will always be him • enzo vogrincic

Todo terminó • 32

No lograba dormir, lo único que lograba era llorar, llorar y seguir llorando.

Realmente creo que podía sola con esto, pero era evidente que no, eran casi las 4 de la mañana y sentí unos golpes en mi puerta, ¿a esta hora?

Me acerqué y pregunté quién era, y para mi suerte Enzo respondió del otro lado, seque mis lágrimas y le abrí rápidamente.

Al instante me abrazo, como si supiera todo lo que estaba pasando por mi mente en ese momento.

—Te conozco, sé que necesitas un abrazo, unos cuantos más.— dijo y me hizo llorar.

Me acosté en mi cama para no hacer un espectáculo en el pasillo y Enzo se sentó a mi lado. Me abrazo y se acostó a mi lado en completo silencio, ¿cómo es posible que me conozca tanto?

—Tengo miedo, Enzo—dije entre sollozos—¿Y si vuelve?

—Entiendo que tengas miedo, fue muy fuerte todo lo que pasó, pero nada más va a pasarte.

No voy a permitir que algo te pase, él no volverá, jamás volverá.

Todo terminó, estás a salvo ahora, estás conmigo, linda—dijo y dejo un beso en mi frente 

No sé cómo hice, pero logré dormir, Enzo me daba paz, y era lo único que necesitaba en ese momento. Solo paz.

Desperté gracias al sol que se colaba por la ventana, esto hizo que cerrará mis ojos automáticamente.

Frote mis ojos y me senté en la cama, me cayeron todos los recuerdos de ayer, pero decidí ponerlos a un lado, debo pensar lo menos posible en eso, si es que es posible.

Enzo aún dormía como una roca, por lo que me levanté y me dirigí al baño para ducharme.

Hoy no había nada que hacer realmente, bueno, así era hasta que leí en el grupo que hoy saldríamos a desayunar todos juntos.

Sé que lo hacen para poder distraerme, y siempre lo logran, por lo que confirme que iba.

Busque mi ropa y me cambié, mientras planchaba mi cabello, escuché algunos ruidos provenientes de la habitación, por lo que supuse que Enzo ya había despertado.

Efectivamente, asome mi cabeza por la puerta del baño y se estaba levantando, le dedique una sonrisa la cual me regreso y se acercó a mí.

—¿Pudiste dormir bien?—pregunto mientras me abrazaba 

—Sí, dormí bastante bien, ¿vos, cómo estás?—pregunté, me di vuelta, ya que estaba de espaldas a él

—Estoy con vos, eso significa que estoy perfectamente bien—dijo, paso un mechón de mi cabello por detrás de mi oreja y sonreí—Amo esa sonrisa—dijo, puedo apostar que estaba roja como un tomate

—Basta, me pones nerviosa— dije y reí

—¿Todavía te pongo nerviosa?—pregunto y asentí, él solo negó con la cabeza mientras reía, levantó levemente mi mentón y unió nuestros labios en un tierno beso, lo único que necesitaba en ese momento.

Como siempre, alguien interrumpe, creo que esto se tendría que llamar
“Interrupciones”, definitivamente sería el nombre perfecto.

Escuchamos unos golpes en la puerta, supuse que era juani o alguno de los chicos, ya que me habían dicho que pasarían a verme temprano.

Efectivamente, abrí la puerta y me encontré con juani, quien me abrazo al instante y me dijo cuánto me quería, a veces le dan ataques de cariño y te recuerda cuando amor te tiene, eso es lindo, él es un sol.

—¿Y Enzo donde anda?—pregunto curioso

¿Lo escondiste abajo de la cama?—agrego y reí mientras negaba con la cabeza

—Se está bañando, no lo escondí abajo de la cama

—Ah bueno, bueno

¿Y vos qué onda?

¿Cómo te sentís hoy?—pregunto, notaba algo de preocupación en su rostro, mi sonrisa desapareció en ese momento.

—Uh, no

Perdón, no tendría que haber preguntado—dijo mientras me abrazaba

—No, no, tranqui

Estoy bien yo, solamente intento no pensar en el tema y dejarlo de lado mientras pueda—dije y sonreí

Me pidió perdón al menos unas 400 veces, hasta que Enzo salió del baño y se sorprendió al ver a juani ahí.

—¿Vas a saludar a tu hijo favorito?—pregunto juani 

—¿Estás embarazada?—pregunto Enzo, juro en ese momento quedó blanco como un papel, no pude evitar reírme 

—No pelotudo, yo soy tu hijo favorito

—Ay, me asustaron, no tengo hijos yo, juani—dijo con una mano en el pecho y juani fingió estar ofendido

—Así sos Enzo, ya me vas a venir a pedir algo vos—dijo de brazos cruzados

—Pobrecito el nene, ¿cómo le vas a decir eso Enzo?—bromee y Enzo solo negó mientras se reía 

Estábamos entrando a un café con los chicos, según juani, este lugar le da vibes a taylor swift.

Así transcurrió la mañana, las risas no faltaron, jamás faltaban cuando estaba con ellos.

Me olvidé por un buen rato todo lo que estaba pasando en mi vida en ese momento, un instante de felicidad, eso necesitaba.

Con ellos lo tenía, sabía que estar con ellos era un camino directo a reírme hasta que me duela el estómago, hasta llorar y no poder más.

Y eso me encantaba, no me importa si me duele el estómago de tanto reírme, solo pienso que me estoy riendo, porque estoy feliz, finalmente es lo único que me importa ahora mismo.