Capítulo 13

229 15 1
                                    

Demasiadas miradas sobre mí, eso es todo lo que sé.

-Ya sé que todo esto puede parecer un poco aterrador, pero acércate, toma asiento -dijo entonces Falk de Villiers, señalando un sofá que se encontraba a su derecha, cerca de Gwendolyn.

Di un par de pasos vacilantes antes de conseguir llegar hasta donde estaba el sofá, pero aún así no me atreví a dejarme caer sobre él, como si todo esto fuera perfectamente normal. Porque claramente esto es lo menos normal del mundo y eso hasta los Vigilantes deben de admitirlo, pero cuando me giré para mirar de frente a Falk ya nadie me prestaba atención, a excepción de Matthew, Raphael y un chico alto y pelirrojo que debía ser Philip.

Ya no tener tanta atención sobre mí sí que era todo un alivio; la mirada penetrante de los ojos ambarinos de Falk me estaba poniendo los pelos de punta.

-Bueno, ¿en qué estábamos? -dijo Falk, despreocupado, casi como si esta fuera una reunión para tomar el té en vez de una junta para hablar sobre el conde fugitivo.

-Mi padre comentaba sobre la nueva inspección que se hizo de la celda del conde, mister De Villiers -la voz de Philip era clara e incluso musical. Algo me decía que Raphael podía realmente tener razón sobre que Philip podría terminar agradándome.

-Oh, es cierto. ¿Y qué conclusiones obtuvieron esta vez, mister Marley? -le expresión de Falk se volvió adusta y su voz extremadamente seria.

Entonces Marley se dirigió al centro de la habitación, acercándose un poco mas a Falk, pero no lo suficiente como para estar frente a él.

-Yo...pues...encontramos un cabello en el guante, pensamos que sería del cómplice del co-conde -dijo Marley, tartamudeando un poco, incluso parecía más pequeño frente a la presencia de Falk -, pero tal parece que hay una enorme posibilidad de que sea un cabello de el mismo conde, aunque yo lo...yo lo dudo, pues había un pedazo del mismo cabello más grande en donde estaba el primero. Tiene que ser de una chica.

-Interesante - es lo único que dijo Falk mientras miraba al infinito con aire ausente y los dedos de sus manos con forma de carpa.

-Entonces tiene que ser cierto ¿no? Una viajera del tiempo debió de ayudar al conde -exclamó un hombre que estaba al fondo de la habitación con un traje gris hecho a la medida -. Con cada prueba que se nos presenta ese dato queda cada vez más claro, ya no hay lugar a dudas.

De nuevo comience a jalar de mis mangas nerviosamente, no sabiendo qué hacer, pues Gideon ya me había comentado que era muy probable que nadie en la Logia confiara en mí y menos considerando las sospecha que se tenían sobre el cómplice del conde. Y entonces siento como la mirada del hombre del traje gris se clava en mí...y en mis manos.

Su boca se abrió ligeramente en un gesto de sorpresa, pero antes de que pueda decir nada el anciano calvo que me sonrió hace unos minutos interviene.

-Pero no hay que olvidarse de que esa o ese viajero podría ser del futuro, Arthur. Puede que ni siquiera haya nacido aun por lo que los resultados de la prueba de ADN no sacarían nada realmente claro y además hay jóvenes que usan el cabello largo en cualquier época - dijo con un dejo de diversión en su voz mientras le dirigía una aún más divertida mirada a Gideon.

-Cierto, muy cierto Thomas - dijo Falk que parecía no haber notado el asombro y la desconfianza con la que aun me observaba el tal Arthur -. Aunque lamento decir que eso sólo nos deja igual que antes -y su expresión se tornó afligida.

Y hasta ese momento no caí en la cuenta de lo verdaderamente asustados que estaban todos. Porque aunque no es fácil pensar en que una especie de psicópata está allá fuera, planeando una venganza, tal vez esperando para asesinar a alguien, las personas que forman parte de la Logia confiaron alguna vez en el conde y solían estar acostumbrados a hacer lo que él les decía. No pensaban por sí solos, no lo conocían realmente. Y ahora no saben qué hacer.

Piedras Preciosas. Una nueva generación.Where stories live. Discover now