Reencontrándome con el Amor , pero en el Pasado

Capítulo 2: Nuevos Estudiantes

Cuando Hermione y Draco abrieron los ojos, primero se sintieron confundidos y desorientados, pero luego recordaron el hechizo y se percataron de que era de tarde y no de noche como había estado antes de hacer el hechizo.

Ellos aun estaban tomados de las manos y cuando se dieron cuenta de ese detalle se soltaron como si quemaran.

Draco fue el primero en hablar.

—¿Y ahora que hacemos, Lupin?

Hermione no contestó en ese instante, porque estaba revisando que su bebé estuviera bien.

La chica suspiro con alivio al ver a su pequeño aun dormido, al parecer ni había sentido nada.

—Primero iremos a ver al profesor Dumbledore —respondió por fin Hermione, y Draco sintió culpa al escuchar el nombre del profesor, porque él estuvo a punto de matarlo—, y le explicaremos todo para que nos ayude.

El rubio asintió.

Ambos chicos hicieron su recorrido —con mucho sigilo— hasta la gárgola que custodiaba la oficina del director.

—Dime Lupin —dijo el rubio con burla—, ¿sabes la contraseña?

—No —admitió Hermione—, pero podría probar con algunas...

—Eso nos llevara mucho tiempo y alguien podría descubrirnos.

—¿Se te ocurre otra cosa? —preguntó Hermione.

El rubio no contestó.

—Ranas de chocolate —intentó la castaña, pero la gárgola no se movió ni un ápice—. Cucurucho de cucarachas —nuevamente nada sucedió, y el rubio rodo los ojos con exasperación.

Iba a soltar uno de sus clásicos comentarios —nada agradables— pero de pronto escucharon unos pasos acercándose.

—Deberías pedirle ayuda a Snape, él es muy bueno en pociones —decía una voz masculina.

—No lo creo, Snape se ve tan serio y... raro —contestaba una voz de mujer.

—Apúrate —la apresuró Malfoy—, nos descubrirán.

—Eh... —pensaba Hermione—, grageas de todos los sabores —error la gárgola no se movió, pero los pasos y las voces se escuchaban muy cerca—, sorbete de limón —esta vez la gárgola se movió, dando pase para que el rubio y la castaña pudieran subir las escaleras.

Hermione sonrió.

—Vamos —la apuró nuevamente Draco, permitiendo que Hermione pase primero y después él.

Los dos subieron las escaleras, y Hermione dio tres toquidos a la puerta.

—Adelante —dijo una voz detrás de la puerta. A Hermione le brillaron los ojos al reconocer la voz de su ex director, mientras que Draco se tenso.

Ambos jóvenes pasaron a la oficina, y vieron que Dumbledore tenía la vista fija en unos pergaminos.

—Buena tardes, profesor Dumbledore —saludó Hermione, y el viejo director levanto la vista al no reconocer la voz de la chica.

—Sí, señorita...

—Lupin, Hermione Lupin —el director centro su mirada azulada con sorpresa en Hermione—, y él es Draco Malfoy —dijo señalando al rubio, para este entonces Dumbledore estaba más sorprendido.

—Ah, sí que, Lupin y Malfoy —dijo lentamente Dumbledore sin quitar la vista de los dos chicos—. Imagino que son familiares de Remus Lupin y de Lucius Malfoy —afirmó.