🪻┆No puede ser

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Todo había terminado, aquello que creí que nunca ocurriría, tenía ahora una fecha y hora pactada.

Solo tres días, dentro esos cortos días, debería preparar mi cabeza para entregarme al hombre que una vez amé. Esto me transmitía escalofríos, pero la idea de que al fin tendría una familia, me hacía llenar ese hueco de soledad. No todo sería malo. Amaría y protegería a mi futuro hijo.

— ¡Ay! —me quejé mientras caminaba distraído por el pasillo. El duro golpe de su hombro conmigo, provocó que aquel dolor que Jungkook antes me había provocado, volviera— ¡Oye! —le grité indignado— ¿Cuál es tu problema?

Lentamente dio la vuelta, y clavando su mirada de desprecio en mis ojos, apretó los dientes como si contuviera su reacción.

— No entiendo que te ocurre, por qué siempre eres tan bruto y poco caballero conmigo.

Él quiso seguir de largo, pero finalmente me dio la cara.

— Caballero contigo ¿Crees que un hombre como tú merece respeto?

— ¿Por qué me hablas así? —le reclamé —. Eres amable y servicial con los demás, pero conmigo siempre fuiste frío ¿Por qué esa actitud conmigo, Mingyu? —retrocedí un paso al temblor de mis piernas, pero él avanzó dos.

— Porque te lo mereces —dijo sin dudar—. Todo lo malo que te sucede lo tienes bien merecido, y creeme Park Jimin—me apuntó con el dedo—. Esto es solo la punta del iceberg.

Mirando la hora en mi celular, supe que el momento estaba cerca

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Mirando la hora en mi celular, supe que el momento estaba cerca. Jungkook ya debía estar esperando en el hotel.

— ¿Está bien señor? —se acercó a preguntarme el que atendía en la barra de bebidas.

— Perfectamente —contesté—. Sirveme otra copa ¿Quieres? —coloqué mi copa frente a él después de beberme un trago de golpe.

— Señor…

— No he pedido tu opinión, tú solo llena mi copa con alcohol.

— Beber por despecho no le hará bien —me comentó.

— ¿Y tu como sabes que bebo por eso?

— No soy un simple barman, señor. Aquí he tenido a muchos jóvenes con esa misma mirada de dolor. Aparentan ser unas jóvenes fuertes y que no les importa nada, cuando en realidad están sufriendo por dentro.

— ¿Acaso eres un mujeriego?

— Ja, ja, ja —soltó a reír—. Es lo que mi padre quisiera, pero los hombres no son de mi interés.

— Oh, entiendo.

— Además, tu cara se me hace conocido —murmuró, acercando su rostro— ¿No te he visto en algún lado?

— En las revistas de escándalos con mi marido, seguro —comenté moviendo el poco contenido que quedaba en mi copa—. Como sea, dejé el recipiente en la barra—. Supongo que la hora de mi muerte ha llegado.

𝙽𝚄𝙽𝙲𝙰 𝙵𝚄𝙸 𝚃𝚄𝚈𝙾 ━━━ 𝙺𝙾𝙾𝙺𝙼𝙸𝙽Donde viven las historias. Descúbrelo ahora