14. Soy tu novio, ¿no?

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Después de todo lo qué pasó con los chicos y al ver que había sangrado, obviamente estuve investigando y según lo que tengo entendido no hay que alarmarse si solo pasa una o dos veces.

Dicen que existen muchas causas que pueden provocar sangrado en las relaciones sexuales, como algunos orgasmos, que producen contracciones uterinas, un tamaño del pene grande o relaciones sexuales muy intensas con penetraciones bruscas o con falta de lubricación.

Y estoy segura que esa noche de Halloween no hubo nada de suavidad y además, los tres están muy bien dotados.

Camino hacia el centro de la sala desnudo. Mi pecho sube y baja con intensidad y me preparo en la posición inicial del baile. Mi cuerpo de lado, inclinado hacia atrás. Con los brazos en alto y los dedos de las manos suaves, relajados, como siempre hay que hacer en el ballet. Mi cabeza y mi espalda están inclinadas siguiendo la línea de mi torso y, por último, mi mirada emotiva mirando hacia el techo, hacia el infinito, con las lágrimas al borde de mis pestañas.

La música comienza a sonar y me transformo en esa Meike a la que tanto le gustaba bailar y tan poco brillar.

Es imposible tener miedo estando al lado de él.

Joss siempre me mira como si fuera la chica más guapa que hubiese visto sin importar lo que llevo. Y aquí estoy bailando para él después de un duro día de clases.

Siento que me gusta más despertarme solo porque sé que él existe.

Hoy hubiese sido duro, si no lo hubiera visto... a veces es el único motor en esta casa para soportar todo.

—¿Estás bien? —pregunta deteniendo la música.

—Estoy algo cansada y...

—¿Y qué?

Miro hacia mis pies desnudos, en medio de la sala, después de un día duro.

—Pienso qué Blaz me odia por algo que hice, pero no creo haberle hecho nada.

—No es contigo, Meike. Es Blaz, no puede evitar ser un idiota. Pero con respecto a la academia de baile no le he podido convencer de dejarte ir. Dice que es muy arriesgado. Creo en tu talento y tanto Blaz y Klaus saben que vas a ser alguien grande algún día y que tu nombre estará escrito en las invitaciones de los mejores ballets del mundo.

Levanto la cabeza hacia él.

—Tú sabes perfectamente lo que quieres ser en un futuro.

Se detiene un segundo fijando su mirada en la mía, cabizbaja.

Me siento en el suelo con las piernas cruzadas, estoy cansadísima. —Yo no quiero ser bailarina profesional. Pero tampoco sé lo que quiero ser en la vida. Toda mi vida fui preparada para ser vendida y posiblemente iba a morir como algunas chicas antes de mí, o quizá con un poco de suerte, mi vendedor se cansaría de mí y me dejaría libre. Sin embargo; todo ha cambiado y no tengo una puta idea de lo que quiero ser.

Nos quedamos los dos en silencio.

—¿Entonces por qué bailes si no es lo que quieres? —dice con un tono serio.

—Porque me divierte; para muchas personas leer es su escape, pero para mí bailar siempre lo fue. Me mantuvo cuerda todo el tiempo que estuve en el burdel, bailar me hace olvidar y también me hace sentir libre. Pero no quiero hacerlo toda mi vida. No quiero tener que complacer las expectativas de nadie en el futuro, no quiero ser perfecta.

—¿Y qué es lo que quieres?

Me encojo de hombros y ladeo la cabeza hacia un lado, respondiéndole: —No sé.

DesenfrenoWhere stories live. Discover now