Treinta y ocho

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[Kilian 21 años – Amira 17 años]

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[Kilian 21 años – Amira 17 años]

Amira es sin dudas la que lleva las riendas en este momento, sentada sobre mí, con sus manos en mi nuca despeinándome y volviéndome completamente loco. Nuestras lenguas se enlazan entre sí, y yo siento como toda mi sangre va hacia una determinada parte de mi cuerpo, intento controlarme, ir lo más lento posible y ser lo más delicado. Hablamos toda la tarde con Tyr al respecto, debíamos ir lento y no desesperarnos, es la primera vez de Ami y queremos que sea perfecto para ella.

Una de mis manos se desliza debajo del buzo de Ami, quedando en contacto con la piel de su espalda, dejo suaves caricias allí que la hacen suspirar, separo nuestras bocas y la miro por unos segundos a sus ojos, se encuentran más oscuros y brillosos, cargados de lujuria, estoy bastante seguro de que mis ojos están iguales. Llevo mi boca a su cuello y comienzo a dejar suaves besos y lamidas, regocijándome en sus pequeños gemidos.

-¿Sabes? – le digo agitado, llevando ambas manos a sus glúteos – Preparé con mucho amor estos sándwiches que no vamos a comer – me levanto con ella en brazos, y ella suelta un pequeño chillido.

-Luego los comemos – me dice agitada mientras se aferra a mí, yo comienzo a caminar hacia la habitación, pero paro una vez que escucho lo que dice.

-Ami, ¿tú sabes qué pasa una vez que te marque? – le pregunto haciendo que me mire a los ojos, ella bufa.

-Ki lo estudiamos desde el kínder – me dice con obviedad, yo desvío unos segundos la vista y vuelvo a sus hermosos ojos verdes.

-Ami hablo de qué pasa inmediatamente luego que te muerda, vas a estar inconsciente por algún tiempo – le digo y ella asiente con su cabeza.

-Lo sé, y durante ese tiempo tú vas a cuidar de mí – me dice con una brillante sonrisa, para después dejar un beso en mi mejilla – Ahora que ya aclaramos esto, ¿puedes seguir caminando hacia dónde me llevabas y seguir besándome como lo estabas haciendo? – veo la seguridad en sus ojos y su pícara sonrisa, niego con mi cabeza, sonriendo, y reanudo mi marcha, mientras ella se lanza hacia mi boca.

Cuando llegamos a la habitación, la acuesto sobre la cama y ella tira de mí al ver que no la sigo, es quien toma la iniciativa y me saca mi camiseta, recorre con su vista mi pecho y abdomen y muerde su labio inferior, yo la miro levantando una ceja y ella suelta una hermosa risita, sentado en la cama la acerco a mi y levanto suavemente su buzo, mirándola todo el tiempo a los ojos, buscando inseguridad, pero nunca la encuentro, por lo que termino de sacarle el buzo y me dedico a mirarla. Pero no me deja hacerlo mucho, ya que vuelve a sentarse sobre mí y devora mi boca. Me acuesto con ella sobre mí y nos giro, quedando sobre ella, paso una mano por nuestros cuerpos y desabrocho su jean, mientras beso su cuello y bajo hacia el valle entre sus pechos, continúo por su abdomen mientras escucho sus gemidos, cuando llego a su jean lo saco rápidamente, dejándola únicamente en ropa interior.

Una Loba para el CachorroWhere stories live. Discover now