Capítulo 15

3 1 0
                                    

                        Jash Ashford

La mañana pasó volando y nosotros totalmente relajados, no teníamos tareas ni algún tiempo de proyecto ya que el profesor Hoffman no había asomado las narices en el instituto, teníamos dos horas de su clase pero al parecer la señorita Parker decidió tener compasión de nosotros y nos liberó a las once de la mañana. Las clases suelen terminar a las dos y cuarenta y cinco pero cuando las clases se alargaban terminaban a las tres de la tarde.

Era temprano pero el clima era perfecto debido al otoño, me ofrecí a llevar a Lia a casa pero ella insistió en ir caminado. Aproveché para pasar por Rosie ya que ella salía al medio día y por fin podría pasar por ella en la salida.

Mi tía Amanda era la que cuidaba de ella cuando yo no pasaba en casa y por supuesto era ella quien iba por Rosie a la escuela. La emoción de Rosie al verme llegar fue tanta que de su sonrisa cruzaba por completo su rostro, me recibió con cálido abrazo.

—Veo que no puedes pasar ni un minuto lejos de mí, mini bruja.

—¡Cállate, Jash! No arruines el momento.

—Está bien —sonríe compartiendo la misma felicidad que ella.

—Es la primera vez que vienes por mí desde que llegamos a Brisbane —su cara era tan tierna por la felicidad que irradiaba.

—Bueno pues, hoy salí temprano y pensé que podría pasar por ti.

—Vamos a casa, muero de hambre.

—Pequeña glotona.

—Es inevitable cuando tu hermano mayor es un buen cheff, ¿No lo crees?

Se montó en la moto y nos dirigimos a casa. Durante el camino Rosie y yo planeamos una tarde de películas, planeamos una maratón de películas de terror. Al llegar Rosie se dirigió a su habitación mientras yo estaba en la cocina preparando todo para una tarde perfecta entre hermanos cuando mi celular comenzó a vibrar, era una llamada de Lia.

—Hola, Jash.

—Hola, Lia, ¿Qué sucede?

—¿Tienes planes para la tarde?

—Sí, Rosie y yo tendremos una maratón de películas de terror

—Eso suena genial.

—Pero... ¿Por qué preguntas?

—Pensé que podría pasar la tarde contigo ya que mi madre llegará tarde por su traba...

Rosie apareció detrás de mi como un pequeño fantasma causando un pequeño susto de mi parte.

—Espera un minuto, Lia. No tar...

Antes de terminar de pronunciar la última palabra Rosie me interrumpió con sus típicas preguntas cómo si fuera un interrogatorio mientras yo alejaba el celular para que no se escucharan nuestros susurros.

—Es Lia ¿verdad? —preguntó en un susurro con una expresión curiosa.

—Sí, así es —asentí

—¿Por qué no la invitas a ver películas con nosostros?

—¿Quieres que la invite?

—Sí, con Lia será divertido.

—Como usted diga, majestad.

—Que buen súbdito —sonrió.

Invité a Lia a mi casa, algo que se había vuelto una costumbre desde que nos conocimos en la universidad. Estábamos sentados en el sofá, con las luces tenues, viendo una película que parecía ser interesante para los dos, como era de esperarse Rosie se quedó dormida entre mosotros dos a la mitad de la primera película. De pronto la voz de Lia robó mi atención logrando que mi mirada se conectara con la de ella.

La Dulzura De Un Dolor CompartidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora