Capítulo 6

498 15 4
                                    

-¿Qué, se pusieron a entrenar para un maratón durante todo el tiempo que estuvieron encerrados en el sótano? -preguntó Gwen con una sonrisa iluminándole el rostro cuando aterrizamos en el presente cada uno con un florete en la mano y completamente sudados.

Ambos le devolvimos la sonrisa. Esta situación por momentos se volvía cada vez más ridícula.

-No, solo practicábamos esgrima -le contestó Gideon mientras me lanzaba su florete, a través del arca donde antes había estado colocado el cronógrafo, y yo lo atrapaba al vuelo-. Y es más buena con la espada de lo que parece; tiene un talento natural.

Gwendolyn enarcó las cejas.

Miré fijamente a Gideon durante unos instantes antes de decir:

-No es cierto -la sonrisa reapareció en mi rostro, perdiendo la seriedad que había adquirido hacia unos momentos al recordar toda mi conversación con Gideon-. Solo dice eso porque prácticamente me dejó ganar todo el tiempo.

Al decir aquello por unos instantes me sentí como una niña pequeña.

-Claro que no -me rebatió con tono arrogante ampliando aún más su sonrisa; después continuó un poco mas serio y mirándome significativamente-. Eres realmente buena.

Yo simplemente imité el gesto anterior de Gwen enarcando mis cejas de forma inquisitiva. Podía sonar extraño, sobre todo considerando que hasta hace un par de horas ni siquiera conocía a Gwendolyn y Gideon, pero después de la conversación que había mantenido con el papá de Matt era casi como si pudiéramos comunicarnos simplemente a base de miradas.

-¿Haces esgrima? -preguntó una voz arrogante desde el marco de la puerta por la que se salía del sótano.

Matthew, que había elapsado al mismo tiempo que nosotros y que al regresar había salido de la habitación para refugiarse en otro de los numerosos cuartos que había en aquella casa (según Gwen), estaba apoyado en el marco de la puerta, casi escondido en las sombras, con un aire despreocupado.

En cuanto lo escuche, hablándome de nuevo con aquel tono de superioridad tan desesperante, supe que el tiempo de parecer modesta había pasado.

-No, para nada. De hecho es la primera vez que hago esgrima y creo que me ha ido bastante bien -le respondí altiva.

Está vez fue el turno de Matthew de enarcar las cejas; estaba claro que había escuchado mi anterior reticencia a aceptar que era algo buena con las espadas. Aquel gesto me exasperó un poco más (a pesar de que hace un rato comenzaba a caerme mejor que de costumbre), pero en lugar de tratar de replicarle algo más, me contuve y simplemente continué observándolo. Pero entonces Gideon también captó mi mirada y continuamos con nuestra "conversación" silenciosa.

-Bueno, si quieres tomar un baño tus cosas ya están arriba -dijo de pronto Gwen interrumpiendo nuestro pequeño intercambio de miradas y el tenso silencio que se había generado; tanto Gideon como yo habíamos acordado no mencionarle a nadie sobre las nuevas sospechas que teníamos y menos aún sobre las cosas que me había contado-. Es la primera puerta a la derecha, y la puerta que está frente a las escaleras es donde está tu habitación.

-¿Mi...mi habitación?

-Oh Gid ¿no se lo dijiste?

-Sabía que estaba olvidando algo -dijo Gideon mientras se pasaba una mano por su cabello, despeinándolo un poco.

Matthew continuó apoyado contra el marco de la puerta, observando la escena sin siquiera inmutarse. Pero bueno, no podía esperar que él se ofreciera a mostrarme donde estaban las habitaciones mencionadas o algo por el estilo, así que qué más daba.

Piedras Preciosas. Una nueva generación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora