar.
Pero algo me decía que no, que era algo más, mejor dicho, alguien más.
Tan solo algunos minutos después escuché tres golpes en la puerta, abrí rápidamente y me encontré con un Juani preocupado, quien no dudó dos segundos en abrazarme fuertemente y cuestionar millones de veces que era lo que estaba pasando.
—Tengo miedo ju—dije antes de separarme de su abrazo
—¿De qué tenés miedo, Liv?—pregunto limpiando las lágrimas que aún recorrían mis mejillas
—No me viene Juani, es eso—respondí y estallé en llanto nuevamente, este se quedó helado frente a mí.
Ambos nos sentamos en el sillón y me abrazó intentando darme calma para así poder hablar más tranquilamente.
—No te hagas la cabeza Olivia, puede ser solo un retraso—me dijo intentando tranquilizarme, pero no conseguía nada.
—Hace meses no me viene Juani— agregué y este puso una cara de sorpresa
—Pero, ¿recién te das cuenta?—pregunto asombrado y negué
—No Juani, yo soy muy irregular, pero esto es muy raro ya—dije y este se quedó pensativo viendo un punto fijo en la pared
—Y sí…—dijo y negué, no quería ni que terminara la oración, me daba miedo hasta la palabra
—No, no—dije y me levanté para simplemente dar vueltas en círculos
—No, Olivia, no te hagas la pelotuda tampoco—dijo tomándome de los hombros para qué me quedé quieta
—Me da miedo Juani, no estoy preparada para esto— coloqué mis manos en mi cabeza corriendo mi cabello hacia atrás
