•∘˚˙∘•˚˙∘•ꕥ 𝐍𝐔𝐍𝐂𝐀 𝐅𝐔𝐈 𝐓𝐔𝐘𝐎 ꕥ•∘˙˚•∘˙˚•∘
Park Jimin un joven que es obligado por su familia a contraer matrimonio con un hombre mayor que el.
Pero que pasará cuando todos se enteren que en realidad Jimin no está casado con Jeon Minho, si...
Cuando alcancé a Jihoon, estaba sollozando con la mano apoyada en su mejilla.
- kook... -se giró, mostrándome sus ojos llenos de lágrimas-. El me golpeó -confesó, provocando que todo mi cuerpo despertara en cólera.
- ¿Cómo dices?
- Yo solo quise hablar, pero reaccionó tan violento como en la oficina. El me odia, me odia. Por favor no dejes que me haga daño.
- Ya, tranquilo -lo abracé para tranquilizarlo-. Nadie te hará daño cariño mío. Aquí estaré para protegerte.
- Está celoso. El quiere como a de lugar tenerte. Estoy seguro que hará de todo para ensuciar tu nombre y quedarse con la herencia. No permitas que eso suceda, debes buscar alguna alternativa antes de que su plan se lleve a cabo.
- Ya estoy trabajando en eso, he pedido a uno de mis hombres de confianza que busque otro abogado para invalidar el testamento.
- ¿Lo dices en serio? -Jihoon levantó su rostro con tanta ilusión, los ojos le brillaban. Haría lo que sea por el. Con tal de ver feliz al hombre que amo, iría hasta el fin del mundo-. Me da tanta dicha que pronto podrás ser libre.
- Pronto cielo. Pronto seremos tú y yo.
- Pero ahora...
Bajando mi vista lo observé mordiendo sus labios con ganas de decir algo, pero que no tenía el valor para hacerlo. Siempre tan tierno. Jihoon era único.
- ¿Qué sucede?
- Eh... bueno, mi traje está todo manchado y...
- Descuida -enrollé mi índice con un mechón de su cabello castaño -. Ahora mismo te traerán los mejores trajes y podrás escoger el que más te agrade.
- ¿Harías eso por mi?
- Solo por ti -le sonreí.
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Al final, Jihoon terminó por llevarse tres trajes que eran parte de la nueva colección que sería sacada al mercado comercial.
Parecía que todo este alboroto al fin había tenía calma, pero no. Aún tenía un gran pendiente con Jimin. Su actitud de niño malcriado y querer pasar por encima de mí. Había sobrepasado mis límites.
Luego de que Jihoon se fuera y de cambiar mi camisa. Dejé la orden a la señora Yuna, de que nadie ingresara a mi oficina hasta mi regreso.
Bajé hasta el piso donde se ubicaba la oficina de Jimin. Que horror, nunca pensé en tener que ir a buscarla.
- Señor Jeon -me detuvo la secretaría de ella.
- ¿Qué ocurre?
- No estoy segura que el señor quiera recibirlo. Desde que llegó ha estado encerrado ahí, y su expresión era muy decaído.
- A mi no me interesa eso. El y yo tenemos asuntos importantes de qué hablar, y me va a escuchar.
