🪻┆Ella es mi madre

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Tenía que decirle las cosas en su cara. Así él fuera el hijo mayor de los Jeon, nadie iba a sacar a mi Bam.

Haciendo resonar la puerta, lo dejé en medio de su mirada gélida y conflicto personal, planeaba irme antes de que saliera con su nuevo cambio. Bajé las escaleras sin perder un solo segundo más. Me despedí de Jennie y salí a sacar mi auto.

Encendí el motor con mis llaves, dispuesta a que el mundo viera al renovado hombre que soy.

Estando en camino, recibí la llamada de esa voz que siempre me orientaba en situaciones difíciles

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Estando en camino, recibí la llamada de esa voz que siempre me orientaba en situaciones difíciles.

— Tae —contesté.

— Hola Minnie, se qué es temprano, pero… Dime que lo que salió en las noticias no es verdad.

— Oh ¿Tú también lo viste?

— Minnie, está en todos lados. De hecho ahora mismo estoy esperando un taxi frente a una tienda, y veo una revista con fotos de ustedes dos en primera plana.

— ¿¡Qué!? —frené para no chocar contra el que estaba delante de mí—. Por favor, di que es una broma.

— Ojalá lo fuera, pero incluso en el periódico que sostengo hay muchas fotos de ustedes, y una donde tu sales dejándolo solo en el auto.

— Dios —suspiré—. Entonces sí se salió de control. Todo por un maldito beso.

— ¿Estás ahora con él? —preguntó.

— No, estoy manejando.

— ¿¡CÓMO!? ¡¡¡Pero q-qué!!!

— Lo compré ayer, y por si te preguntas cómo te estoy contestando, lo hago por el manos libres.

— Bueno, eso me tranquiliza un poco, pero de todos modos ten cuidado. Tu método para manejar es…

— Kim —fingí molestia.

— Soy honesto, Jimin. Aún no sé cómo te otorgaron la licencia.

— Bueno, fue gracias a tu ayuda ¿Acaso ya lo olvidaste?

— Así que será mi culpa si tienes algún accidente.

— ¡Tae!

— Ja, ja, ja Solo bromeaba.

— Umm pues no me agradó para nada tu bromita. Un momento, tú eres el que está con un suéter gris —pregunté observando con más minuciosidad al joven que estaba parado en el próximo paradero.

De pronto, lo vi enderezarse del susto, su rostro me observó y palideció.

— ¡Tae! —lo llamé, sacando casi la mitad de mi cuerpo por la ventana.

— ¡Por el amor de Dios Jimin, vas a…!

Apenas logré frenar. Por poco chocaba con el tipo del auto de adelante.

𝙽𝚄𝙽𝙲𝙰 𝙵𝚄𝙸 𝚃𝚄𝚈𝙾 ━━━ 𝙺𝙾𝙾𝙺𝙼𝙸𝙽Donde viven las historias. Descúbrelo ahora