Cuarenta y uno

3.7K 342 42
                                    

[Kilian 21 años – Amira 17 años]

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

[Kilian 21 años – Amira 17 años]

No hay nada en este mundo que odie más que las despedidas. Pasaron cuatro días desde que Kilian me marcó, y es hora de volver a mi manada. Ya me había acostumbrado a estar en White Moon, a su gente, su costumbre, a ver siempre a mis mejores amigos, a mis primos, a mis tíos. Pero tenemos que volver a mi manada, papá ya pasó lejos mucho tiempo y se acerca la transformación de mis hermanos, por lo que tenemos que volver.

-Te voy a extrañar mucho – llorisquea Katia desde mi cama mientras me ve empacar mis últimas cosas.

-Yo te voy a extrañar a ti.

-Me reconforta saber que en menos de un mes iremos a tu manada por el cumple de los mellizos – me dice y yo asiento con una sonrisa.

-Nos veremos más seguido – le aseguro yo y ella asiente.

-Y mientras tanto volveremos a las videollamadas.

-Por supuesto, me contarás todo lo que pase con Ferrán.

-Y tu todo lo que pase con mi hermano, menos las cochinadas – dice arrugando la nariz con cara de asco, lo que hace que yo suelte una fuerte carcajada.

-Te lo prometo – le guiño un ojo, sonrío al sentir como mi cuerpo comienza a vibrar y sé exactamente por qué es, giro mi cabeza y me encuentro a Kilian en la puerta de mi habitación.

-¿Estás pronta peque? – me pregunta acercándose a mí.

-Lo estoy – Kilian llega a mi y me rodea con sus brazos para darme un corto beso.

-Puaj, ¿pueden dejar de ser tan melosos? – giro la cabeza para poder mirarla, aún entre los brazos de Kilian.

-¿No eras tú la que nos quería ver juntos?

-Sí, pero no tan juntos – los tres reímos.

-Bueno, vamos, solo faltamos nosotros – dice Kilian separándose de mí para poder agarrar mis maletas.

Cuando salimos de la mansión, efectivamente todos nos estaban esperando fuera, las maletas ya cargadas en la camioneta que nos llevaría, Kilian cargó las mías y se acercó a su madre que lo miraba con angustia marcada en su rostro.

-Mamá en un mes ustedes van a la manada, nos veremos seguido.

-Pero no todos los días – dice de manera caprichosa, Kilian le da una hermosa sonrisa y lo abraza con fuerzas.

-Yo también te voy a extrañar – le dice y deja un beso en su frente. Cuando se separan tío Einar la abraza por los hombros.

-Piensa que va a estar cuidado por Mason e Irina, y va a estar feliz con su mate, que es nuestra sobrina – tío Einar me guiña un ojo y yo le sonrío.

-Lo sé, pero es mi bebé – suspira y yo muerdo mi labio inferior para no reírme.

-Te voy a extrañar – me dice Kenneth a mi lado, yo me giro y lo miro con una sonrisa triste en mis labios.

-Yo también te voy a extrañar, mucho – nos abrazamos con fuerzas. No hay cosa que odie más que las despedidas, ya me había acostumbrado a ver a los mellizos Truswell todos los días, a compartir diferentes cosas con ellos, y realmente los voy a extrañar muchísimo.

-Me reconforta saber que en un año te viene a vivir con nosotros – me dice sonriéndome.

-Pues sí, y en este año nos vamos a ver seguido, como siempre, tenemos una familia numerosa que no se pierde ningún cumpleaños – ambos nos sonreímos, sabiendo que no es lo mismo, pero eso tiene que bastar.

-Yo también te voy a extrañar horrores, ahora que hemos vivido todo este tiempo juntas no me hayo viviendo sin ti – llorisquea, yo le sonrío y la abrazo con fuerzas.

-En un año estaremos viviendo juntas de nuevo – le aseguro y ella asiente.

-Dejen de llorisquear, en un mes vuelven a verse – dice Keila abrazándome de lado – igual es verdad, te vamos a extrañar.

-Saben que yo también me voy, ¿verdad? Porque yo soy su hermano – dice Kilian cruzado de brazos, yo sonrío, lobito celoso.

-¡Te vamos a extrañar hermanito! – grita Katia y corre a abrazarlo, Keila corre detrás de ella, mientras que Ken se queda a mi lado. Yo muerdo mi labio inferior para no reír, sobre todo al ver los ojos de Kilian puestos en Ken.

-Dale el gusto y ve – le susurro, Ken me mira por unos segundos y tras soltar un suspiro de resignación se une al abrazo de sus hermanos.

Después de una larga despedida, de varios abrazos y besos, y de algunas lágrimas. Mi familia, Ki y yo nos subimos al auto que nos llevaría al aeropuerto, y mientras el auto comienza a alejarse de la manada siento como mi corazón se aprieta, no voy a extrañar únicamente a mi familia, también voy a extrañar a la manada, sus casas, sus personas, todo, ya la estaba sintiendo como si fuera mi hogar. Miro por la ventana, viendo desaparecer los edificios y suspiro, para mirar a Kilian, que mira todo con nostalgia. Tomo su mano entre la mía y la aprieto, dándole apoyo, él me mira y me da una triste sonrisa.

-Gracias por venir conmigo – le susurro, él me sonríe y me acaricia suavemente la mejilla con su mano libre.

-Puedo vivir un año lejos de la manada, pero no puedo vivir un día sin ti – me susurra, mis mejillas se sonrojan, y desvío los ojos a papá que sé que por más que Kilian habló muy bajito, él escucho, lo encuentro mirando hacia la ventana con rostro indiferente, lo cual agradezco.

-Eres muy cursi Ki – le sonrío de forma burlona, dándome cuenta de que las veces que me ha dicho algo lindo, no sé cómo contestarle.

-Créeme a mi también me impacta – dice desviando su mirada, pongo mi mano libre en su mejilla y hago que me mire.

-Me encanta que lo seas – le aseguro, dejando un beso en sus labios. Ambos nos separamos al escuchar a papá carraspear, nos sonreímos divertidos y Kilian me abraza por los hombros, acercándome a su pecho.

-Lo voy a tener en cuenta entonces.

Una enorme nostalgia se aloja en mi pecho, siempre amé estar en White Moon, pero ahora, que había estado varios meses y había estrechado lazos con muchas personas, me costaba muchísimo alejarme. Pasaron muchas cosas en estos pocos meses, me sirvió para afianzar mi amistad con mis primos, para conocer más a mis tíos, para conocer nuevos amigos, y lo que es aún mejor, encontré a mi mate. Nunca pensé encontrarlo en White Moon, y mucho menos pensé que mi mate sería Kilian, la única persona con la que nunca había podido tener una charla sin pelearnos, la única que siempre intentaba evitarme, aquella a la que me dediqué a hacerle la vida imposible en más de una oportunidad. Y sin embargo ahora, me encuentro marcada por él, sintiendo un millón de mariposas cada vez que lo veo o cada vez que me toca, siendo feliz cada vez que me demuestra todo lo que me quiere, cada vez que me mima y me trata como si fuera su tesoro más preciado.

Nunca me imaginé encontrar a mi mate antes de mi transformación, pero ahora no me imagino ni un segundo sin Kilian a mi lado, y el que esté dispuesto a dejar su manada porque es lo mejor para mí, me demuestra que no existe en este mundo un mate mejor que él.

FIN

-------------------------

Odio subir este último capítulo así, pero no quería dejar de subir hoy. Estoy post guardia, con hambre, pero acá vengo, les dejo el cap rapidito y ya me voy a cocinar.

Nos leemos prontito con el epilogo.

Un beso grande

Una Loba para el CachorroWhere stories live. Discover now