Capítulo 8: Granger vs Maslow

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—Muy bien —dijo el profesor de DCAO—. Hoy día empezaremos con el duelo que quedo pendiente la clase pasada.

Todas las miradas fueron dirigidas hacia Hermione y Draco. Las miradas que los Slytherin le dirigían a Hermione eran burlonas y con suficiencia. Ellos estaban seguros de que su compañero de casa aplastaría a la leona. Mientras que la mirada que los Gryffindor le dirigían a Draco era de advertencia, sobre todo la mirada de los merodeadores, que claramente decía: «Ten cuidado con lo que hagas, Maslow, o nadie te salvara de nosotros».

Draco noto sus miradas y se volvió a ellos, y les sonrió de la misma manera que en el desayuno, ante su broma fallida.

James y Sirius fruncieron el ceño ante el recuerdo, mientras que Remus solo se preguntaba cómo Maslow había descubierto que había algo en su vaso.

Hermione nuevamente no había dormido en toda la noche, y nuevamente Remus la había acompañado a la distancia, bajo la capa de invisibilidad.

Mientras los Gryffindor de séptimo curso caminaban hacia el Gran Comedor, Sirius aprovecho para ponerse a su lado derecho. Hermione ni siquiera se dio cuenta. Pero Remus sí.

—Hermione —la llamó el ojigris, esta pego un salto al escucharlo tan cerca—. Hey, tranquila, soy yo —bromeó.

La chica asintió.

—Lo siento, iba distraída —se disculpó.

—Me di cuenta —dijo Sirius—. Preparada para lo que verás en el Gran Comedor —dijo luego en tono confidencial.

Hermione parpadeó confundida, pero luego recordó que James y Sirius le habían comentado algo sobre una broma a Malfoy. No creía que les fuera a resultar con Malfoy, pero ella no diría nada, los dejaría en su nube, llenas de bromas hacia las serpientes.

—No soy partidaria de las bromas —respondió la castaña.

—Pues te aseguro que después de que veas como quedará Maslow, te empezaran a gustar las bromas —parloteó el animago.

—Lo dudo —murmuró Hermione.

Ya en el Gran Comedor los merodeadores miraban de vez en cuando a la mesa de los Slytherin.

—¿Qué pasa? —preguntó Lily a James.

—Eh... nada —contestó el pelinegro de gafas redondas.

Lily no contestó, pero parecía no creerle. Soltó un suspiro y decidió seguir su plática con Marlene.

—Ya falta poco —susurró Sirius a James.

—Lo que me sorprende es que ahora se hayan contenido de hacerle una broma a Snape —susurró Remus.

—¿Hacerle? —repitió James—. Tú también colaboraste en esto, Lunático.

—Sí, tú y Peter vigilaban para que no nos descubran —agregó Sirius.

Remus no pudo hacer otra cosa que sonrojarse, ya que él era un Prefecto y aun así participaba en las bromas junto con sus amigos.

—Oigan —dijo Peter llamando la atención de sus amigos—. La serpiente se acaba de servirse jugo de calabaza —señaló.

Los merodeadores observaban expectantes al nuevo estudiante de Slytherin, y cuando este tomo un sorbo y otro, y luego otro sorbo de jugo.

Pero para sorpresa de los merodeadores Draco no había hecho ningún gesto de asco, ni mucho menos le pasaba nada. El rubio volvió a tomar otro sorbo de jugo; cuando de pronto se escuchó un grito. Pero ese grito no había salido de la boca de Draco, sino de un chico que quinto año, el cual estaba sentado junto a Regulus Black.

Reencontrándome con el Amor , pero en el PasadoWhere stories live. Discover now