Reencontrándome con el Amor , pero en el Pasado

Capítulo 15: Luna llena

—Hey, Lunático, ¿estás bien?

Remus apenas levantó la vista para mirar a James.

—Sí, estoy bien —respondió a medias.

—Pues no lo pareces. Te ves fatal —comentó Peter.

—Gracias, Peter —dijo Lupin mientras sostenía su cabeza con las manos y apoyaba los codos en sus piernas, cerró los ojos al pensar en la tortura que serían los días a partir de ahora.

Segundos después Remus abrió los ojos, sonrió sin ganas, y las ojeras que tenía bajo sus ojos se acentuaron más.

—Es mi parte favorita del mes —comentó Remus.

—Es cierto, Lunático debe estar ansioso por salir —dijo Sirius—. ¿Cuántos días faltan?

—Cuatro —respondió James, acomodándose las gafas para mirar fijamente a su amigo castaño—. Vaya, tus ojos están más ambarinos de lo normal.

Sirius y Peter también miraron los ojos de Remus, pero no pudieron hacer comentario alguno, porque Lily junto con Marlene y Hermione bajaban por las escaleras de la habitación de las chicas.

James sonrió enamorado a Lily apenas la vio, Sirius le sonrió a Hermione, pero cuando vio el ceño fruncido de Marlene decidió que intentaría hablar nuevamente con ella, Peter observó con cautela a su nueva compañera de casa, mientras que Remus sintió que una fragancia delicada se colaba en su nariz y no pudo evitar inhalar el agradable olor.

Lunático dentro de él se removió satisfecho con la fragancia.

Vamos tras ella, dijo la voz ronca de Lunático en su cabeza.

Remus estaba confundido, no entendía a su lobo interior, solo trató de encontrar la fuente de ese efluvio y lo único que detecto es que estaba entre las chicas que habían bajado.

De pronto él se dio cuenta que conocía muy bien ese efluvio —Lunático lo había descubierto antes que él— y sintió vergüenza, sus pálidas mejillas tomaron un leve tono rosa y sin mirar a nadie se levantó del sofá, cogió su maletín y se encamino a la salida de su sala común.

Peter miró extrañado a Remus.

—¿Adónde vas, Remus? —le preguntó.

—Tengo que devolver un libro a la biblioteca —contestó Lupin sin volverse a mirar a sus amigos.

Esta reacción extrañó a los demás, ya que Remus nunca se comportaba de esa manera.

—¿Qué le pasa a Remus? —preguntó Lily después de besar la mejilla de James.

James sonrió nerviosamente.

—Ya sabes cómo es de responsable —fue la escueta respuesta de James.

Lily asintió levemente.

—Bueno, iré a desayunar, se hace tarde —dijo Marlene.

—Espera —la detuvo Sirius tocándole el hombro, la rubia dio un respingo y volvió a fruncir el ceño—. ¿Podemos hablar?

—Tú y yo no tenemos nada que hablar, Black —respondió la rubia—. Acompáñame, Hermione —y sin darle oportunidad de hablar a Sirius, Marlene cogió del brazo a la castaña y la arrastró hasta la salida.

Hermione no pudo ni siquiera sonreírle a Sirius en señal de disculpas, porque estaba melancólica por la actitud que había tomado su adorado Remus para con ella.

Hermione sabía el motivo por el cual Remus la ignoraba, era porque se sentía avergonzado por lo ocurrido hace varias noches atrás. Y lo peor de todo era que ahora si no se pasaba las tardes con sus amigos, se la pasaba con esa chica de Ravenclaw en la biblioteca, que resultó siendo Emmeline Vance, futuro miembro de la Orden del Fénix.