🪻┆Vainilla

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Luego de tener que abrir las ventanas de mi habitación para que el viento helado hiciera su trabajo, calmé el calor que sofocaba a mi cuerpo.

— Ese dictador exhibicionista —refunfuñé, apretando los puños contra la madera de la ventana.

En fin, ya no podía seguir perdiendo el tiempo con tales cosas. Ya vería Jeon Jungkook. Le enseñaría una o dos cosas por ocultarme lo de la invitación.

Buscando en el armario, saqué lo que necesitaba. Ni loco me quedaría a ver como él se paseaba libremente.

— Claro ¿Cómo no lo pensé antes? —me dije en la mente—. Seguro era para llevar a su amante —la idea me pareció de lo más desagradable y bajo que él había hecho hasta ahora ¿Acaso planeaba trapear el piso con mi nombre?. Seguro eso quería, por mi cabeza no pasaba otra posibilidad. Pues al demonio ¡Quién se cree! No voy a quedarme como un idiota encerrado, mientras ellos se dan la gran vida.

 Pues al demonio ¡Quién se cree! No voy a quedarme como un idiota encerrado, mientras ellos se dan la gran vida

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Pará despejar cualquier sospecha, dejé mi auto. Esta vez tomé un taxi, mientras ocultaba mi atuendo bajo un gran abrigo. Me aseguré de salir antes que Jungkook, así que él probablemente recién debía encendiendo su auto.

Esta sería una pequeña cucharada de venganza por haberme ocultado la invitación.

Mientras divisaba la noche estrellada a través de la ventana del auto, aproveché en sacar mi celular de una mochila que traía sobre mis rodillas.

— ¿Jimin? —preguntó incrédulo Taehyung desde el otro lado de la línea.

— Oh, dudé que estuvieras despierto. Pero supongo que es una señal para saber que puedo contar contigo.

— Ay Dios, ahora qué locura has hecho.

— ¡Oye! Yo no he hecho nada. Bueno, aún no.

— Señor, no sé cómo siempre atraes a los problemas. Ya dime, en qué te puedo ayudar.

— ¡Gracias! ¡Gracias! Sabía que puedo confiar en ti.

— Ay Jimin, a veces me asustas.

— Tranquilo, que a quien quiero asustar es a mi querido esposo —mis palabras fueron seguidas de una carcajada que hasta el taxista me miró preocupado por el espejo.

— Definitivamente, eso no me tranquiliza ¿No vas a envenenarlo o algo así?

— ¡Hey! No soy un asesino —de inmediato cubrí mis labios, pues el conductor ya se veía nervioso—. Ya ves lo que me haces decir —susurré al celular.

— Acabemos con esto. Solo dime en qué quieres que te ayude y lo haré. Mañana mi madre llega de visita.

— ¿De verdad? Me encantará ir a verla.

— Aquí estará para recibirte.

— Está bien. Bueno simplemente tengo que preguntarte unas cosas, tengo poco tiempo para llegar.

𝙽𝚄𝙽𝙲𝙰 𝙵𝚄𝙸 𝚃𝚄𝚈𝙾 ━━━ 𝙺𝙾𝙾𝙺𝙼𝙸𝙽Donde viven las historias. Descúbrelo ahora