XVI. So much has changed.

7.6K 259 12
                                    

Narra Harry.

-Entonces…¿estás segura de que era dos años mayor que tú?-le pregunté a Mía como por tercera vez consecutiva.

-Sí, ¡ya te lo ge dicho mil veces!-se quejó ella.

Ya había pasado toda una semana desde el día en que nos encontramos en la playa y me ofrecí a ayudarla en su búsqueda.

Nos habíamos estado juntando la mayoría de las tardes a investigar e intentar encontrar a aquel chico y aún no teníamos ningún avance significativo, solo una lista de nombres y teléfonos que habíamos sacado de los institutos de la ciudad. Ésta solo contenía los nombres de aquellos ex alumnos que en este momento deberían tener diecinueve años, pero aún así sería casi imposible llamarlos a todos para preguntarles si se acordaban de haber conocido a una niña llamada Mía cuando tenían siete años. ¡Eso sería una completa locura!

De todos modos, para mí todo estaba saliendo perfecto. No le había ofrecido mi ayuda a Mía para verdaderamente ayudarla, sino todo lo contrario: para impedir que encontrara a ese chico y de paso, por qué no, acercarme a ella. Tenía la esperanza de que si le hacía notar lo difícil que sería hallarlo ella desistiera de la idea. Y si no lo hacía ya pensaría en algo para impedir ese encuentro.

-¿Estás seguro de que sabes lo que haces? Porque ya ha pasado una semana y no me has sido de mucha ayuda.-exclamó Mía interrumpiendo mis pensamientos.

-¿Por qué me dices eso? ¡Hieres mis sentimientos!-dramaticé provocando que una sonrisa apenas visible tirara de sus labios.-Claro que lo sé, ahora tenemos que llamar a todas estas personas una por una y preguntarles si te conocen. ¡Eso es todo!-agregué con una sonrisa de autosuficiencia.

-¿Eso es todo? ¿Y lo dices así, como si fuera tan simple? ¡Hay más de doscientos números aquí!-protestó cruzándose de brazos, no sé por qué pero me daban ganas de sonreír cuando la veía actuar así.

-En realidad hay 196, porque Niall, Zayn, Liam y yo estamos en la lista pero no hace falta que nos llames, nos puedes preguntar personalmente.-comenté señalando nuestros nombre en el papel. Louis no aparecía allí porque era mayor que nosotros y además se había mudado a la ciudad hacía recién 6 años.

-Oh eso sí que es motivador, ¡cuatro números menos definitivamente hacen una gran diferencia!-contestó sarcásticamente.

-¿No me digas que ya te cansaste y quieres desistir de esto?-propuse.-¡Quién lo diría: tienes que hacer un poco de trabajo duro y ya quieres rendirte!-me burlé.

-No, no es eso. Es solo que ya no se si…no, nada, mejor olvídalo.-tartamudeó.

-¿Qué es lo que pasa?

-Nada, enserio, haz de cuenta que no dije nada.-repitió no muy segura.

-¿Acaso ya estás enamorada de mí? ¿Es eso?-pregunté bajando y subiendo las cejas con una sonrisa.

-¿Pero qué dices? ¡Claro que no!-me contradijo ella pegándome un puñetazo suave en el hombro y riendo.

Era increíble cómo había cambiado nuestra relación en tan solo unos días. Aunque yo seguía burlándome y haciéndole bromas a Mía, y ella seguía contestándome sarcásticamente o enfadándose era evidente que ya no me detestaba, sino que le caía bien y éramos bastante buenos amigos.

Me levanté de la silla en la que estaba sentado y me acerqué a Mía, abrazándola por la espalda.

-¡Vamos, no mientas, admite que te gusto!-exclamé bromeando.

-¡Suéltame! ¡Suéltame Harry!-chilló intentando liberarse, pero la estrujé con más fuerza impidiéndoselo.

-Está bien, pero al menos admite que te agrado y que soy adorable.-le dije aflojando mi agarre y apoyando mi mentón en su hombro.

-De acuerdo, me agradas.-se le escapó en un susurró.

-¿Qué dijiste? ¡Creo que no te oí muy bien!

-Que me agradas.-repitió en un tono más alto pero a la vez más rápido.-Y no me hagas volver a repetirlo.-me advirtió cuando me vio abrir la boca nuevamente.

-¿Y qué era eso que pensabas de mí antes? ¿Qué era arrogante, temperamental y que más…? ¡Ah sí,…irritante!-exclamé en cambio.-¿Ya no piensas eso no?-insistí divertido mientras la liberaba.

-¡En realidad mi opinión sobre ti no ha cambiado, aún sigue siendo bastante irritante!-contestó riendo.

Estaba a punto de protestar cuando Cloe apareció sonriendo en el umbral de la puerta, enfundada en un vestido muy corto para mi gusto.

-¿Y tú a dónde vas así vestida?-pregunté.-¡Ve a ponerte algo más de ropa!-añadí.

-¡Déjala vestirse como quiera, está hermosa! ¿Además quién eres tú para darle órdenes? ¿Su padre?-la defendió Mía. Inmediatamente me volteé para observar a Cloe, a quién se le había borrado la sonrisa del rostro. Su padre se había divorciado abandonando a Max y a ella con su madre. Cloe era muy unida a su padre y aún no lograba superarlo del todo y seguía reaccionando mal cuando alguien lo nombraba.

-Oh, lo siento.-dijo Mía dándose cuenta de su error.

-¿Y bien, a dónde vas?-pregunté con una sonrisa para romper la tención.

-Conocí aun chico ayer por la mañana cuando salí a trotar y me invitó a bailar.-explicó ella volviendo a su expresión de felicidad.

-¿Qué? ¿Y aceptaste? ¡Pero si ni lo conoces!-objeté.

-¡Esa es la cosa, saldré con él para conocerlo! Además eso no importa, es tan guapo que no puedo negarle nada.-comentó con un suspiro. Mía lanzó una risita y la fulminé por no ayudarme a hacer entrar en razón a su amiga.- Mía, si quieres puedes acompañarme, estoy segura que tendrá algún amigo que pueda presentarte.-añadió luego.

-¡¿Qué?! ¡Oh no, Mía no irá a ningún lado!-se me escapó, quizás demasiado fuerte.

-No gracias, yo no…-comenzó a responderle Mía pero luego se detuvo y me miró.-¿Qué fue eso?-me preguntó con una mueca de sorpresa.

-Oh, nada, lo siento. Es solo que tenemos que llamar a 196 personas esta noche, ¿lo recuerdas?-respondí nervioso, ni siquiera estaba seguro de por qué había reaccionado así.

-Como sea, yo ya me voy. Necesito muy urgentemente alguien que se interese por mí porque al parecer desde que Mía llegó aquí me mejor amigo se enamoró y me reemplazó.-dijo Cloe antes de desaparecer por la puerta y dejarnos a Mía y a mí perplejos.

Afraid of falling in love.(Harry Styles)Where stories live. Discover now