Recuperación

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*Domingo 11 de febrero*

João

Ya habían pasado varios meses desde que operaron a Gavi, y su recuperación iba muy bien, pues ya no tenía que andar con muletas. Nuestra relación iba super bien, aunque sabíamos que cada día que pasaba, era un día menos para que yo volviera a Madrid y nos tuviésemos que despedir, por eso pasábamos el mayor tiempo posible juntos, y más ahora que ambos estábamos lesionados, yo no tenía gran cosa, pero había tenido una pequeña lesión en la pierna y no podía jugar.

Por eso nos dirigíamos juntos al estadio de Montjuïc ya que hoy jugaba el club.

Cuando llegamos cogimos los asientos junto con Ferran, Sergi y Marcos Alonso que también estaban lesionados, y nos sentamos.

Justo nos saltó la hora del bereal, así que lo hicimos juntos.

Jugábamos contra el Granada que iba ganando, y Gavi estaba algo nervioso.

— ¡Pitala! ¡Hijo de puta!— gritó.

— Eh, tranquilo tío.

Y también hacía apuestas con Sergi.

— Era fuera de juego— decía él.

El catalán negaba con la cabeza.

— ¿Cuanto a que era fuera de juego? ¿Cincuenta euros?- decía mientras estrechaban la mano.

Sergi asintió.

— Cincuenta eh.

Y después de varios insultos y apuestas más, el partido terminó empatado 3-3.

Cuando le dimos la enorhabuena a nuestros compañeros, salimos del estadio para montarnos en mi coche y nos fuimos a mi casa.

Al llegar decidimos ducharnos juntos, como ya habíamos hecho bastantes veces, pero hoy Gavi estaba más juguetón de lo normal.

— Gavi, te juro que como vuelvas a agarrarme la polla te vas a arrepentir— le decía con los ojos cerrados mientras intentaba aclarar mi pelo lleno de espuma debajo del agua.

Él soltó una risa y volvió a tocarmela, así que en cuanto terminé lo estampe contra la pared y le agarré las manos.

— ¿Y ahora que vas a hacer?— pregunté pícaro.

Sus labios estaban rosados y mojados y gotas de agua caían de vez en cuando desde su pelo, así que lo único que hice fue estampar mis labios contra los suyos.

Salimos de la ducha a trompicones y cogimos una toalla para ponerla sobre la cama y no mojarla, allí nos tumbamos, yo encima de Gavi, y empecé a dejar besos húmedos por todo su abdomen, haciendo que su cabeza se echase para atrás sobre la cama y de su boca saliesen suspiros.

Nuestras erecciones no paraban de rozarse y ambos gemíamos por la fricción.

— ¿Tienes condones?— preguntó Gavi con la voz agitada.

Yo asentí y estire mi mano sin dejar de besarlo hasta el cajón de la mesilla y saqué el sobrecito dejándolo a un lado de la cama.

— ¿Estás seguro?— le pregunté.

— Nunca había estado tan seguro en toda mi vida.

Ante sus palabras mi erección pálpito con fuerza.

Llevé dos de mis dedos a su boca.

— Chupa.

Noté como se erizaba debajo de mí y obedecía mi orden, y eso me volvió loco haciendo que me excitase más.

Cuando noté que ya estaban lo suficientemente lubricados, los saqué de su boca y los llevé a su entrada.

— Voy a meter uno, si te duele dímelo ¿Vale amor?

Él asintió con desesperación.

Lo introduje dentro de él con delicadeza y empecé a moverlo en círculos. De vez en cuando tocaba su próstata y soltaba un sonoro suspiro.

Después de un rato metí el segundo repitiendo la misma acción y cuando vi que ya estaba lo suficientemente dilatado los saqué.

Abrí el condón con la boca y lo coloqué en mi miembro. Lo acerqué a su entrada rozándolo con la punta.

— Si te duele dímelo porfavor, y paro.

— Tranquilo amor, te avisaré.

Uní nuestras manos entrelazando nuestros dedos, asentí y metí la punta, noté como se encorvaba ante la sensación y apretó mi mano con fuerza, yo estuve quieto un rato hasta que asintió y me metí completo dentro de él.

Gavi soltó un quejido, y aunque quería moverme ya, esperé, esperé por él.

— Te amo— le dije dándole besos por toda la cara esperando a que se acostumbrará a la sensación.

Él rió y me contagio la risa, porque éramos dos enamorados, dos enamorados teniendo nuestra primera vez.

Después de varios minutos en silencio, Gavi se movió lentamente y asintió dándome a entender que empezase a moverme.

— Despacio...

Obedecí a lo que me decía para no hacerle daño.

— Ya-ya puedes moverte más rápido.

Asentí.

— Si te vuelve a doler me lo dices ¿Vale bebé?

Él asintió sonriendo mientras dejaba un beso en mis labios y empecé a moverme lentamente, y después cada vez más rápido al confirmar con sus gemidos que lo estaba disfrutando tanto como yo.

— Gavi, m-me voy a correr— dije sin poder evitar soltar un gemido sonoro.

— Espera amor, quiero que nos corramos juntos, solo un poco más.

Yo asentí, y aunque no podía aguantar más, lo hice por él.

— Va-vale, me voy a correr— dijo después de escasos segundos.

El orgasmo nos llegó a ambos arrasando con nosotros, Gavi se corrió encima de nuestros abdómenes y yo lo hice dentro de él en el condón. Nos dejó sudados y satisfechos y salí de su interior con cuidado. Me quité el condón dejándolo a un lado y me tumbé a su lado.

Noté como giraba su cabeza para mirarme, así que yo la giré también para tenerlo de frente.

— Hola— dijo con una amplia sonrisa.

— Hola— sonreír de igual manera mientras acariciaba con mi mano su flequillo aún sudado y lo echaba a un lado— ¿Como éstas?

— Mejor que nunca— contestó poniendo la cabeza sobre mi pecho y abrazandome por la cintura.

Después de eso noté como su respiración iba cada vez más lenta, por lo que se estaba quedando dormido.

— Te quiero muchísimo Pablo.

— Yo a ti también Félix.

Ambos sonreímos, y después de eso caímos profundamente dormidos.

——
Jope, pero que monos que son tío. Bueeeeno, solo quedan dos capítulooss. El viernes subo el último. Estoy bastante triste la verdad, espero que os haya gustado, ya sabéis que una ☆ se agradece un montón, nos vemos mañanaa en el penúltimooo. Chaooo❤

El Último Partido (João Félix X Gavi)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt