🪻┆No te atrevas a tocarlo

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Desde que mi presencia hizo lugar en la empresa esa mañana. Jungkook no me quitaba la mirada de encima. Durante los días que duró mi estancia fuera de la ciudad, había rechazado todas sus llamadas, y él parecía algo ofendido por ello. Sin embargo, fue por mí propia estabilidad. Lo que pasó aquella noche en ese hotel fue sin amor, nada que nos atara sentimentalmente y quería que continuara así.

Aunque el recuerdo de su piel estaba muy fresco sobre la mía, y que durante esas condenadas noches de soledad, volvía a mi mente el maravilloso cuerpo de quien es mi esposo. Sus hombros anchos, brazos fuertes con unas manos grandes que tocaron donde nadie tuvo acceso, un torso esculpido por los mismos dioses. Mis dedos quemaban con la imagen en mi cabeza y esas piernas largas y fuertes que sostenían una inmensa vara de carne que me causó dos de las sensaciones que nunca creí que se mezclarían; dolor y placer, prevaleciendo al final lo segundo, pero sé que no debo confiarme. Nunca sabría cuando el hombre que me dio la mejor noche de mi vida, regresaría a su antigua actitud.

Por ello acepté ese viaje sin pensarlo dos veces, lejos de él creí que lo olvidaría, mas fue inútil. Entonces, la única herramienta que usaría sería mi indiferencia. Evitaría su cercanía lo máximo posible, pero cómo hacer rayos lograr eso, cuando él no dejaba de mirarme. Sus ojos azules estaban fijos en mi presencia, y todo fue peor al solicitar una charla conmigo en su oficina. No, definitivamente eso no podía ni debía ocurrir.

Mas en el carácter de Jungkook, una respuesta negativa no era bien recibida, por ello sin dudarlo me llevó a la fuerza a los pasillos lejanos donde nadie podía vernos.

Sus voz profunda con las manos sosteniendo a mis hombros, me evitaban cualquier escape, pero no todo acabaría con un simple intercambio de palabras. No tengo la menor idea de que demonios le ocurrió, pero para el momento en que mi corazón volvió a palpitar, ya tenía los labios de Jungkook sobre los míos.

Puse mi mayor esfuerzo intentando apartarlo, pero su fuerza y tamaño me superaban. Maldito gigante dictador, se aprovechaba de esa ventaja para querer dominarme, pero la postura parecía incomodarle, tenía que encorvarse para seguir presionando mi boca.

- Para... -alcancé a decir al tener mis labios libres por escasos dos segundos, lanzando mi mano directo a su mejilla.

Para mi sorpresa Jungkook atrapó mi muñeca justo antes de tocar su cara. Y con un rostro lleno de seriedad, me reclamó aquello qué había intentado evitar durante los días de mi ausencia. La mirada azul era como hielo que penetraba a mis huesos; logrando producir un escalofrío en toda mi espina dorsal.

Sin embargo, a pesar de tener mi muñeca atrapada, su agarre no era violento; esta resultaba ser una mezcla entre firmeza y suavidad, como estar ante un Jungkook totalmente distinto. La calidez de su mano me recordó a aquella que sentí cuando lo vi por primera vez cerca de esa fuente.

Pero esa ilusión solo duro un instante, ya que cuando abrió la boca, recordé qué este Jungkook era el mismo que insultó y rechazó años atrás sin piedad a mis sentimientos, a los de un jovencito que creyó encontrar la paz y estabilidad que necesitaba en un momento donde su propia familia la veía como un objeto, para recuperar la estabilidad económica que una vez tuvo.

- ¿Es esta la manera en la que saludas a tu esposo? -cuestionó con el rostro aún cerca al mío.

- Un esposo que no lo será por mucho tiempo -respondo-. Recuerda que accediste a firmarme los papeles del divorcio.

- ¿Y qué ocurre si cambio de idea?

Mis ojos se abrieron grande y el pulso se me aceleró. Escuchar eso de Jungkook fue como recibir un puñal en la espalda, una traición ¿Acaso no tenía valor su palabra?

𝙽𝚄𝙽𝙲𝙰 𝙵𝚄𝙸 𝚃𝚄𝚈𝙾 ━━━ 𝙺𝙾𝙾𝙺𝙼𝙸𝙽Donde viven las historias. Descúbrelo ahora